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Acompartir, el único banco solidario de productos no alimentarios: “Colaboramos con 657 ONG”
Entrevistamos a la fundadora y directora del proyecto, Leticia López-Cotelo, para hablar sobre las opciones que existen para evitar el desperdicio de los artículos electrónicos, higiénicos o ropa
Cada año se desperdicia un tercio de la producción mundial de alimentos, y en España, esta cifra se traduce en 1,17 millones de toneladas, lo que equivale a aproximadamente 25 kilos por persona. Esta situación ha llevado a una creciente concienciación social y a la creación de empresas como Too Good To Go y Frutas Feas, que luchan contra el despilfarro alimentario. Sin embargo, el desperdicio no se limita a los alimentos. En el país, se estima que se pierden cerca de 400 millones de euros en productos no vendidos de todo tipo, como electrónicos, ropa y artículos de higiene, que, a pesar de estar en perfecto estado, a menudo acaban en vertederos o incineradoras.
Para abordar este problema, se han desarrollado alternativas como Acompartir, el único banco que existe en el país de productos que recupera de excedentes nuevos y los redistribuye a colectivos vulnerables. Fundada por Leticia López-Cotelo hace diez años, Acompartir ha rescatado más de 3.500 toneladas de productos donados por 186 empresas, beneficiando a más de 2 millones de personas a través de 657 ONG. En esta entrevista, Leticia comparte su visión sobre el desperdicio no alimentario y el impacto positivo del proyecto en la lucha contra la pobreza y en la protección del medio ambiente.
--Acompartir lleva 10 años en funcionamiento. ¿Qué la motivó a fundar el primer banco de productos no alimentarios en España? ¿Cómo fue ese momento “eureka”?
--En esos momentos trabajaba en el departamento de marketing de una multinacional tecnológica. Parte de nuestro trabajo consistía en producir artículos promocionales con el logo de la empresa, que luego se regalaban a los clientes. Sin embargo, los logos cambiaban con frecuencia, y los productos con diseños antiguos debían ser destruidos. Fue entonces cuando pregunté si podía llevármelos para donarlos a personas necesitadas, ya que en ese momento también hacía voluntariado en un comedor social, donde veía de primera mano la necesidad. Cuando ves que eran cosas de ropa nueva que les iban a venir súper bien, dices: cómo tirar lo no vendido si alguien lo necesita.
--Acompartir ha rescatado más de 3.500 toneladas de productos nuevos invendidos. ¿Cuáles son los productos más comunes que reciben?
--Los productos más comunes son los de higiene y limpieza, como champús y geles. También nos piden mucho pañales y detergentes, aunque estos últimos son difíciles de recibir. En general, nos piden los artículos cotidianos que todos usamos a diario como colchones, sartenes, vajillas, toallas, sábanas, entre otros. Básicamente, todo lo necesario para el día a día, que no es poca cosa.
--El desperdicio alimentario ha ganado gran atención mediática en los últimos años, pero el desperdicio no alimentario es mucho menos conocido. ¿A qué cree que se debe esta diferencia en el enfoque?
--No se ha abordado el tema del desperdicio no alimentario porque no existen estudios específicos que proporcionen cifras sobre este tipo de desperdicio. Aunque es cierto que en el ámbito textil se ha comenzado a hablar más, con iniciativas como las de Cáritas. Pero, es un proceso más lento. Podemos mirar hacia el futuro tomando como referencia a países más avanzados en esta área, como Francia.
--Algunas personas podrían pensar que los productos no alimentarios son menos esenciales que los alimentos. ¿Cómo responde a ese tipo de percepciones desde la perspectiva de Acompartir?
--Es cierto que los productos no alimentarios son menos esenciales en comparación con la comida y el agua, que son vitales para sobrevivir. Sin embargo, para cocinar se necesita una sartén, una olla, y poder pagar el gas o la electricidad. Además, para algo tan importante como asistir a una entrevista de trabajo, es fundamental ir aseado y con buena presencia, lo que implica tener acceso a desodorante, detergente para lavar la ropa, y prendas en buen estado. Del mismo modo, todos debemos comprar material escolar y ropa adecuada para el colegio.
--Muchos consumidores desconocen que el desperdicio no alimentario también tiene un impacto ambiental considerable. ¿Cómo les explicaría a los ciudadanos la gravedad de este problema?
--Destruir productos no alimentarios representa un enorme costo ambiental, ya que elementos como los aerosoles, detergentes y plásticos generan una gran cantidad de contaminación. Mientras que los alimentos pueden reutilizarse, por ejemplo, a través del compostaje, los productos no alimentarios implican un impacto mucho mayor, tanto en términos económicos como medioambientales.
