0 opiniones
Hablan las 'víctimas' de las peluquerías de influencers: "Quería unas mechas y me la clavaron"
Numerosas clientas se quejan de que determinados salones de belleza esconden el listado de precios y del trato diferencial que reciben
Al parecer, las influencers son la nueva nobleza en ciertas peluquerías de postín. Como en la discoteca de moda, las que cuelgan fotos en Instagram pasan por delante de otras clientas que esperan, durante horas, resignadas, pese a tener cita previa. Un trato diferencial, en función de los Me gusta, que se traslada al corte, al teñido y al peinado. Para acabar, el precio, ese invitado sorpresa que hace que muchas no vuelvan a pisar estos templos del bótox, el Body Pump y un postureo que exaspera al común de los mortales. Hablan las víctimas de las peluquerías de influencers.
“Entras y tienen un sofá inmenso en el que puedes esperar tres horas si tienes la mala suerte de que llega alguna influencer o las clientas pijas de la casa”, expone a este medio M. F., en referencia a la peluquería Anara by Ana Lérida, que tiene dos locales en la parte alta de Barcelona y es una de las preferidas por las famosas de las redes sociales. “Yo me sentí como la Cenicienta cuando está con su madrastra y sus hermanastras. Fue humillante”, añade M.F., que no volverá a pisar dicho salón de belleza.
El precio es un misterio
Al entrar en la página web de Anara by Ana Lérida, explican todos los servicios y tratamientos que ofrecen, pero el precio no aparece por ninguna parte. “El listado de precios es una sorpresa y no te dicen nada. Te ponen suavizante y luego tienes que pagar la cuenta que te llegue, pero nunca sabes cuánto vas a pagar”, prosigue esta chica. “Yo, con el pijerío que había y lo incómoda que me sentí, no me atreví a preguntar el precio”, apunta E.R., quien asegura a este medio que le cortaron el pelo, la peinaron y después llegó “la clavada”.
La información previa que se brinda al cliente sobre los precios de los tratamientos “es poca”, coincide Alexandra, que ha dejado una mala reseña en Google. A Patricia, según apunta en la misma página de valoraciones, le aconsejaron una mascarilla hidratante que no le hizo efecto, pero que le cobraron. “230 euros por la gracia”, zanja esta clienta descontenta.
Cuando no sabes por lo que pagas
En Blondie Madrid, la peluquería de la influencer Laura Escanes, algunas se quejan de lo mismo. “No sé qué conceptos he pagado porque no me lo han enseñado por escrito ni me lo han explicado”, critica Alba C.
Cada vez que acudía a esta peluquería de lujo, Mª Ángeles se gastaba casi 300 euros, pero “la tercera vez tuve que pedir la factura porque no entendía por qué me cobraban más de lo que me habían dicho al empezar”, añade esta clienta, quien asegura que pagó por los fallos de las peluqueras y que no volverá.
Influencer o persona
“Los precios son excesivos y te ofrecen una botella de agua cuando a las influencers les dan café”, critica Diana, que se sintió “despreciada”, sobre el trato recibido en Blondie Madrid. Una percepción que comparten numerosas clientas de la peluquería Anara.
“El servicio es pésimo, si no eres influencer. No cuidan la técnica, si no eres influencer. No les importa el color, si no eres influencer”, advierte Gloria, que visitó la peluquería de Ana Lérida hace una semana. Al parecer, el tiempo de espera también van en función de los followers y la apariencia. “Hay que destacar la impuntualidad que tiene el servicio, excepto si eres influencer o tienes un bolso Louis Vuitton”, critica Alexandra.
El regalo final
Alicia acudió a la peluquería Hair by Sergio de Barcelona. Quería hacerse unos reflejos. “Al final, me tiñeron y me cobraron unos 110 euros. Pero luego, Sergio le comentó algo al oído al que te cobra, que me dijo que me iría bien un champú hidratante y una mascarilla”, relata Alicia, que terminó comprando los dos jabones por más de 100 euros. “Antes de salir, les dije: pero, ¿qué me habéis hecho? Si yo sólo quería unas mechas…”, añade esta clienta, quien asegura que no volverá porque, entre una cosa y otra, le “clavaron” casi 300 euros.
“Te insisten en que te lleves productos de su tienda, y, por mucho que digas que no, te los acaban encasquetando”, añade otra clienta descontenta de Hair by Sergio. Sobre Blondie Madrid también hay críticas en esta línea. “No me gusta que te intenten meter por los ojos sus productos”, comenta Saray en Google. Al preguntar por estas quejas a Blondie, Anara y Hair by Sergio, este medio no ha recibido respuesta.
Desbloquear para comentar