En el desfiladero de La Hermida, como colgando entre montañas, se encuentra Peñarrubia, un municipio en el que viven 336 personas repartidas en siete núcleos rurales y numerosas vacas, cabras y ovejas que pastan a sus anchas por el monte. Todo es naturaleza, pero desde hace unos meses los ancianos del lugar ya no están solos: han abierto una ventana al mundo.
“Ahora empiezan a verse furgonetas de Amazon con paquetes por la zona”, expone a Consumidor Global Secundino Caso, alcalde de Peñarrubia y presidente de la Red Española de Desarrollo Rural (REDR), quien asegura que la llegada de la fibra óptica en tiempos de pandemia ha cambiado por completo la vida de los habitantes de este pueblo cántabro. Al igual que Peñarrubia, muchos municipios --el 63% de las zonas rurales respecto al 50% de 2019-- de la España vaciada ya disfrutan de la cobertura de banda ancha. El objetivo es que la fibra llegue al 96% de la población española en 2023. Al mismo tiempo, Correos se encuentra en pleno proceso de digitalización de sus 2.295 puntos de atención al público ubicados en el campo, avances que facilitan la vida a los ciudadanos de Benahadux (Almería), Catoira (Pontevedra) y Liérganes (Cantabria), entre otros.
Controlar el ganado con una aplicación
“Tener fibra de 100 megabits por segundo es una revolución que afecta absolutamente a todo”, apunta Caso. La gestión del agua, que corre a cargo del ayuntamiento y es de vital importancia en una economía eminentemente rural, ha pasado a ser rentable porque ya no es necesario visitar los 30 depósitos constantemente. “Los controlamos a través del móvil”, explica el alcalde.
Del mismo modo, los ganaderos de la zona, que practican la ganadería extensiva --los animales se crían en libertad--, ya no tienen que ir detrás de sus vacas, cabras y ovejas por las agrestes montañas. “Ahora, con un collar y una aplicación puedes saber en todo momento dónde está tu animal porque los 54 kilómetros cuadrados del municipio tienen cobertura”, presume Caso.
La mejor arma para luchar contra la despoblación
El espacio de coworking de Peñarrubia, que siempre estaba vacío, ahora está lleno. Un abogado, un ingeniero de caminos, un arquitecto y varios profesionales más se han instalado allí. Hay una pareja que reforma pisos de lujo en Madrid que se vino durante la pandemia y ahora teletrabajan y gestionan su negocio desde Peñarrubia. Otra pareja que daba clases de inglés en Santander ahora lo hace desde el pueblo, que ha visto como en el último año se han empadronado 15 personas, algo insólito si se tiene en cuenta que en las últimas cuatro décadas desaparecían 15 personas cada año.
La gente mayor ha cambiado la soledad por las videollamadas con sus familiares que viven en la ciudad, y los jóvenes han podido mantener el contacto. “La pandemia nos ha hecho recapacitar y la fibra nos ha ayudado a cambiar el relato: yo me quedo aquí porque hay oportunidades. Y es que también ha revolucionado el sector servicios, especialmente el turismo. Es la mejor ayuda para luchar contra la despoblación del medio rural”, explica el alcalde.
Sacar dinero en Correos
Por su lado, Correos ha iniciado este mes de julio la informatización de sus oficinas que se encuentran en los pequeños municipios con el objetivo de facilitar el acceso de la ciudadanía a todos sus servicios “en igualdad de condiciones que en las zonas urbanas más pobladas”. Santiago Rego, alcalde de Liérganes (Cantabria), explica a este medio que antes sus conciudadanos solo acudían a la oficina de Correos cuando llegaba la típica multa, una notificación de Hacienda o un paquete. “A partir de ahora se pueden hacer giros y sacar e ingresar dinero como si fuera un banco porque es una oficina comercial como las que hay en las grandes ciudades”, añade Rego en referencia al acuerdo al que ha llegado Correos con el Banco Santander para que sus sucursales puedan hacer las funciones de un cajero.
Con este avance, los vecinos de Liérganes se ahorrarán infinitos desplazamientos al pueblo importante más cercano, Solares, que está a nueve kilómetros, con las incomodidades que ello comportaba para la gente de edad avanzada. Lo mismo sucede en Benahadux (Almería), donde desde hace apenas unas semanas ya se puede pagar el recibo de la luz o hacer las gestiones pertinentes con la DGT. “Ayer estuve allí y ya se pueden hacer cantidad de trámites excepto sacar e ingresar dinero, que no se podrá hacer hasta finales de agosto”, explica la alcaldesa de Benahadux, Noelia J. Damián. “De esta manera, Correos contribuirá a fortalecer la calidad y el acceso a servicios públicos en las pequeñas poblaciones e impulsará el emprendimiento y la actividad económica rural con la ampliación de los servicios y productos disponibles”, explican desde la empresa estatal.
Una asignatura pendiente
El Banco de España señala en un reciente artículo que el uso que están haciendo algunas entidades financieras de la red de oficinas de Correos como medio alternativo para disponer de efectivo es una opción interesante y necesaria, pues en los últimos 12 años han cerrado más de la mitad de los cajeros repartidos por España. Una alternativa que en países como Irlanda, Reino Unido y Australia está muy extendida en zonas rurales, pero que en España “es todavía poco habitual”.
De hecho, cerca de 1,2 millones de españoles no contaban a finales de 2020 con un punto tradicional de acceso a efectivo en su municipio, según datos del Banco de España. En este sentido, Castilla y León es la comunidad autónoma con una cobertura menos amplia debido a su baja densidad de población y a la orografía del territorio, factores que han hecho que históricamente la cobertura de la red de oficinas y de cajeros automáticos en estas zonas del país haya sido menor. Aunque hay otras muchas zonas que siguen esperando la llegada de cajeros u otras alternativas.
Las quejas de Teruel Existe
Teruel Existe denunció el pasado 11 de agosto que los cajeros multientidad siguen sin llegar a la España vaciada un año después de que el Senado aprobara una moción instando a su puesta en marcha.
Por ello, el partido político aragonés ha denunciado que la pérdida de servicios bancarios se ha incrementado, un hecho que limita la calidad de vida de las zonas de menor densidad poblacional e incide negativamente en el objetivo de la vertebración territorial.