“Inteligente, tiene potencia, te ayuda y cuesta menos de lo que crees”. Es una de las frases con las que Google ha presentado su Pixel 6a, su nuevo teléfono móvil. Este smartphone es el más barato de la gama Pixel: cuesta 459 euros frente a los 649 del Pixel 6, el modelo anterior. Un recorte tan notable en el precio se explica por algunas diferencias de tamaño y potencia, pero, sobre todo, por una ausencia: el fabricante no incluye cargador.
El dispositivo viene con un cable USB C como único medio de carga, además de un adaptador. Tampoco dispone de carga inalámbrica, algo que sí tenía el Pixel 6. No obstante, cuenta con Android 12 y Google Tensor, con el vigor del software californiano por bandera.
Una cámara excepcional para no sacar fotos borrosas
En cuanto al diseño, se aleja de las líneas finas y minimalistas que son habituales en el mercado, ya que tiene un aspecto un tanto compacto. Eso no significa que sea pesado (178 gramos), pero sí es más pequeño que sus antecesores en la gama Pixel (una pantalla de panel AMOLED de 6,1 pulgadas).
También mantiene la franja negra para las cámaras posteriores. Además, el 6a cuenta con una cámara excepcional, con un sensor de 12,2 megapíxeles en la principal. La calidad de las fotos y los vídeos es muy buena. De hecho, el móvil cuenta con una herramienta, el Enfoque Facial, que permite que las imágenes no salgan borrosas.
Carga completa en hora y media
En lo que respecta a la memoria, cuenta con 6 GB de RAM y 128 GB de almacenamiento, un ligero descenso respecto a las otras versiones de Pixel.
La autonomía no es su punto más fuerte, pero tiene suficiente batería para aguantar un día completo con mucho uso, incluso con videojuegos. La carga completa se alcanza en algo más de una hora y media. En definitiva, es un modelo potente que ofrece algunas prestaciones de gama alta a un precio de gama media.