Netflix no pasa por un buen momento después de anunciar el fin de las cuentas compartidas. Muchos consumidores, decepcionados por tener que pagar lo que antes no pagaban sumado a un cierto empobrecimiento de los contenidos, han decidido cortar su relación con el gigante del streaming que hace poco cosechaba elogios con producciones como La Casa de Papel o El juego del calamar. Hasta aquí hemos llegado. Una caricia y un adiós.
Al menos así lo han intentado hacer muchos exsuscriptores, que pretendieron llevar a cabo una ruptura amistosa, pero han comprobado cómo la empresa les impide marchar. No es Celda 211 ni una relación tóxica, sino un palo del que avisa el banco cuando Netflix cobra una última mensualidad.
Cobros tras cancelar la suscripción
La denuncia, con una mezcla de estupor e indignación, procede de muchos antiguos clientes de la empresa en redes sociales. El problema parece hallarse en la dificultad para retirar el método de pago. “Chavalada, vigilad bien que Netflix no os haya cobrado la suscripción si os disteis de baja el mes pasado. Yo cancelé la suscripción y como no pude quitar el método de pago porque solo tenía uno se ha reactivado por toda la cara y me han cobrado un mes más”, contó un usuario en Twitter.
Es decir, que hay una grieta en el propio engranaje de la plataforma que pone palos en las ruedas a aquellos que quieran irse.
Dar “todo” de baja
A Sergio Bollaín se le reactivó su cuenta de Netflix, explica a este medio, y le cobraron la suscripción otra vez “por la cara”. No pudo devolver el recibo en el banco porque la suscripción se considera un pago autorizado con tarjeta. “Tuve que hablar con un agente de soporte de Netflix para que me diese de baja del todo y me solicitase el reembolso, el cual sigo esperando”, expone. Es una molestia, pero no cree que sea fortuita. “Le ha pasado a tanta gente en común que creo que ha sido algo deliberado por parte de Netflix”, reconoce.
Lorena Felipe también advirtió que habían reactivado su cuenta, afirma, sin su consentimiento. Contactó entonces con el servicio de atención al cliente de la empresa desde su aplicación móvil, y le atendió una chica que le preguntó si compartía Netflix con algún amigo o familiar.
Una posible reactivación por parte de otra persona
“Le comenté que sí, pero entonces ella me alegaba que seguramente alguna persona con la que compartía la cuenta me la habría activado sin mi consentimiento. Eso era incierto”, argumenta Felipe: “Ella misma me hizo entrar en mi historial de visionado y el día 23 de febrero, cuando supuestamente volví a dar de alta el servicio, nadie se había conectado con mi cuenta, ya que todas las personas con las que lo compartía habían dejado de usarlo”, relata, sin ocultar su enfado. A pesar de esta evidencia, añade Felipe, la persona del servicio de atención al cliente le dijo que a ella sí le aparecía una conexión ese mismo día, algo que no era verdad.
“Al final, por no llevarme más la contraria, me dijo que igualmente por protección de datos al dueño de la cuenta procederían a devolverme el dinero, pero para ello me hicieron cambiar el correo electrónico asociado y la contraseña”, explica. Tras hacerlo, procedieron a devolver el pago. “Entonces, entré en Twitter bastante enfadada y me di cuenta de que no era la única persona a la que le han hecho esto. De hecho, la chica que me atendió me dijo que estaban haciendo muchas devoluciones y que podían demorar máximo dos semanas en devolverme la cuota cobrada sin mi consentimiento”, añade Felipe.
“Todo estaba reactivado”
Al igual que dos afectados anteriores, Gontxu Cruz se dio de baja de la compañía, pero además se tomó la molestia de cambiar la contraseña de la cuenta para asegurarse de que nadie con quien la compartía la reactivase de forma involuntaria. Tramitó el adiós, y explica que desde Netflix le enviaron “el típico mail” en el que la empresa lamentaba su marcha y le deseaba que volviera algún día. En teoría, después de eso su cuenta dejaría de estar activa el día 4 de marzo. Pero ese mismo día, Cruz se despertó con un mail en el que la empresa de video on demand le daba la bienvenida de nuevo. “Todo estaba reactivado”, relata.
Entonces intentó quitar el método de pago, pero explica que es algo que “no se puede hacer directamente”, porque es la empresa la que tiene que retirar esta información capital. “El usuario no puede quitar la tarjeta, solo pueden hacerlo ellos. Y juegan con esa baza. Es como si la suscripción se quedase en stand-by”, explica.
Mucha atención para advertir el cobro
Después accedió a la página de soporte de Netflix, pidió que retiraran su tarjeta y, entonces sí, eliminaron su tarjeta de los registros. “Me llegó al instante la devolución”, afirma Cruz, recalcando que, en ese sentido, fueron “muy profesionales” y eficientes. Pero eso no quita que, para no recibir sorpresas, haya que estar espabilado.
“Mi sensación es que Netflix conoce bien que su servicio es parte de los denominados ‘gastos vampiro’, de los que te olvidas que están ahí y si no revisas la cuenta no te percatas que te los han facturado de nuevo. Además juegan con la ventaja de que no se puede eliminar la tarjeta de la web si no lo hace el servicio de atención al usuario”, arguye. Este medio ha preguntado a Netflix por este asunto, pero, al término de este reportaje, no ha obtenido respuesta.