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La venta de diamantes cae, pero resiste mejor la crisis que el mercado de lujo

Aunque un 20% de las compras se realizaron en 2020 a través de internet, la mayoría de clientes prefiere adquirir este tipo de productos en tiendas físicas

Consumidor Global

Un escaparate lleno de joyas y diamantes / EP

Como ha pasado con muchos sectores, la venta de diamantes también ha sufrido las consecuencias de la pandemia del Covid. De hecho, durante el 2020 ha registrado caídas de un 15%, en las ventas minoristas, según un informe de la consultora Bain & Company y el Antwerp World Diamond Centre (AWDC). 

Los confinamientos, las restricciones y las medidas implantadas por los gobiernos han hecho que las compras disminuyeran durante el pasado año. Sin embargo, este segmento ha sabido capear mejor la crisis que, en general, el mercado de lujo personal. En concreto, en el caso de España el descenso de las compras ha sido más drástico que en el resto de países, dado que "el coronavirus llegó en un momento en que este segmento no se encontraba en su mejor momento y se registraron grandes caídas de los precios", asegura la consultora.

Una compra muy presencial

Gracias al e-commerce, gran parte de los comercios han podido soportar la situación que ha provocado el coronavirus. De hecho, casi el 20% de las compras en diamantes se realizaron por internet durante el 2020, siete puntos más que un año antes. No obstante, entre el 90% y el 95% de los consumidores aún prefiere adquirir este tipo de joyas en tiendas físicas, por la seguridad que eso representa. 

Además, la industria de diamantes ha sacado tajada de la reducción del gasto en viajes y experiencias de los usuarios de todo el mundo. 

Una recuperación total en 2024

En cuanto a las previsiones para este año y próximos, "el 75% de los usuarios tienen la intención de gastar la misma cantidad o más en diamantes que antes de la crisis", ha explicado Olya Linde, socia de Bain & Company. 

Según el informe de la compañía, se espera que una posible recuperación total del sector no llegue hasta el 2024. Aunque todo dependerá de la situación epidemiológica, la respuesta de los gobiernos y de los consumidores.