La sextorsión es un delito que consiste en utilizar imágenes o vídeos de contenido sexual como arma para obtener beneficios, ya sea dinero, favores sexuales o cualquier otra cosa. De cuando en cuando, la Policía detiene a grupos que practican este tipo de crímenes, que, por desgracia, van en aumento: los datos del Ministerio de Interior recogidos por El País, de 1.691 denuncias en el año 2018 se ha pasado a 4.460 denuncias en 2023.
Se han dado casos espeluznantes. Por ejemplo, el Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) publicó en 2023 que un adolescente se había puesto en contacto con ellos “debido a una situación de extorsión que estaba experimentando a través de la plataforma de Instagram”: una persona que no conocía prácticamente de nada había utilizado fotos de su rostro para crear varios montajes explícitos, combinándolas con partes del cuerpo de otra persona.
Fotomontajes muy peligrosos
“El menor nos recalcó que nunca antes había compartido imágenes de este tipo y se mostraba impactado por la alta calidad de los fotomontajes, en los que no se podía identificar que las imágenes no fueran reales. Por ese motivo, nos contó que tenía claras sospechas de que hubiesen sido realizadas con herramientas basadas en inteligencia artificial”, recogía la entidad.
El objetivo último del atacante era extorsionar a su víctima: le pidió un pago de 200 euros a cambio de no difundir las imágenes alteradas entre sus conocidos.
Pruebas de infidelidad
Ahora, Kaspersky ha explicado cuáles son las fórmulas más comunes de sextorsión. Una de las más novedosas consiste en apoyarse en los celos en lugar de utilizar la vergüenza como motor. Funciona de la siguiente manera: un cónyuge recibe un correo electrónico de una “empresa de seguridad” que le informa de que ha accedido a los dispositivos personales de su pareja y ha encontrado pruebas de infidelidad.
“Para más detalles, incluido un archivo de datos descargado, se invita al destinatario a seguir el enlace amablemente proporcionado. Por supuesto, los atacantes no tienen más datos que los nombres y direcciones de correo electrónico de la pareja, y el enlace está ahí para sacar dinero”, expone Kaspersky.
Correo electrónico o hackeo
La variedad más clásica de sextorsión parte de un correo electrónico que recibe la víctima en el que se afirma que el remitente ha hackeado su ordenador o teléfono inteligente, y, tras esto, le ha grabado a través de la cámara web mientras navegaba por sitios pornográficos. Para evitar que amigos y familiares vean el vídeo, le exigen un pago urgente. En estos casos, los delincuentes suelen comprar bases de datos de credenciales robadas.
Otra variedad de sextorsión consiste en el envío de un correo electrónico fraudulento en el que se acusa al destinatario de poseer material delicado o directamente ilegal, lo que causa a la víctima, evidentemente, muchísima tensión y malestar.
Cómo actuar
El Incibe recuerda que, para prevenir la sextorsión en los y las menores, es esencial ayudarles a desarrollar su pensamiento crítico y concienciarles en cuidar su privacidad. También es importante que revisen la configuración de sus cuentas, utilicen contraseñas seguras y mantengan actualizados el antivirus y el sistema operativo de sus dispositivos. Además, aconsejan no pagar, porque eso no garantiza que el ciberestafador se vaya a detener. Estas son sus recomendaciones:
- No borrar ninguna prueba.
- Guardar todas las evidencias posibles (mensajes intercambiados, etc.) mediante capturas de pantalla.
- Valorar una posible denuncia presencial en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, ya que los hechos acontecidos son un delito y como tal, son denunciables.
- Cortar toda comunicación con la persona que está extorsionando, y no proporcionarle ninguna otra información adicional.
- Reportar y bloquear al usuario en Instagram.
- Bloquear el número de teléfono para no recibir más SMS.
- Practicar egosurfing periódicamente para vigilar qué información existe en Internet sobre él, y así detectar si han podido publicar sus datos personales o alguna imagen.
- En el caso de detectar alguna publicación inapropiada:
- Ejercer el derecho al olvido en el buscador en el que la encuentren.
- Contactar con la plataforma o página en la que detecte alguna publicación, para solicitar su eliminación.
- Ejercer derechos ARSOPOL (acceso, rectificación, supresión, oposición, portabilidad, derecho a no ser objeto de decisiones individualizadas y limitación del tratamiento).
- En caso necesario, denunciar ante la AEPD (Agencia Española de Protección de Datos).
- Si detecta la difusión de alguna imagen de contenido íntimo (lo cual sería contenido de abuso sexual infantil, también conocido como ‘Pornografía infantil’), reportar en la Hotline de INCIBE, así como contactar con el Canal Prioritario de la Agencia Española de Protección de Datos.