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Los ‘tips’ de expertas en moda para no derrapar estas rebajas: apunta sus mandamientos
Desde las marcas o las webs más interesantes hasta la pertinencia de las listas: con estas recomendaciones podrás crear una colección de prendas más coherente en tu armario
Rebajas. Cartel rojo. Anuncio en Instagram. Anuncio en televisión. Vídeos cortos y directos, como inyecciones. Una influencer ha encontrado las New Balance 530 al 50%, otra lleva unos vaqueros tirados de precio. Nerviosismo. Calculadora. Se han agotado los productos que tenía en la cesta. Scroll, scroll, scroll. Solo queda la XS. Más publicidad. Dos personas chocan en el anuncio de El Corte Inglés. Un youtuber sube a sus stories un código de descuento. “Quedan pocas unidades”. Y, al final, la bajona, o directamente el colapso: abandonarse al frenesí consumista en rebajas puede ser estresante y muy perjudicial para el bolsillo y para el planeta.
Por eso, Consumidor Global ha pedido consejo a tres expertas que revelan sus tips para comprar ropa en rebajas de forma consciente y crear un armario con mayor sentido, calidad y vida útil.
Cabeza y pies en la tierra
Carmen Horcajada es una creadora digital que habla sobre sostenibilidad y comparte su vida “completamente imperfecta” en EcoGuilty, la cuenta de Instagram donde suma 30.000 seguidores. Ella recomienda afrontar las rebajas “con cabeza y los pies en la tierra”, ya que “es un periodo en el que nos bombardean con muchísima publicidad y es muy fácil dejarse llevar y acabar gastando un montón de dinero en cosas que ni necesitábamos ni en realidad queríamos tanto”, cuenta a este medio.
Lo mismo opina Carmen Azpurgua, subdirectora del ISEM Fashion Business School (Universidad de Navarra), quien recomienda “pensar en qué necesito, el presupuesto que tengo y cuál es el recorrido que tiene la prenda que quiero comprar”.
Fijarse en marcas “que lo hagan bien”
Pilar Andújar se define como greenfluencer, y reconoce que ella no suele comprar en rebajas. “No me gusta aconsejar, pero a mí me ha servido afrontarlas de una manera más consciente, en el sentido de entender las rebajas como una oportunidad para adquirir prendas que a lo largo del año no te puedes permitir, en marcas que lo estén haciendo bien”, apunta.
Una clave para no derrapar, indica, consiste en no concebir las rebajas como un periodo intrínsecamente ligado al ocio. Es decir, que “salir a ver qué hay” no siempre es buena idea. “A mí me sirvió dejar de seguir, en redes sociales, cuentas que te incitasen a salir de rebajas… Porque, en ocasiones, si vas a las tiendas o a centros comerciales, al final vas a entrar a los comercios”, explica Andújar, que también dejó de ver “los típicos hauls” de ropa comprada en rebajas. “Evitar esos perfiles puede ser útil, al igual que desinstalar aplicaciones”, reconoce.
Tener estilo propio
Bajo el punto de vista de la subdirectora del ISEM, la tendencia ha cambiado. “Antes, comprar prendas en tendencia era lo que estaba de moda, en cambio, ahora la tendencia es tener un estilo propio. En el fondo, la idea es responder a esta pregunta: ¿Cuál es mi estilo personal y cómo voy a construir yo mi armario en base a eso? Es más difícil y hay que pensar más, pero luego le sacas más partido a lo que te has comprado”, argumenta la experta.
Esta idea marida bien con varias que Marta Riezu plantea en su libro Agua y jabón, publicado por Anagrama en 2022 y uno de los favoritos de Rosalía, según desveló en sus stories de Instagram la artista catalana. “La ropa es un efecto multiplicador de lo que somos”, escribe Riezu, que también cree que “la relación ideal con la ropa pasa por comprar con inteligencia, prudencia y sordera congénita ante la tontería”.
Un armario cerrado
De hecho, Riezu recomienda a los jóvenes, en vez de ir comprando “a voleo”, invertir “cada año solo en dos ítems: una buena prenda atemporal de ropa (nada ceñido; mejor oversize) y una pieza importante de diseño industrial o arte”. De este modo, “a los cuarenta tendrán ya el armario hecho”.
