Las empresas de transporte y mensajería, en general, suelen estar entre las peor valoradas por los consumidores. Pero, últimamente, Celeritas se lleva la palma. La compañía propiedad de Citibox acumula quejas y críticas en las redes sociales.
Los reproches son variados y abundantes. Numerosos usuarios acusan a Celeritas de incumplir los plazos prometidos; de mentir a la hora de decir que no había nadie en casa cuando pasaron a dejar el paquete, o de marcar como entregados pedidos que, en realidad, nunca llegaron a su destino.
El problema de las incidencias de Celeritas es que su ineptitud acaba salpicando a sus clientes, que incluyen a grandes empresas de distribución.
Así, hemos comprobado cómo compradores habituales en Zalando exigen a la multinacional alemana que deje de trabajar con Celeritas, o clientes de la Fnac o de Amazon que estallan hartos con el pésimo servicio de esta empresa de transporte.