Sin regalo por la mala gestión de Miravia

La plataforma de comercio electrónico asiática entrega un producto erróneo a un cliente y elude su responsabilidad

Un paquete de Miravia / MIRAVIA
Un paquete de Miravia / MIRAVIA

“Lo que pides vs lo que te llega” es un lema temido que resuena en el mundo del comercio electrónico. Esa promesa de un producto perfecto que se transforma en una decepción cuando el paquete finalmente llega a casa. Adriá Fernándes es una de las tantas víctimas de este fenómeno. 

Todo comenzó en el bullicio del Black Friday de 2024. Fernándes, como muchos, decidió aprovechar las ofertas para hacer un regalo a su ahijado. Tras revisar varias opciones, encontró lo que parecía ser la oferta perfecta en Miravia, la plataforma china lanzada en España a finales de 2022. 

Un fallido regalo de cumpleaños

“Estaba buscando un videojuego para mi ahijado, un regalo para su cumpleaños, el 11 de diciembre, y encontré uno que parecía ideal. Estaba etiquetado como PAL España, con el sello PEGI adecuado, y pensé que era una opción segura y bien de precio”, explica el joven a Consumidor Global.

Mando de una consola para jugar a videojuegos / UNSPLASH
Mando de una consola para jugar a videojuegos / UNSPLASH

Apostando por Miravia, Fernándes realizó la compra sin pensarlo dos veces. La idea era sencilla: conseguir el artículo perfecto a un buen precio. Sin embargo, la historia tomó un giro inesperado cuando el paquete llegó a su casa. Al abrirlo, la decepción fue inmediata.

El error de envío

“Cuando recibí el paquete y abrí la caja, me di cuenta de inmediato de que algo no estaba bien. El juego no tenía el sello PEGI, y era una copia americana (NTSC), no PAL España como había pedido. Sabía que no iba a poder regalarlo a mi ahijado”, recuerda el afectado. 

Ante la situación, Fernándes intentó resolver el problema lo más rápido posible, confiando en que el servicio de atención al cliente de Miravia le ayudaría a solucionar el error. Sin embargo, el proceso no fue tan sencillo como esperaba.

La larga espera y la falta de respuestas

“Lo primero que hice fue contactar con la tienda, pero no me respondieron. Así que me dirigí al servicio de atención al cliente general de Miravia, esperando que ellos tomaran las riendas del asunto. Pero la respuesta fue la misma: que hablara de nuevo con la tienda”, lamenta Adrià. Al principio, intentó ser paciente, pero a medida que pasaban los días, la frustración fue en aumento.

“Me recomendaron que volviera a intentar contactar con la tienda. Pero ¿por qué tendría que ser yo quien resuelva el problema de ellos? No entiendo por qué debo ser el intermediario entre la plataforma y el vendedor. Soy el cliente, no el encargado de solucionar sus errores”, dice el afectado, quien afirma sentirse atrapado en un círculo sin fin de intentos fallidos por conseguir una solución.

Pagar por una devolución

Finalmente, después de varios intentos, Fernándes recibió una respuesta. “Me dijeron que podía devolver el producto, pero bajo condiciones que me parecieron completamente injustas”, explica. 

“Me comunicaron que debía encargarme yo de la devolución, y que tendría que llevar el paquete a donde ellos me dijeran. Me estaban pidiendo que actuara como su transportista, sin ningún tipo de compensación”, estalla el cliente. “No solo tenía que perder más tiempo resolviendo su error, sino que tendría que gastar más dinero para devolver un producto que claramente había llegado mal. ¿Por qué tenía que asumir todo esto?”, cuestiona.

La pérdida de otras ofertas

A lo largo de todo el proceso, el afectado señala a Consumidor Global que también se dio cuenta de que, al elegir Miravia, había dejado pasar otras ofertas que habrían sido más ventajosas. “Yo no quiero la devolución. Ignoré muchas ofertas durante el Black Friday por decantarme por la de Miravia y, ahora, si intento comprar el producto en otro lado me podría llegar a salir cerca de un 45% más caro”, comenta. 

Web de Miravia / CG
Web de Miravia / CG

“Al final, no pude hacerle el regalo a mi ahijado por su cumpleaños, y eso me molestó mucho. Había perdido tiempo, dinero y la oportunidad de hacer un buen regalo. La sensación de que la plataforma no asumía la responsabilidad por su error fue lo que más me dolió”, reflexiona Fernándes.

“Estoy harto ya de tanto abuso”

“Estoy harto ya de tanto abuso. Creo que las plataformas de este tipo deberían asumir sus responsabilidades de manera más firme. El consumidor no debería ser quien solucione los errores de la tienda”, afirma el afectado. “Es necesario que haya más regulación, para que este tipo de abusos no se repitan”.

La experiencia de Adriá Fernándes con Miravia subraya la importancia de una atención al cliente eficiente y un control de calidad que respete al consumidor. En su caso, la promesa de una compra fácil y segura se convirtió en una amarga lección sobre las dificultades de confiar en plataformas que, aunque prometen ser más accesibles y convenientes, aún tienen mucho trabajo por hacer en términos de servicio al cliente y gestión de incidencias.

Consumidor Global se ha puesto en contacto con Miravia, pero al término de este reportaje no se ha obtenido respuesta alguna por parte de la empresa.

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