El vino chino se ha colado en supermercados españoles, aunque sin hacer mucho ruido. En 2016, China entró de lleno en España. Hasta entonces, el gigante asiático era uno de los países que más cantidad de vino compraba a las bodegas españolas, pero con ese golpe en la mesa mostraba de manera cristalina su intención de crecer.
Changyu, una de las compañías más grandes del sector a nivel mundial, adquirió el 75 % de la bodega navarra Marqués de Atrio. Sin embargo, parece que no ha convencido a los paladares patrios. ¿Por qué?
Un vino chino que no se vende mucho en España
“En 1892, el patriota chino Mr. Zhang Bishi invirtió fuertemente para fundar Changyu Pioneer Wine Company”. Es la primera frase que se puede leer en la parte trasera de la etiqueta del Noble Dragón, el primer vino chino comercializado por Marqués del Atrio a la venta en varios supermercados españoles. En El Corte Inglés se puede encontrar la botella de tinto por 10,15 euros, mientras que en Dia está a la venta la botella de blanco riesling. En la web de esta cadena no se especifica a qué precio. Tampoco hay valoraciones. Además de en estas dos cadenas, la bebida asiática ha desaparecido de los estantes de Carrefour, lo que supone otra muestra de su poca rentabilidad.
En Consumidor Global nos hemos interesado por la venta de esta bebida en otros canales y hemos preguntado en una de las tiendas de vinos online más populares. Desde este portal, donde es posible encontrar ambas botellas, reconocen que las ventas son bajas y que lo tienen “sobre todo, por ampliar el catálogo”. Aún más, especifican que no se han hecho pedidos al fabricante “de más de 30 o 35 botellas”. Con todo, su valoración, dicen, no es mala “para ser un vino de fuera”.
China, entre los diez países que más compra vino español
Otras fuentes del sector van más allá y aseguran a este medio que las botellas de Changyu no se han vendido tanto como esperaban en los supermercados que lo ofertan. Es decir, que el consumidor español no se siente en absoluto atraído por esta bebida.
Sobre ello, de momento Marqués del Atrio no se ha pronunciado ni ha respondido a las preguntas de Consumidor Global. ¿Qué cabe esperar en el futuro? De momento, China es sólo un socio comercial. España exporta unos 22 millones de hectolitros de vino al año y exporta en torno a un millón. Según los datos de la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (Cecrv), China ocupa el décimo lugar en el ranking de países que más compran vino español, por detrás de Reino Unido, Estados Unidos., Alemania, Países Bajos, Suiza, Canadá, Bélgica, Francia y Japón.
Importancia testimonial dentro del mercado español
Rafael del Rey, director del Observatorio Español del Mercado del Vino, detalla que la inversión de capital chino en Marqués del Atrio fue potente, así que tiene “toda la lógica” que utilicen la bodega para mostrar los productos de su propio país. No obstante, señala que la presencia del vino chino en España es “testimonial”.
Según explica, la importación de vino en España es pequeña: se traen de fuera lambruscos, proseccos, champán “y alguno chileno o argentino”. Estos últimos se suelen restringir a las tiendas especializadas. Igualmente, el experto señala que, para Changyu, las botellas de Noble Dragón podrían tener como nicho el comprador chino residente en España, que tampoco tiene mucho peso en términos cuantitativos. Además, la producción del gigante asiático tampoco es potente, matiza.
Un caldo que juega con otras reglas
Por su parte, Alfonso García Cámara, presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha, resalta la singularidad del negocio chino: “no jugamos con las mismas reglas, allí todas las empresas tienen que tener un mínimo del 50 % de capital chino, mientras que aquí pueden hacer compras más agresivas”, expresa, en referencia a la adquisición por parte de Changyu de la parte mayoritaria de Marqués del Atrio.
A García Cámara, el Noble Dragón tampoco le convence por la regulación: “Los vinos de aquí están plagados de regulaciones que, si no son tan exhaustivas en otros países, pueden abaratar los costes de producción”, expresa. Con todo, considera que a corto plazo no es un vino que pueda interesar al consumidor medio. Aunque puntualiza que, en un sector "con tanto esnobismo" como éste, “unas buenas políticas de promoción podrían hacerle crecer”.