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Vodafone da gato por liebre con su fibra óptica: si internet te va lento igual tienes cable coaxial

Clientes de la operadora se quejan de que la empresa ofrece conexión a fibra óptica cuando lo que realmente instala es un cable más antiguo y, además, cobra por desinstalarlo

Juan Manuel Del Olmo

Una tienda de Vodafone / FLICKR

Vodafone es una de las grandes compañías telefónicas que operan en España. Tiene millones de clientes, ofertas audiovisuales potentes e incluso tuvo su nombre en el metro de la Puerta del Sol… pero también muestra algunas grietas. Entre ellas, su red de fibra óptica. La despliega a través de ONO, marca que posee tras una compra que le salió por 7.200 millones de euros. Aunque eso, en teoría, no sería problemático. Pero lo que ocurre es que no llega a todos lados y, aun así, la vende, cuando lo que ofrece en realidad es cable coaxial.

Para los menos técnicos, si la fibra es aceite de oliva virgen extra, el cable coaxial es sólo de oliva. A pesar de que no siempre es sencillo distinguir una de otra a simple vista, algunos consumidores denuncian que su conexión se cae, o el internet va lento y, entonces, laman a un técnico para revisarla. Ahí el truco queda revelado: el grosor del cable muestra que Vodafone les dio gato por liebre

La fibra es más fina y no lleva metal

José Miguel C. trabaja en telecomunicaciones y ha comprobado de primer mano que lo que muchas veces llega a casa “no es lo que el cliente ha contratado”. Bajo su punto de vista, el hecho de que se venda una cosa y se ofrezca otra “es una estafa” o como mínimo “publicidad engañosa”: la velocidad prometida no se cumple, lo que se puede comprobar de manera sencilla con un test rápido.

Un router /  UNSPLASH

Este antiguo cliente de la compañía también cuenta que un cable y otro se pueden distinguir por el grosor: la fibra (que proporciona mucho más ancho de banda que el coaxial) es plástico, no tiene elementos metálicos. En cambio, el coaxial es similar un cable de antena de televisión. “He tenido router, y la velocidad era mala, aunque también hay que tener en cuenta que la conectividad del vecino afecta a la tuya”, reconoce. A nivel técnico, añade que el cobre (presente en la coaxial) tiene una degradación, se oxida. La fibra no, porque es “un haz de luz” que viaja a través de un plástico. Son, en definitiva, dos modelos diferentes por los que parece justo pagar precios diferentes.

Lo que pone el contrato y lo que recibes en realidad 

Bajo el punto de vista de José Miguel C., se puede considerar que Vodafone realiza "prácticas abusivas", porque cuando el cliente se da de baja al darse cuenta de que no tiene lo que pidió, se le cobra. “Existe el derecho de desistimiento, y el cliente debería ser libre en ese sentido”, recuerda. Además, el suyo no es un caso aislado. En Twitter es sencillo encontrar decenas de comentarios en la misma línea contra la compañía telefónica.

Por ejemplo, César del Amo menciona a la firma y escribe que “dicen que es fibra y es mentira, es fibra hasta el bajo del edificio y luego coaxial hasta el router”. Por su parte, David Jiménez opina que los responsables de la compañía “prefieren que pierdas un trabajo antes que ponerte fibra óptica. En los contratos te pone fibra y luego es coaxial con una mierda de velocidad”, protesta. 

Las oficinas de la empresa en Madrid / EP

La postura de Vodafone

Este medio se ha puesto en contacto con la operadora, que apuntan a dos claves para justificar lo ocurrido: “No discriminamos entre tecnología” (es decir, no rechazan una conexión coaxial por el mero hecho de serlo, ya que en muchos casos es igualmente válida) y también que la simetría en fibra “está sujeta a condicionantes geográficos”. Esto significa, sencillamente, que hay muchos sitios a los que no pueden llegar. Y es cierto.

El problema reside en que, como expresan los afectados, en determinados casos la empresa sabe que no puede ofrecer fibra óptica, pero aun así la promociona. 

