La pandemia ha acelerado a pasos forzados la modernización de un sector tan tradicional como el de los servicios funerarios. Frente al incesante aluvión de demandas, derivado de la pandemia, las empresas fúnebres han tenido que adaptarse a los tiempos que corren, caracterizados por la suspensión de muchas de las reuniones presenciales y limitaciones varias hasta en el último adiós a los seres queridos.
Hace años que estas empresas se profesionalizaron para ofrecer servicios más allá del funeral en sí, como la preparación y el acompañamiento en el duelo. Sin embargo, con el Covid su presencia en el mundo online se ha reforzado. “Se ha digitalizado tanto la contratación de los servicios como su prestación”, explica a Consumidor Global Alfredo Gosálvez, secretario de la Asociación Nacional de Servicios Funerarios (Panasef). Así, no sólo es posible contratar las ceremonias por internet, sino también celebrarlas de manera virtual o por streaming. Además, los tanatorios cuentan con pantallas multimedia para hacer llegar las condolencias y los mensajes de cariño a los familiares, servicios que no ofrecía el sector pero ahora “están a la orden del día”, recuerda Gosálvez.
Hacia una muerte digital
Los servicios funerarios son negocios marcados por la presencialidad, necesaria para la elección y preparación de cada detalle. Pero la pandemia arrasó con esta filosofía, permitiendo asistir a la despedida de un ser querido a través de una pantalla, enviar flores al velatorio o dar el pésame desde casa con un solo clic. Sin este tipo de acciones in situ, “la solución fue digital”, coincide Christian Gimeno, responsable de la iniciativa Electium Smart, tras la que se encuentra el grupo Mémora, que pretende normalizar la compra anticipada de este tipo de productos a través de internet.
En algunos países, la muerte está presente de forma mucho más cotidiana que en otros como España, donde aún es un tema tabú para muchos. “Tenemos una cultura mediterránea y nos cuesta más asumir algunas cosas inevitables, pero es importante dejar todos estos detalles organizados por el bien de nuestra familia”, opina Gimeno. Por ello, planificar un funeral en vida de forma online permite elegir personalmente todos los aspectos del homenaje desde casa y dejarlo todo atado y pagado. Esto evita que los familiares deban hacerse cargo de las exequias llegado el momento, tanto a nivel económico como emocional, pues no deberán decidir detalles como el féretro, la urna o las flores más adecuadas en una situación tan delicada. El propio fallecido ya lo hizo antes por ellos.
Un ahorro de hasta 1.500 euros
La contratación anticipada y online de esta ceremonia permite personalizar cada detalle: dónde llevar las cenizas, el lugar para celebrarlo, la música que debe sonar, el tipo de flores que decorará la sala y hasta qué comer en el catering. En este sentido, eFuneraria es otra de las empresas que ofrece la contratación del entierro o la incineración de manera 100 % online para diferentes tanatorios repartidos por todo el país. Así, por ejemplo, un entierro sin ceremonia puede costar en Madrid unos 1.200 euros, aunque si incluye tanatorio superará los 1.900 euros. Un servicio básico de incineración en Barcelona ronda los 1.950 euros y supera los 2.900 euros si se añade una ceremonia.
Contratar el servicio por adelantado y online permite ahorrar “hasta 1.500 euros respecto a un funeral tradicional, porque los precios de este sector suben cada año, pero con la compra online el precio se deja cerrado y no aumenta con el tiempo”, asegura el responsable de Electium Smart. Además, facilita el pago personalizado, pues el usuario elige el número de mensualidades o de años en los que lo abonará. Se puede elegir, por ejemplo, pagar el importe en cinco años, es decir, en 60 cuotas mensuales y olvidarse del tema el resto de la vida. Esto contrasta con la contratación convencional con la que, o bien se cuenta con un seguro de decesos que se paga cada año hasta el fallecimiento, abonando al final el importe equivalente a varios entierros, o se paga en una sola cuota llegado el día.
Funerales transferibles entre familiares
En España, aproximadamente, el 30% de las personas fallecen sin tener un servicio funerario previamente contratado. Por eso, el sector fúnebre impulsa la alternativa digital, más fácil y rápida. Quienes más lo solicitan son personas de entre 50 y 60 años que lo contratan para sus padres, pero también gente mayor que quiere dejarlo todo solucionado para cuando no estén, cuenta Gimeno. Además, es no nominativo y transferible, es decir, no se ponen nombres y apellidos y, llegado el momento, se puede utilizar para quien antes lo necesite.
Sin embargo, a juicio de Gosálvez, aunque se trata de un servicio en alza, aún tiene camino por recorrer. “A día de hoy, la gran mayoría de la población cuenta con un seguro de decesos”, recuerda. De hecho, por la pandemia, la contratación de este mismo seguro aumentó el pasado año.