--En 2023, España introdujo una ley para la gestión de residuos que obliga a las empresas a reducir el desperdicio. ¿Cómo ha afectado esta normativa al trabajo que hacen en Acompartir?
--Lo hemos notado en que ha generado un cambio en la actitud de las empresas. Ahora que no tienen que pagar el IVA sobre las donaciones, están donando más. Además, la normativa advierte sobre la importancia de no destruir productos, lo que implica una serie de cambios y ajustes internos en los procesos de las empresas.
--Además de colaborar con 657 ONG, ¿cómo se asegura Acompartir de que los productos donados realmente lleguen a las personas que más los necesitan?
--Visitamos a las organizaciones, les solicitamos la documentación necesaria y conversamos en profundidad sobre sus proyectos. En cada pedido, nos informan a quiénes está dirigido, a qué colectivos, y cuántas personas serán beneficiadas. Es crucial mantener la trazabilidad y realizar un seguimiento adecuado para asegurar, por ejemplo, que una ONG que atiende a 50 personas no reciba mil champús. Es importante que todo se maneje de manera responsable y que los productos no terminen en mercadillos o rastrillos.
--¿Cuál ha sido el desafío más grande a nivel logístico al crear una red que cubre todo el territorio español con 62 puntos de reparto?
--La logística es el punto clave. Al abarcar todo el país, el transporte supone un gran desafío debido a los altos costes tanto para recoger como para entregar los productos. Con el apoyo de la Fundación Seur, que nos ha respaldado desde el inicio, lo vamos consiguiendo. Actualmente, contamos con 62 puntos de distribución en toda España, lo que es una pasada y es algo único. Esto nos permite atender a ONG en todas las regiones, incluso en localidades pequeñas, lo cual ha sido muy beneficioso para ellas, al punto de que nos piden que no dejemos este proyecto.
--Algunos consumidores creen que donar productos no vendidos o con pequeños defectos podría significar que son de baja calidad. ¿Cómo garantiza Acompartir que los productos que distribuye están en perfecto estado para su uso?
--Las empresas deben donarnos siempre productos nuevos. Es cierto que, en algunas devoluciones, pueden llegar artículos que no están en condiciones óptimas, pero muchas ONG los reparan. Aun así, la mayoría de los productos que recibimos son nuevos y en perfecto estado, especialmente los de higiene y limpieza, donde no se aceptan productos derramados. No es posible transportar ni almacenar artículos en esas condiciones, ni tampoco aceptar productos caducados. Antes de realizar la donación, las empresas nos informan del estado de los productos para garantizar su calidad.
--¿Cómo se está adaptando Acompartir a los nuevos tipos de productos que surgen, especialmente aquellos relacionados con tecnología, sostenibilidad o moda rápida, y que generan altos volúmenes de excedentes?
--Gracias a que contamos con un centro logístico de 36.000 metros cuadrados, podemos aceptar todas las donaciones que recibimos. A medida que crecen las colaboraciones con las ONG, gestionamos un gran volumen tanto de entrada como de salida de productos. Habitualmente, enviamos una newsletter a las ONG cada vez que llegan nuevos productos, para que estén al tanto y puedan solicitarlos si les resultan útiles. Dado que trabajamos con ONG que atienden a todo tipo de colectivos, como mujeres, hombres, niños, mayores, personas con discapacidades o enfermedades, los productos pueden variar desde maquillaje y herramientas de bricolaje hasta bicicletas, colchones o balones. Es importante mantenerlas informadas, ya que cada organización tiene necesidades específicas. En Acompartir no asignamos los productos, son las ONG las que los solicitan según sus proyectos y necesidades.
--¿Qué papel pueden jugar los consumidores en la cadena de valor de Acompartir? ¿Cómo pueden colaborar o apoyar este tipo de iniciativas para reducir el desperdicio no alimentario?
--Al final, esto está en manos de todos. Vivimos en una sociedad completamente orientada al consumo, donde estamos comprando constantemente, desde artículos para el hogar hasta productos de electrónica, muchos de los cuales terminan siendo descartados rápidamente.
--¿Qué mensaje le gustaría transmitir a los consumidores sobre la importancia de donar o reutilizar productos, en lugar de contribuir al ciclo de consumo y descarte rápido que prevalece hoy en día?
--Es muy importante consumir de manera responsable, adquiriendo solo lo que realmente necesitas.
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