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El truco para que ‘sólo’ pierdas hasta 1600 euros en tus compras de Navidad
El miedo a usar tarjetas de crédito o débito que tienen todavía algunos consumidores puede resolverse con opciones virtuales que ofrecen las entidades bancarias para realizar pedidos de forma segura
El consumidor ya conoce bien los SMS y correos electrónicos en los que una supuesta marca conocida avisa de una oferta irrechazable, y sabe que, en lugar de Amazon, Zara o Ikea, detrás de ese mensaje hay un ciberdelincuente que quiere robarle sus datos. Lo mismo pasa con los mensajes que avisan de la recepción de un paquete y su supuesto rastreo, en los que el consumidor debe clicar en el enlace para conocer su situación. Aunque estas estafas se han cobrado miles de víctimas, se pueden evitar.
Uno de los trucos para no caer en las redes de la ciberdelincuencia es el uso de las tarjetas virtuales creadas por BBVA, CaixaBank, Santander o ING. Se trata de unas tarjetas de prepago en formato digital que no están asociadas a la cuenta principal del usuario y cuyo uso está pensado para la compra a través de comercios electrónicos.
Evitar males mayores
“A la hora de comprar por Internet, recomiendo utilizar PayPal o las tarjetas virtuales creadas por algunos bancos, en lugar de una tarjeta de crédito. En éstas el consumidor mete sólo el importe que va a gastar y se puede dar de baja fácilmente”, señala Marc Rivero, analista senior de la empresa de ciberseguridad Kaspersky. “Si el usuario facilita los datos de su tarjeta de crédito, le pueden robar todo su dinero. Para limitar este drama, puede cargar en una tarjeta virtual el saldo que se va a gastar en la compra de Navidad, y el ciberdelincuente sólo tendrá acceso a ese saldo, no a toda su cuenta. Esto ayuda a proteger la compra y a controlar gastos”, añade Rivero.
¿Cómo funcionan estas tarjetas? Se trata de un producto que “el usuario gestiona por la banca online, igual que una tarjeta de débito en la que carga sólo el dinero que puede gastarse, aunque en este caso de forma virtual y bajo su propia demanda”, explica Rivero. “A día de hoy un gran porcentaje de entidades bancarias ofrece estas tarjetas, que son 100 % digitales y el usuario primero transfiere el dinero que piensa gastar en ellas y luego realiza su compra”, apunta Gedeón Jiménez, director de la consultora Cloud District. Asimismo, hay otras tarjetas que “cambian de código de seguridad tras cada compra y con ellas, como máximo, “Con ellas, se podría hacer una compra fraudulenta”, señala.
Si pierdes, que no sean más de 1600 euros
Jordi Nebot, director y cofundador de la empresa especializada en el desarrollo de herramientas de pagos online PaynoPain, también apuesta por este tipo de tarjetas, gracias a las cuales el consumidor “sabe perfectamente que los delincuentes sólo tendrán acceso al saldo previamente recargado”. Pero ¿de qué cantidades hablamos? ¿Tienen límite estas tarjetas virtuales?
Algunos de los bancos españoles más conocidos han creado estos productos para sus clientes. El mayor límite establecido es el de la tarjeta virtual eCash del Banco Santander, con la que el usuario puede cargar hasta 1650 euros. Le siguen la tarjeta virtual BBVA con un límite de hasta 600 euros. Mientras, la CyberTarjeta de Prepago de Caixabank y la tarjeta virtual Twyp de ING, que se adquiere a través de la app de Twyp, no tienen límite de saldo.
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