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Evita estos cuatro errores habituales al utilizar una regleta inteligente
El uso incorrecto del artilugio puede ocasionar problemas de funcionamiento o incluso comprometer la seguridad de los dispositivos conectados
Los dispositivos inteligentes se han vuelto una opción muy práctica para el hogar moderno. Éstos ofrecen la posibilidad de automatizar tareas, acceder a ellos de forma remota y, en muchos casos, ahorrar energía.
Las regletas inteligentes, que permiten conectar varios aparatos eléctricos y controlarlos a distancia, son un ejemplo de esta tecnología. Sin embargo, su uso incorrecto puede llevar a problemas de funcionamiento o incluso comprometer la seguridad de los dispositivos conectados. A continuación, se presentan cuatro errores comunes que es importante evitar al utilizar una regleta inteligente.
1. Sobrecargar la regleta
Uno de los errores más comunes al utilizar una regleta inteligente es sobrecargarla. Aunque estos dispositivos están diseñados para soportar la conexión de varios aparatos, cada modelo tiene un límite de potencia que no debe excederse. Este rango suele estar entre 2000 y 4500 W, siendo el promedio unos 3680 W.
Al superar esta capacidad, pueden presentarse problemas como apagones, fallos en el funcionamiento de los dispositivos e incluso daños en la regleta. Para evitar esto, es fundamental conocer la potencia máxima que admite el modelo adquirido y asegurarse de no excederla. Conectar demasiados dispositivos o aparatos de alto consumo energético puede resultar en problemas graves.
2. Elegir un dispositivo de baja calidad
Cuando se trata de dispositivos inteligentes, es esencial optar por modelos de calidad. Las regletas inteligentes no son la excepción, y escoger un modelo confiable y seguro es clave para su buen funcionamiento. Una regleta de baja calidad podría no cumplir con los estándares de seguridad necesarios o fallar en el control remoto de los dispositivos.
Para elegir una regleta de calidad, es recomendable investigar previamente, leer comentarios y reseñas de otros usuarios, y consultar informes de pruebas. Esto no solo garantiza una mejor experiencia de uso, sino que también reduce el riesgo de fallos en el dispositivo y en los aparatos conectados a él.
3. Conectar únicamente aparatos necesarios para controlar
Aunque las regletas inteligentes permiten conectar una variedad de aparatos, lo ideal es utilizarlas solo para aquellos dispositivos que se necesiten gestionar de forma remota. Por ejemplo, conectar un cargador de móvil a la regleta no tiene mucho sentido si no se planea controlar su encendido y apagado.
En cambio, resulta más práctico utilizar la regleta para electrodomésticos como una una estufa o una lámpara, donde la opción de encenderlos o apagarlos realmente aporta un valor añadido. De esta manera, se optimizan los enchufes disponibles y se saca el máximo provecho de la funcionalidad remota de la regleta.
4. No aprovechar el ahorro energético
Además del control remoto, las regletas inteligentes ofrecen una excelente oportunidad para reducir el consumo de energía. Programar el encendido y apagado de dispositivos puede evitar que permanezcan conectados más tiempo del necesario. Por ejemplo, es posible controlar una estufa para que solo esté encendida cuando realmente se necesite, evitando así un consumo energético excesivo.
También es posible aprovechar tarifas de discriminación horaria, programando la activación de dispositivos en horarios donde la energía es más económica. Este enfoque no solo contribuye al ahorro de energía, sino que también permite gestionar de forma más eficiente el consumo del hogar.
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