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La tomadura de pelo de Capcom a los jugadores de Switch con los CiaB: “Es una cajita con un papelín”

La compañía de videojuegos japonesa da la espalda al disco o al cartucho físico sin que el descenso de precio en el nuevo formato sea muy notable

Juan Manuel Del Olmo

Una persona juega a la Nintendo Switch / UNSPLASH

Capcom es una prestigiosa empresa japonesa de videojuegos, famosa por crear y desarrollar algunas de las franquicias más populares y exitosas de la industria. Es la responsable de sagas icónicas como Resident Evil o Street Fighter, por lo que cuenta con una gran cantidad de fans por todo el mundo. Hace unos días, la compañía anunció el lanzamiento de Marvel vs. Capcom Fighting Collection, una recopilación de “7 juegos legendarios” que incluiría modo online, modo entrenamiento, museo “y mucho más”.

En un mensaje publicado en redes sociales, la compañía especificaba que la versión digital para Europa, Oriente Medio y África ya estaba disponible, y que las físicas llegarían el 22 de noviembre. No obstante, entre paréntesis incluían una información delicada: para PS4 habría disco en caja, como esperaban los fans, pero en el caso de Switch esta fisicidad quedaba en entredicho, ya que venderían “un código en caja”.

Enfado con el CiaB

Es decir, que lo que se comercializará para Switch es una clave, una simple combinación, dentro de la caja. Es lo que se conoce como CiaB o CIB, siglas de Code in a Box. Para algunos amantes de los videojuegos, esto supone una afrenta y un menosprecio. “Se os debería caer la cara de vergüenza de que una compañía de renombre que se ha convertido en lo que es gracias a sus usuarios trate así a sus fans sacando un producto incompleto sólo para hacerse con el dinero de los usuarios. Sois unos p********* estafadores”, protestaba un internauta en X.

Portada de un juego para Switch en la que se indica que no contiene disco físico / AMAZON

“Físico es que venga el cartucho, eso es una caja con un código. Al final solo vendrá la hoja con el código y diréis que es físico también. Qué ganas de hacer las cosas mal...”, coincidía otro. “Y encima tenéis los santos coj... de llamar formato físico a una caja con el código. En fin, después a llorar porque no vende bien”, apostillaba un tercero.

“Una cajita vacía”

En el universo gamer, la mayoría de los jugadores opina así. De hecho, en los últimos tiempos se han sucedido las quejas contra este formato.  Por ejemplo, La Caverna del Gamer, un youtuber especializado en el sector, calificaba el code in a box de solución “infame”. “Una cajita vacía que únicamente contiene un papelín con un código para descargar el juego”, resumía en un vídeo publicado en el mes de agosto.

“Los cartuchos de Nintendo Switch son más caros que el Blu-ray para los publishers, y algunos no quieren asumir el coste de una segunda tirada. Y me parece bien: ¿quieres sacarlo solo digital? Hazlo. Pero creo que deberíamos dejarnos de medias tintas y de sacar esto, que intenta estar a medio camino entre lo físico y lo digital y acaba siendo una broma: es un malgasto de plástico y espacio”, argumentaba.

Juegos queridos por el público

Sergio Ortuño es experto en videojuegos y comunicador, y ofrece a Consumidor Global una explicación similar. Sobre Marvel vs. Capcom Fighting Collection, aclara que “son juegos muy especiales porque, al fin y al cabo, es un crossover entre Marvel y Capcom, y eso llama mucho la atención de la gente. Te genera curiosidad, vas conociendo a unos y a otros… Son juegos queridos por el público”, reconoce.

Cartuchos reales de juegos de Switch / UNSPLASH

Por eso, no poder palpar el producto resulta molesto. Y Ortuño afirma que, por desgracia, es una práctica que ya ha visto “en varios juegos de Switch” como los de Bandai Namco. “Uno de los que más me duele es el Tales of Vesperia: Definitive Edition”, reconoce. “Lo más gracioso es que en la caja te reconoce que lo que viene es un código de descarga. Es evidente que si lo que vas a vender es una caja con un simple código, no estás vendiendo un juego físico, eso solo puede ser un cartucho o un disco”, describe.

Un formato de verdad

En definitiva, objetos, dice Ortuño, que “yo pueda intercambiar con un colega por otro juego, o prestárselo unos días. Un formato verdadero”, expone.

Logo de la Switch / UNSPLASH

“No estoy en contra del formato digital porque entiendo que, para las empresas indies o pequeñas, puede implicar ahorrar muchos costes: llevar el producto a las tiendas, hacer las carátulas, grabar los discos o los cartuchos…”, admite. “Sin embargo, si vendes el formato digital a un precio de juego físico, ¿dónde está la lógica?”, se pregunta Ortuño.

El problema del precio

“Se supone que si lo vendes en digital tendría que ser más barato”, argumenta. “Y más si los desarrolladores son estudios de Nintendo o Sony, porque todos los beneficios se los van a quedar ellos”, agrega. En redes sociales, las opiniones sobre este punto parecen unánimes. “Menuda lacra los CIAB”, decía una internauta a finales de julio. También hay quienes creen que, si el formato físico cada vez queda más proscrito, será difícil hacer regalos de juegos tangibles.

Una Nintendo Switch / UNSPLASH

“Personalmente, ni con un palo los toco, los considero una especie de insulto a quienes preferimos el formato físico. Entiendo que a veces estos salen más baratos que en la e-shop y puede merecer la pena, pero no seré yo quien apoye esta iniciativa”, decía un aficionado en julio de 2023.

Más facilidades al cliente

“Las empresas tienen que dar facilidades a los clientes y pensar más en ellos. Porque, por mucho que digamos que somos amantes de los videojuegos y que éstos son un arte, al final esto es un negocio. Como clientes que somos, tenemos derecho a exigir unos ciertos niveles de calidad”, arguye Ortuño.

Y un negocio lucrativo: tal y como publicó IGN, Capcom vendió casi 46 millones de unidades de videojuegos durante el año fiscal que terminó el 31 de marzo de 2024. Fue el récord de la empresa. Además, las ventas netas aumentaron un 21% interanual y los ingresos operativos un 12,3%, hasta los 57.000 millones de yenes (una cifra equivalente a 340 millones de euros). Por ello, a juicio de Ortuño, la única salida justa es la diferenciación real de precio entre los formatos, es decir, que los CiaB pasen a ser verdaderamente más baratos que los juegos palpables. “Tenemos que ponernos firmes”, concluye.