Red de conexión heredada de ONO

Otras fuentes del sector de las telecomunicaciones reconocen que sí les consta que Vodafone lleve a cabo estas prácticas, pero, sin restarles gravedad, relativizan sus implicaciones. “Si tú has estado bien tres años con ellos, sin ninguna caída, y luego te vas y te enteras de que no tenías fibra, ¿te afecta tanto?”, se preguntan. A su parecer, se trata, fundamentalmente, de un tema de comunicación comercial. “La gente sabe lo que es ADSL y lo que es la fibra, pero si le dices coaxial, no sabe a qué te refieres”, opinan.

Una persona trabaja con su ordenador / PEXELS

“Hay que pensar que Vodafone hereda el sistema de conexión a Internet de ONO, y quizá no pudo hacer todo lo que quiso por mejorar su red”, matizan estas fuentes. “Ahora bien, para la gran mayoría de los usuarios, la diferencia entre fibra y coaxial no se nota. Si no eres un streamer profesional que necesite mucha latencia o alguien que realiza muchas videollamadas, la diferencia entre un sistema y otro es pequeño. Si te dedicas a ver Netflix y a chatear, apenas lo notas”, relatan.

“Me aseguraron que era simétrica”

Daniel Serrano vivió este truco en primera persona. Como afectado explica que, a la hora de contratar Vodafone, desde la compañía le ofrecieron fibra simétrica (un tipo de óptica). Entonces, quiso cerciorarse de que realmente sería tal y no algo de peor calidad. “Insistí y me aseguraron que sí, pero luego me llegó el instalador con el equipo coaxial. Y cuando lo probé vi que era asimétrica. Vodafone no lo quiso reconocer y cuando me di de baja me cobraron la instalación, a pesar de que de lo que me habían instalado no era lo que me dijeron”, detalla.

Serrano intercambió varios mensajes con la operadora, que le pedía pruebas: “Si dispones de un documento o justificante donde se te indique que el servicio es simétrico, adjúntanoslo y lo revisamos”, le espetaron. Sin embargo, Serrano cuenta que no disponía de dicho documento “porque fue una contratación telefónica”, lamenta. Así que le tocó pagar al final “unos 150 euros” al no haber cumplido los 12 meses que le exigía la empresa para darse de baja de forma gratuita.

Publicidad de la marca junto al logo de Schweppes, en Madrid / UNSPLASH

Diferente velocidad de subida y de bajada

A Óscar M. Pérez le sucedió algo similar. Acudió a una tienda de Vodafone en Palencia y, a pesar de que partía con dudas y de que trató de asegurarse, la comercial “juró y perjuró que era fibra simétrica de 600 Mb (megabites por segundo)”, cuenta.  Sin embargo, en el momento de la instalación, este afectado vio las características del cable. “Ahí ya me percaté”, expresa.

Decidió escribir a Vodafone España, a quienes preguntó si él, con las características de su ubicación, podría pasar de HFC (cable coaxial) a fibra óptica. La propia compañía se lo desmintió: “No sería posible el cambio de momento, lo sentimos”. A continuación, confirmó a través de la aplicación que su velocidad de bajada de la conexión (es decir, la velocidad de descarga de datos) era de 600 Mb, mientras que la de subida descendía a los 100 Mb.

Cables en un dispositivo / PEXELS

Una instalación interior

Jesús Dacosta denuncia la misma situación. “Tenía muchas desconexiones en la línea y pensaba que era por el router. Cada año, Vodafone subía la cuota y aseguraba que ponían gigas ilimitados en las líneas móviles, cuando ellos sabían que apenas las utilizaba”, relata. “Yo tenía una cuota de unos 34 euros y la subieron hasta 75 euros cuando se acabó la permanencia. Les llamé y dijeron que eso era lo que había. Me cansé y me pasé a Simyo, y cuando vinieron a instalarme la conexión me enseñaron que lo que tenía era cable coaxial (más grueso, casi el doble que el cable de la fibra), que viene directo desde la calle. La fibra tiene que ser recalibrada y está en una instalación interior de la casa”, describe el afectado.

“Cuando llamas sólo te quieren vender un router de última generación que, según ellos, no tiene cortes de conexión. Pero nunca te comentan que se debe cambiar la instalación”, clama Dacosta. Además, tal y como añade, en toda la publicidad y en las facturas aparecía la palabra “fibra”. Por ello, según José Miguel C., la clave está en poner atención, incluso en el momento de la instalación, para ver qué es lo que coloca, silenciosamente, el técnico. Porque, a veces, toca la fibra. La sensible.