Las motos son las mejores alternativas para moverse por la ciudad. Es el medio de transporte más rápido con el que se puede aparcar en cualquier punto de las grandes urbes. Su demanda se ha incrementado tanto que las empresas no lo pasan por alto.
Existe la posibilidad de alquilar estos vehículos de dos ruedas sin que cueste un ojo de la cara. Acciona, Cooltra, Cabify y Yego son algunas de las compañías que las ofrecen. Pero hay una serie de condiciones de uso que, en ocasiones, generan controversia entre las empresas y los clientes. Se trata de temas relacionados con los accidentes que se pueden llegar a producir. ¿Quién tiene que responder por estos pagos?
Un accidente que nunca existió
Juan Carlos D.G es un excliente de Yego. Fue el pasado mes de junio cuando decidió no volver a utilizar las motos de la compañía. Una mala experiencia es la que le ha llevado a esta toma de decisión. Según relata el internauta, la empresa le ha realizado un cargo no autorizado en su cuenta bancaria.
El motivo no es otro que la reparación de uno de los vehículos. "Un supuesto accidente que nunca tuve con la moto", confirma el usuario. "No sólo no creen lo que les digo, sino que las fotografías que me mandan no son las mismas a cuando estacioné la moto", afirma. El afectado asegura que las imágenes pertenecen a otro cliente.
Demostrar la culpa del cliente
Estel Romero, abogada del despacho Sanahuja Miranda Abogados, aclara a Consumidor Global quién se debe hacer responsable de los pagos en este tipo de situaciones. Lo primero que hay que hacer es leer el contrato cuando los clientes se dan de alta en la plataforma.
El paso a seguir es buscar si existe alguna cláusula que indique "si la empresa te podrá cargar reparaciones sin que se haya demostrado que el usuario haya tenido un accidente con ese vehículo". Según la experta, si existe este punto, se trata de una cláusula completamente abusiva. "Para poder cobrar una reparación, tendrían que demostrar que tú has tenido el accidente", concluye.
Sin respuesta
La irritación con Yego va más allá. Juan Carlos D.G. denuncia las dificultades para contactar con la compañía. La única vía de comunicación que puede establecer es a través del chat que ofrece la aplicación. Un apartado donde afirma que no está recibiendo ningún tipo de respuesta.
"Debe tratarse de un error porque no tuve tal accidente", recalca el internauta. "Aún así, deciden unilateralmente cobrarme la factura de una supuesta reparación", apunta. El caso de este chico no parece ser el único. Otros usuarios denuncian haber vivido una situación similar anteriormente.
"Sin comerlo ni beberlo"
Hace un tiempo, Enric J.C. compartió su experiencia con Yego. "Me han cobrado una reparación sin comerlo ni beberlo", asegura. En esta ocasión, el internauta afirma que ni siquiera llegó a utilizar el vehículo de dos ruedas. "Alquilé la moto y al ver que estaba rota no la cogí", expone. "Aún así les tengo que mandar una foto y se la mando mostrando la parte rota, para que entiendan por qué no la quiero coger".
Según el relato del usuario, Yego reconoce que la moto no se ha movido del lugar y, por tanto, seguramente se debe haber caído. "Pero si resulta que aún sigue con un pito de un control de alcoholemia encima", asegura el internauta. Una situación que desespera al usuario puesto que no consigue que Yego le devuelva el dinero.
La necesidad de un nexo causal
La abogada explica a este medio que existen tres pilares fundamentales para las reclamaciones civiles. "El primero es que exista alguien que haya ocasionado el daño, el segundo que exista un daño y el tercero, el más importante, el nexo causal", expone. En casos como el de Juan Carlos D.G. este nexo causal es lo que falta. "El usuario puede decir que la moto está rota o le ha pasado algo, pero ¿quién dice que he sido yo y no el que la cogió después de mí si yo no he reportado ningún accidente?", plantea Estel Romero.
Una situación diferente sería si se abre un parte de accidente. En ese caso sí que existiría el mencionado nexo causal. Pero no parece ser el caso del afectado. "Si el demandado no ha tenido ningún accidente y luego otro usuario ha podido coger el vehículo, y aun así cobran al primero, no hay nexo causal. No puedes imputar una responsabilidad", zanja. De lo que no hay duda es que a Yego le llueven las críticas. La aplicación guarda silencio tras ser contactada por este medio. Su puntuación de 1,6 en portales como Trustpilot deja claro que experiencias como la de Juan Carlos D.G. o Enric J.C. no ayudan a mejorar la imagen de la empresa.