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Meta usará tus datos personales para el entrenamiento de la IA: ¿Es legal?
El grupo tecnológico informa de que los cambios en la política de privacidad entrarán en vigor el próximo 26 de junio y los expertos alertan de los peligros a los que quedan expuestos los internautas
Muchas compañías compiten para conseguir el mejor modelo de inteligencia artificial. Meta no es ninguna excepción y ya está desarrollando su propia versión. Eso sí, a costa de la privacidad de los usuarios.
La empresa de Mark Zuckerberg ha informado a los cibernautas de un cambio radical en la política de privacidad. Esto afecta a todas las aplicaciones y productos del grupo, entre los que destaca WhatsApp, Facebook, Instagram (Boomerang y Threads) y Messenger. El contenido de las conversaciones privadas queda fuera de este escrutinio, según promete la multinacional.
Recopilar datos para la IA
Sin hacer mucho ruido, Meta anunció hace unas semanas que va a recopilar información de los usuarios para entrenar a su inteligencia artificial. Una medida que entrará en vigor el próximo 26 de junio.
Consumidor Global ya explicó paso a paso las herramientas que tienen los usuarios para oponerse a que Meta use la información personal. Ahora, la gran pregunta es si es legal o no que la compañía tecnológica use este contenido.
Consentimiento previo: un requisito innegociable
Samuel Parra, abogado especializado en ciberseguridad y tecnología, deja claro que, en Europa, Meta no puede recopilar datos personales de los usuarios sin el consentimiento previo de los internautas. ¿Qué quiere decir esto?
"No deberíamos tener que oponernos [como ocurre ahora] sino que Meta debería solicitar nuestro permiso. Si no le damos o no decimos nada, sería una negativa a utilizar esa información", explica el jurista a este medio. Por tanto, no es legal que Meta use datos personales para entrenar a la IA si no hay un consentimiento previo y expreso de los usuarios. Al menos en Europa.
Medidas para controlar el uso de datos
La desinformación sobre el tratamiento de datos es una realidad. Cuando alguien entra en una web y acepta la política de cookies, en realidad, no tiene ni idea de qué está firmando y qué va a pasar a partir de ese momento con su información personal. Y lo que es peor, si uno rechaza esos requisitos, ya no puede navegar por la web en cuestión.
Pablo F. Iglesias, consultor de Presencia y Reputación Online en CyberBrainers.com, reconoce a este medio que existen medidas para controlar y limitar el tratamiento de datos en las IA. Otra cosa es que sean efectivas. El experto destaca la tergiversación informativa.
¿En qué consiste la tergiversación informativa?
Iglesias sostiene que existen herramientas que permiten generar ruido en los perfiles. Así se emulan búsquedas aleatorias y se automatizan labores para confundir a estas inteligencias artificiales.
Es decir, el usuario enseña al algoritmo intereses diversos y descorrelacionados con los reales. "Como estas mecánicas operan en automático, también metes información falsa de hábitos de uso (lo sueles dejar correr por las noches o cuando no estés utilizando el móvil u ordenador)", detalla Iglesias. El problema de esta medida es que requiere de conocimientos técnicos avanzados, ganas y tiempo. Por tanto, el grueso de la sociedad no está preparada para aplicarlos.
¿Qué pueden hacer los usuarios?
No existe ningún vacío legal en lo que a tratamiento de datos se refiere. Así lo afirma Parra. Una de las soluciones al alcance de cualquier usuario es "presentar una reclamación ante la autoridad de control si considera que sus datos personales se están tratando de manera inadecuada", recuerda el jurista.
Más allá de esta medida, el abogado recuerda que los internautas tienen derecho a solicitar que Meta no use esa información personal para entrenar a la IA.
Usar navegadores web que protejan la privacidad
Iglesias, por su parte, insiste en que también se pueden usar navegadores web que protejan por defecto la privacidad de los cibernautas. Una alternativa para la que no se requieren conocimientos técnicos avanzados.
El experto menciona a Brave y añade: "Hasta recomendaría que el usuario probase alternativas a Google como buscador, por ejemplo, con DuckDuckGo".
No compartir todo en redes sociales
Tanto Parra como Iglesias coinciden en animar a los usuarios a que no compartan toda su vida en redes sociales. Esta medida sí está al alcance de cualquiera y permite mantener la intimidad, aficiones o gustos en el terreno de la privacidad.
"Solo hay que publicar en internet lo que no nos importe que sepa nuestro peor enemigo, y crearnos ese perfil con aquellos puntos que queremos dar a conocer sobre nosotros", afirma Iglesias.
Los datos al mejor postor
Parra lo tiene claro: "No es nada fácil solicitar a Meta que no utilice nuestra información porque, además, aunque nos diga que no lo hará, tampoco tenemos forma de asegurarnos que así es o será". De hecho, la propia compañía tecnológica informa de que, aunque un usuario se oponga al tratamiento de datos, puede usar contenido personal que aparezca como información pública en internet o a través de terceros.
Iglesias pone el foco en los peligros que corre el usuario al ceder sus datos. La información personal que aportamos en internet queda registrada en bases de datos. Hasta ahora, ese contenido se ha utilizado para segmentar la publicidad y ya va en camino de ser el entrenador personal de las IA. "Los datos están en manos de empresas, el día de mañana podrían acabar en manos del mejor postor, o peor aún, de cualquier grupo terrorista que consiga robar estas bases de datos", zanja Iglesias.
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