Con la llegada del verano, las moscas se convierten en uno de los insectos más molestos que incomodan a las personas en terrazas, por la calle o directamente en el hogar. De hecho, las moscas se sienten atraídas por los alimentos, especialmente por los que están descompuestos o en descomposición. Los olores fuertes de la comida también pueden atraerlas y las llevan a buscar fuentes de alimento. Así, conviene conocer algunos trucos para erradicarlas de la cocina y la despensa.
Una buena opción es preparar un zumo venenoso con una taza de vinagre de manzana o de vino a la que se añade un poco de jabón de lavar los platos y cinco cucharaditas de azúcar. Esta mezcla, que, cuando se acerque, acabará con la mosca por su toxicidad, debe colocarse en un bol o un táper. Otra opción consiste en coger un trozo de papel o de cartulina y hacer una papelina o una especie de cubo al que se hace un orificio, y se embadurna en el zumo. Así, funcionará como un cebo.
La importancia de la limpieza
En cualquier caso, lo más importante para prevenir la aparición de estos animales es mantener la cocina limpia. Por eso, es recomendable limpiar a fondo las paredes y, si se detecta que las moscas salen por el agujero del desagüe, echar un buen chorro de lejía.
En general, las moscas se sienten atraídas por el entorno, así que mantenerlo en buen estado ayudará a que no aparezcan. Eso pasa por tirar la basura cada día (y mantener el cubo tapado), no dejar fruta fuera de la nevera ni platos o vasos con restos de comida o bebida en el fregadero. En este sentido, ser eficiente y fregar con más asiduidad ayudará a que estos incómodos insectos no aparezcan. Por otra parte, es conveniente airear la cocina.