Si uno piensa en los usos de un limpiacristales, limpiar cristales es la principal función pero no la única. Este producto es uno de los más populares y que no suele faltar en casa.
Gracias a él, los espejos, las ventanas, las puertas y las mesas de cristal consiguen quedar como nuevas. Su eficacia es indiscutible. Sin embargo, existen varios trucos de limpieza en los que el limpiacristales juega un papel fundamental.
Como quitamanchas
El limpiacristales tiene diferentes usos que no todo el mundo conoce. Es un producto que sirve para limpiar zapatos de charol y joyas. En este último caso, hay que sumergir la pulsera, anillo o joya en cuestión dentro del líquido y dejarla durante un minuto. Luego, hay que aclarar con agua y secar.
Pero una de las funciones más desconocidas del limpiacristales es su capacidad para actuar como quitamanchas. Basta con aplicar un poco sobre la prenda y luego meterla en la lavadora. Una vez acabado el proceso de lavado, no habrá rastro de las manchas más difíciles.
Acaba con las hormigas
A nadie le gusta ver hormigas por casa. Una vez que salen no queda más remedio que aplicar un insecticida que acabe con ellas.
Arreglar cremalleras
Otro de los usos que tiene el limpiacristales es aportar un brillo extra en superficies cromadas, especialmente aquellas donde la cal del agua deja marcas. Por ejemplo, en los grifos del baño.
De todos estos trucos, hay uno que casi nadie conoce. Se trata de arreglar una cremallera con limpiacristales. Para aquellos casos en los que la cremallera ni sube ni baja, el limpiacristales tiene la solución. Solo hay que aplicar el líquido y el cierre volverá a funcionar con normalidad.