Sofisticadas sin estridencias. Casual chic. Blanco blanquísimo, perfectas para combinar con vaqueros y un abrigo largo, o incluso algo más formal, y no patinar en el intento. Diríase que son, en definitiva, unas zapatillas ante las que decir “qué mona va esta chica siempre”. Las Veja se han convertido, en los últimos años, en el calzado perfecto de todo aquel que ha querido dar pasos con un estilo reconocible sin renunciar a la comodidad. Es como si las Stan Smith rejuvenecieran y quisieran darse un largo paseo por París, tomar una bebida orgánica en una terraza en vez de optar por un vino tradicional y después, por supuesto, subirlo todo a Instagram.
La marca cuenta con varios modelos veganos que han llevado influencers de todo pelaje, luciendo su logo sencillo y funcional: una V. Esta letra da pie a un pequeño dilema: es exactamente la misma letra del logo de Calzados Victoria, una empresa riojana de toda la vida. Un consumidor poco avezado, de hecho, podría confundir una y otra al verlas por la calle; a pesar de que el modelo más popular de Veja sobrepasa los 120 euros y las Victoria se pueden conseguir por unos 70.
Victoria defiende la V como suya
Antes de dar un paso en falso, los antecedentes. Calzados Victoria puede presumir y presume de ser una marca que se lleva en los pies, pero está instalada en la memoria. Sara Gutiérrez, jefa de comunicación de la firma, explica a este medio que, en un mercado tan saturado en el que cada vez hay más players, Calzados Victoria se distingue por ser “una marca alegre y buen rollista que forma parte del imaginario colectivo, porque todos hemos crecido con ella independientemente de la generación a la que pertenezcas”. Por eso, creen que es su historia lo que les identifica. “Seguimos fabricando nuestras zapatillas a mano, una a una, y la mayoría de ellas en La Rioja, como lo hacíamos en 1915. Pero, además, hemos conseguido adaptarnos a las tendencias”, exponen.
A día de hoy, Victoria está presente en más de 50 países y, según Moda.es, cerró el ejercicio 2021 con unas ventas que rondaron los 35,9 millones de euros. Por su parte, Veja –radicada en Francia– ya facturaba 65 millones en 2019. Sobre las similitudes entre un logo y otro, desde Victoria reivindican su autoría sin pisar ningún charco. “En Victoria podemos hablar en primera persona de nuestra historia y no de la de los demás. Y lo cierto es que contamos con registros que muestran que comenzamos a utilizar la V en nuestras zapatillas en 1977, es decir, que forma parte de nuestro ADN desde hace más de 40 años. Por eso creemos que la V se identifica con nuestra marca”, exponen. Para tener la foto completa, este medio ha preguntado por el asunto a Veja, pero, al término de este reportaje, no ha obtenido respuesta.
“Una marca aspiracional”
Victoria tiene en Instagram 118.000 seguidores, frente a los 875.000 que suma Veja. La segunda firma es, de hecho, una aventajada en redes sociales. Por su parte, la empresa riojana ha sacado recientemente una nueva línea de inspiración retro, 1985, cuya acogida, dicen, ha sido “fantástica”. De acuerdo, Victoria hace zapatillas y siempre las ha hecho, pero no ese tipo de zapatillas. Rocío Elizaga, profesora del ISEM Fashion Business School, explica a Consumidor Global que la similitud es “curiosa”, si bien considera que el porcentaje de personas que vayan buscando unas Veja y finalmente opten por unas Victoria por sus semejanzas externas es pequeño. “Si las intentas comparar, no son iguales. El que compra Veja lo hace porque quiere lo que significa Veja”, expone.
¿Y qué significa? Una historia de éxito sin estridencias que trasciende lo sport. “Son una marca aspiracional que se aprovecha de varias tendencias. En primer lugar, de que el mundo de las sneakers lleva unos años en alza. Y luego, lo cierto es que lo han hecho muy bien y se han convertido en tendencia, han conseguido ser una firma chic, con una línea sencilla, pero muy fina; no tienes que ir necesariamente de deporte. Veja se ha visto en prêt-à-porter, en la Semana de la Moda, por ejemplo, combinadas con trajes. Meghan Markle es una de las personalidades que las ha llevado”, expone Elizaga.
Reconocibles sin ser explosivas
A juicio de esta experta, la empresa ha jugado muy bien sus cartas con el storytelling. Sus fundadores venían del mundo de la empresa, recuerda, y apostaron por el compromiso medioambiental, por buenos materiales, por producción local… “La manera de contártelo también es chula. Su línea es elegante, y eso casa muy bien con el hecho de que no tengan demasiada publicidad. Su éxito ha venido del boca a boca. Y el diseño, sin ser explosivo, se identifica claramente”, cuenta.
Lo cierto es que la V no es la única semejanza entre una y otra firma, puesto que las dos utilizan la sostenibilidad como reclamo. Si uno entra en el Instagram de Veja, verá que la compañía presume en su descripción de algodón orgánico, caucho amazónico (para las suelas) y comercio justo. Incluso cuentan con la certificación B Corp (aunque este medio ya reflejó las luces y sombras de ese sello). Están hechas en Brasil y sus creadores también valoran, aseveran, la inclusión social. Son tan magnánimos que, en su web, explican que producir unas Veja en una fábrica china les costaría tres veces menos, pero no lo hacen porque “no se harían con materiales y procesos social y ambientalmente responsables”.
Preocupación por la sostenibilidad
Ahora bien, si un consumidor español está realmente preocupado por el medio ambiente y lo antepone a otros factores a la hora de comprar ropa y complementos, lo cierto es que tendría más sentido que optase por un producto hecho aquí (el 80 % de la producción de Victoria se lleva a cabo en España) que no por otro que, para llegar a las tiendas, tiene que cruzar el océano Atlántico.
“Para nosotros la ecología no es una opción, es nuestra forma de hacer las cosas desde el principio”, exponen desde Calzados Victoria. En este sentido, la firma reconoce que “la industria de la moda se ha convertido en una de las más contaminantes del planeta, y el tiempo se nos acaba”, por lo que lanzaron hace tres años el proyecto Dear World.
Veja como espejo
En sintonía con este proyecto, Victoria construyó sus nuevas instalaciones en casas pasivas, apostó por el algodón cultivado en Andalucía, hilado en Cataluña y tejido en Alicante; y desarrolló, de la mano de su proveedor, “un producto único en el mercado”: un algodón específico para tintar con un 30 % de materia reciclada preconsumer, al que llaman DREC® (Dyeable Recycled Ecological Cotton). “Gracias a esto hemos conseguido disminuir nuestro consumo de materia prima en 4.500 kg al año”, defienden. Por si esto fuera poco, la empresa riojana defiende que todo su packaging es reciclado y reciclable, y que han sustituido los aceites minerales de sus suelas para hacerlas más biodegradables.
“En el caso de Veja, el tema de la sostenibilidad ayuda, pero no es la preocupación principal”, admite Eliazaga. Funciona como un plus, pero la marca triunfa porque ha logrado crear una identidad, han saltado a los vestidores de las influencers y, en definitiva, “se ven mucho”. Además, recuerda la experta, en el plano internacional Victoria no tiene tanta presencia como Veja. Así, la pregunta es inevitable: ¿puede Victoria sacar alguna ventaja del tirón de Veja? La profesora del ISEM no esquiva la cuestión y afirma que sí, porque, en el diseño de las riojanas, “hay algo de mirarse” en Veja.