Yoga facial para trabajar los músculos: la práctica milenaria que divide al sector de la estética

Un día te levantas, te miras al espejo y te das cuenta de que tu piel ya no es la misma que antaño. Las primeras líneas de expresión empiezan a asomar, como un día salieron los primeros granos que marcaban la entrada en la pubertad. Cuando estos signos de la edad comienzan a aparecer, muchas personas buscan remedios. Cremas, hábitos saludables, tratamientos para la dermis y hasta deporte facial. 

El mercado ofrece un sinfín de posibilidades para tratar el rostro. Ahora bien, ni todas cuestan lo mismo ni todas son igual de efectivas. En este sentido, el yoga facial tiene tanto amantes como detractores. Algunos ven en él una forma perfecta de comenzar con la estética preventiva. Pero, ¿se sabe realmente qué es? ¿Cuánto estaría dispuesto a pagar el consumidor por una sesión de yoga facial? 

¿Qué es y para qué sirve?

Basta con escribir "yoga facial" en el buscador del navegador y miles de vídeos aparecen ante nuestros ojos. Prueba de que es una práctica que se encuentra en pleno auge. Carmen Navarro, directora de los centros de estética que llevan su nombre, explica a este medio que se trata de una técnica milenaria. "Hay que trabajar músculo a músculo para ir destensando", aclara la especialista. Alessandra Scanove, experta en yoga facial, añade que estos ejercicios son para cara y cuello. 

"Consisten en aislar el músculo sin arrugar la piel", matiza. Los músculos de la cara son diferentes a los del cuerpo. Scanove explica que los del rostro tienen fibras blancas y, por tanto, más resistencia. "Los ejercicios faciales se deben complementar con comer cosas duras, por ejemplo", subraya. Sin embargo, el objetivo del yoga facial no siempre es tonificar los músculos de la cara para evitar la caída de la piel. En casos como el bruxismo, por ejemplo, el reto consiste en aprender a relajar el músculo. 

¿Una práctica gratuita o cara?

Pagar o no por el yoga facial es una cuestión que queda a juicio del consumidor. Youtube e internet en general están repletos de vídeos que enseñan este tipo de gimnasia facial sin tener que gastar un euro. De hecho, a juicio de Navarro, es una práctica ideal para hacer en casa durante la rutina facial de noche. "Los cursos sí cuestan dinero. Si quieres ser más perfeccionista, pues la academia te ayudará a eso", matiza la experta. 

Una sesión con Alessandra Scanove cuesta unos 150 euros. Durante una hora y media, se dedica a detectar cuáles son las necesidades de sus pacientes y los ejercicios a realizar. El resto del trabajo hay que hacerlo en casa. "La función más importante del yoga facial es desde quitar arrugas hasta tratar dolores musculares. Es necesario activar la microcirculación", añade Carmen Navarro. 

¿Consigue los mismos efectos que las cirugías estéticas?

Es la gran pregunta: ¿sustituye el yoga facial a los retoques estéticos? "Si nos empezamos a cuidar desde jóvenes, se podrá conseguir no llegar a la cirugía", asegura Carmen Navarro. Ahora bien, el yoga facial no es un complemento, por ejemplo, del bótox. Este lo que hace es inhibir el músculo, por lo tanto, impide que se pueda ejercitar la zona, según explica la experta en estética. 

"Por ejemplo, una persona que suela hacer gestos de enfado y se inyecte bótox, pues este desaparece antes", advierte Scanove. La experta recalca que el yoga facial es enseñar a las personas a soltar la musculatura para no hacer expresiones faciales que no necesitan. "De esta forma, la persona no necesita estar todo el tiempo poniendo bótox o relleno", concluye. 

¿Tiene un efecto significativo?

Está claro que esta práctica cuenta con muchos defensores. Aunque en su mayoría abogan por que sea una práctica a realizar en casa sin mayor complejidad. Scanove asegura que, una vez que se sigue una rutina de ejercicios, los primeros efectos visibles llegan a los 28 días. Pero la dermatóloga Rosa del Río, miembro del GEDET (Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica), no tiene tan claro que esta práctica tenga efectos verdaderamente significativos.

En sus declaraciones a este medio, la doctora reconoce que el yoga facial puede ayudar a mejorar la microcirculación sanguínea y a relajar la musculatura. "De ahí a que tenga un efecto verdaderamente significativo frente a las arrugas, la flacidez u otros signos de envejecimiento, va un trecho", sostiene. De hecho, asegura que esto depende de otros factores como: pérdida de grasa facial, retracción del hueso, ralentización de la producción de colágeno y elastina, tomar el sol o fumar, por ejemplo.