Los últimos meses han sido un verdadero caos para reconocer qué prueba de detección del coronavirus es la adecuada para cada contexto. Salir de la comunidad autónoma o viajar a otro país se ha convertido en todo un proceso lleno de burocracia, pruebas e inseguridades por parte de la ciudadanía que encuentra problemas en adaptarse y entender la información al respecto cuando nunca deja de actualizarse.
No obstante, no hay problema que no tenga solución. La ciencia y el campo de la salud se ha adaptado a todas las facetas del virus, por lo que han encontrado una prueba adecuada para cada caso. Puede que las vacaciones soñadas tengan más contratiempos de lo habitual, pero no es imposible llegar hasta ellas.
La PCR como seguro de viaje
Para bien o para mal, un clásico en el día a día del último año. El test de PCR tiene dos variantes a día de hoy: la prueba clásica que todo el mundo conoce y su versión basada en la saliva del paciente. “Ambas son capaces de detectar cantidades mínimas de virus, por lo que su eficacia está asegurada. Lo único es que no es capaz de detectar si se trata del inicio de la infección o de la fase de recuperación”, explica a Consumidor Global Juan Pedro Portell, Director del Área de Salud Laboral de Quirónprevención. Esta medida es la principal para garantizar la movilidad en avión y cada vez más países la exigen como garantía al salir de España.
Ambas pruebas son seguras y fiables en su resultado. La única diferencia entre ambas es donde y cómo realizarla. Mientras la PCR convencional requiere asistir a un centro de salud, la que controla los antígenos mediante la saliva se realiza desde casa, con una guía completa sobre como hacer el proceso y recogida gratuita. En ambos casos, los resultados estarán disponibles 24 horas después de que las muestras lleguen al laboratorio y comprueban desde el acceso por internet en el perfil de cada usuario. El precio de las pruebas es de 98 euros y no varía entre una y otra.
El mundo de los tests rápidos
No todo el mundo tiene el tiempo o la disponibilidad para recurrir a un profesional médico. O tal vez las prisas por saber si uno está contagiado son importantes para tomar una decisión o asegurar la salud de los que te rodean. En ese caso, los tests rápidos son una opción que en cuestión de 15 minutos confirma la presencia del virus en el organismo. Es importante señalar que la prueba no detecta anticuerpos, sólo los antígenos del Covid-19, por lo que el resultado será positivo o negativo.
“La seguridad de la prueba es del 100%, en contra de lo que piensa mucha gente. Ahora bien, a partir del cuarto día de infección se reduce hasta un 90% de seguridad, por lo que es aconsejable hacerla al mínimo indicio de estar infectado”, comenta el experto de Quirónsalud. Sin embargo, esta no es la única prueba a la que se puede acceder: también existe, aunque menos conocida, el test rápido de anticuerpos. Este examen se realiza con una gota de sangre del paciente y tarda menos de 20 minutos en dar un resultado concluyente, y esta vez sí que utiliza los anticuerpos del virus como seguro, lo que garantiza saber si el sistema inmunitario ha creado resistencia frente a la infección.
¿Y después del Covid-19?
Tras haber pasado el virus se abren toda una serie de preguntas: ¿estoy inmunizado?; ¿he desarrollado anticuerpos? Todas estas dudas tienen una solución bien sencilla, realizar una prueba serológica. Este test da respuesta a todas las preguntas sobre la inmunidad en el organismo. “En general, se detectan anticuerpos a partir del 12-15 días tras la infección. Con todo, se debe tener en cuenta que un bajo porcentaje de la población, entre un 2 % y un 5 %, no generan anticuerpos tras la exposición al virus”, indica Portell.
También existe la opción, tres semanas después de recibir la vacunación, de comprobar si se han desarrollado las defensas contra el Covid-19, ya que el porcentaje de personas que desarrollan resistencia contra el virus depende de la eficacia de cada vacuna. Las dos pruebas de serología se hacen mediante un análisis de sangre y en un máximo de 48 horas dan un resultado sin lugar a dudas, con un coste de 40 y 50 euros respectivamente. Una forma de proteger lo que más importa sin privarse de unas merecidas vacaciones lejos del hogar.