Con música, casi todo mejora. En determinados contextos sobra, pero está demostrado que puede activar la liberación de endorfinas, la motivación, mejorar el estado de ánimo, estimular la creatividad… Por algo Tolstói dejó escrito que la música es “la taquigrafía de los sentimientos”, una descripción hermosa que apela a su componente emocional. Así, es un elemento que se debe cuidar en cualquier pieza audiovisual, por breve que sea, como es el caso de los vídeos de Instagram. Ahora bien, hay que andarse con ojo y no publicar vídeos con canciones que tengan copyright.
“El uso de música para fines comerciales o no personales está prohibido, salvo que hayas obtenido los permisos necesarios”, advierte Meta. “Si publicas contenido que incluya música perteneciente a otra persona, el propietario de los derechos correspondientes puede revisarlo y el contenido musical se podría bloquear, silenciar o suprimir si no has obtenido la autorización pertinente para usarlo”, añaden.
Qué es el copyright y cuándo aplica
El copyright, la palabra universal que sirve para denominar los derechos de autor, es un tipo de propiedad intelectual que otorga al creador de una obra original una serie de derechos exclusivos (copiar la obra, distribuirla, modificarla…) Así, actúa como una suerte de escudo que protege las creaciones, que pueden ser de muchísimos tipos: por ejemplo, un álbum completo o la fotografía de una determinada web que no puede publicarse sin el consentimiento expreso de su autor.
Así, el símbolo © sirve para indicar al público que una obra es original y que su uso, reproducción o transformación está sujeta a derechos de autor.
Cómo evitar el copyright
El copyright es un muro infranqueable. No es posible saltárselo, y tampoco conviene intentarlo. Instagram se ha puesto serio con este tema en los últimos tiempos, y en ocasiones ha eliminado canciones de su biblioteca porque ha dejado de tener las correspondientes licencias, perjudicando al contenido que se había creado previamente en el que aparecían esos temas. “Es decir, no sólo afecta a que no puedas volver a usar esa canción que sueles usar en tus reels o stories, sino que también afecta a los ya publicados, dejándolos en silencio”, explican desde Wess Music.
Por su parte, desde Epidemic Sound recuerdan que, en la mayoría de las situaciones, los usuarios pueden usar música con derechos de autor en Instagram: por ejemplo, en publicaciones, reels e historias. Lo que está prohibido es utilizarla en anuncios. “Si creas anuncios, no puedes hacerlo con música que esté protegida por derechos de autor. En ese caso, Instagram te reclamará”, advierten.
Qué dice Meta al respecto
Por su parte, Meta reconoce que, para asegurarse de que la música con licencia presente en su propia biblioteca no se utiliza para fines comerciales, “ciertas cuentas de negocios y ciertos tipos de publicaciones no tienen acceso a la biblioteca”. Es decir, que, si una persona tiene configurado el perfil de empresa, es posible que ni siquiera pueda poner el tema que desea.
Esta estricta política genera situaciones absurdas de vez en cuando. "A un amigo le bloquea Instagram un vídeo por temas de copyright. La canción la escribió él, le pone la voz y las guitarras", denunció una persona en X.
Dónde encontrar música sin copyright
Dado que publicar contenido acompañado de música sin copyright es fundamental para no tener sustos, CincoDías ha recomendado varias plataformas en las que se pueden encontrar buenas canciones sin gastar demasiado. La primera de ellas es AudioJungle, un gran banco en la que los usuarios pueden filtrar el contenido (paquetes de música, efectos de sonido, etc.) por precio, popularidad o estilo.
La segunda recomendación es Incompetech, una plataforma en la que muchas canciones están disponibles de forma gratuita.
Snapmuse, otra gran opción para encontrar música
Otra opción es Snapmuse, una plataforma que posee una biblioteca propia con unas 16.000 pistas musicales "Mejora tus publicaciones, historias, anuncios y vidas con música y efectos de sonido de alta calidad. Snapmuse está aquí para ayudarte a encontrar la música adecuada, de inmediato. Olvídate de las reclamaciones por derechos de autor y céntrate en crear tus mejores contenidos", explican en la web de la app.
La suscripción cuesta 6,49 euros al mes para los creadores de contenidos individuales y 14,99 euros mensuales para autónomos y empresas, pero es posible disfrutar de una prueba gratuita de 30 días para valorar si merece la pena.
Hooksounds, servicio parecido
Hooksounds es una plataforma parecida. "Puedes comprar una sola licencia, o suscribirte y disfrutar de nuestra biblioteca completa. Sin pagos PRO, sin reclamos de derechos de autor ni tarifas ocultas. ¿Y la mejor parte? Toda nuestra música se crea con el propósito de ser utilizada en diferentes proyectos y plataformas, por lo que tenemos muchos tracks hechos para Instagram", explican en su página.
No obstante, es mucho más cara que Snapmuse: el plan más barato cuesta 14,99 dólares mensuales, y el diseñado para las empresas asciende hasta 49 dólares al mes.
"Add Background Music To Video"
Hay varias aplicaciones que permiten añadir música de fondo a los vídeos de Instagram. Add Background Music To Video es una de ellas, es gratis y es compatible con iTunes.
Con todo, la música no tiene un peso tan relevante en el universo de Instagram como en el de TikTok. A Meta no le interesa ir por ese camino. "Cuanto mayor sea la presencia de la música en el contenido, más probabilidades habrá de que se limite (p. ej., puede bloquearse o silenciarse, o podría no cumplir los requisitos de Music Revenue Share)", establece Meta. Además, recomienda "usar clips de música cortos" y recuerda que todo contenido debe incluir un componente visual. "No es recomendable que su finalidad principal sea simplemente ofrecer una grabación de audio", añaden.