En general, se trata de levantar la mirada, de pensar a medio-largo plazo. “Tiene sentido tener una idea de armario cerrado, de cuál es, de qué necesito yo, y así reflejar mi estilo. Se debe pensar qué me falta; quizás un vestido de fiesta, o unas zapatillas para el día a día, pero siempre mostrando una manera propia de vestir”, expone Azpurgua.
Hacer balance
Andújar, en este sentido, habla de “balance”. “Quizá toque renovar el jersey blanco que tengo desde hace 10 años, o estos botines con la suela desgastada que ya no hay manera de reparar (en ocasiones la reparación es más cara que la nueva prenda, pero ese sería otro tema). Si solo compras por impulso, la prenda te servirá solo para hoy”, afirma.
Para lograr un armario coherente, Andújar recomienda “fijarte bien en tu estilo de vida” y “tu trabajo”. Además, en rebajas, tener una lista cerrada es “un buen paso para no acabar comprando a lo loco” y limitarse a adquirir lo apuntado, cree Horcajada, pero “lo importante de la lista no es hacerla, es cumplirla”.
Comparar precios
Otra de las minas que pueden hacer saltar por los aires la ilusión de las rebajas son las gangas impostadas que realmente no lo son. Por eso, muchos consumidores comparan precios en distintas webs. “Ahora es muy fácil y cualquier persona puede hacerlo. Es buena idea porque ayuda al cliente a obtener un mejor producto o a ahorrarte una cantidad de dinero”, dice Azpurgua.
De hecho, la experta del ISEM cree que es un consejo básico aplicable a muchos ámbitos. “Pienso que la regla de los tres presupuestos debería ser una regla de vida, no solamente para la moda. Hagas lo que hagas, evalúa tres opciones; si pides una hipoteca, pide a tres bancos, si vas a hacer una campaña de marketing, pregunta a tres agencias. Así puedes comparar y decidir qué producto comprar, porque habrá alguna característica de él que te convenza más que los demás”, considera.
Sin olvidar los métodos y el impacto
Por su parte, Horcajada cree que obsesionarse con la comparación de precios puede desviar la atención de otros aspectos importantes. Por eso, cree que es útil hacerlo “siempre y cuando sigas teniendo en cuenta el resto de variables”, como los materiales, los métodos y lugar de fabricación, el impacto medioambiental y social...
“Cuando hay una diferencia de precios notable entre dos cosas, pregúntate por qué. Lo más normal es que detrás haya alguien pagando esa rebaja (un pequeño negocio que no puede permitirse rebajar tanto los precios, un proveedor al que están asfixiando...)”, sugiere.
Comprar lo que necesites
Otro de los grandes clásicos de las rebajas es el de invertir la temporada: comprar bañadores y polos en las de invierno y abrigos y prendas de punto en las de verano. Pero, a juicio de las expertas, esto puede ser una completa estupidez. EcoGuilty señala que lo recomendable es ir a por lo que cada uno necesite, ni más ni menos. “Y si no necesitas nada, no hay ninguna obligación de comprar porque sean rebajas”, recuerda.
En este sentido, Horcajada describe un tipo de compras concretas del todo innecesarias. “Las que haces cuando ‘vas de compras’ porque vas a mirar, a ver qué encuentras y vuelves con unas cuantas prendas monísimas, que has encontrado tiradas de precio, pero que no te has parado a pensar cómo es la marca que hay detrás de cada prenda, si realmente les vas a dar uso, si combinan con tu armario, si encajan con tu estilo de vida... han sido puros caprichos porque, ¿cómo vas a hacer el plan de ‘ir de compras’ y no comprar nada?”, argumenta.
Artículos “fuera de tu estilo diario”
Carmen Azpurgua coincide. “Cuando estás comprando y de repente tienes el impulso de comprar un producto que te gusta en ese momento, probablemente no lo vayas a utilizar en tu día a día. Puede que estos productos estén un poco fuera de tu estilo diario y al final nunca encuentras el momento para ponértelas”, describe.
“Un ejemplo sencillo podrían ser unas gafas con un color llamativo, luego te las encuentras entre tu ropa y piensas ‘¿en qué momento me pongo esto?’”, propone la subdirectora del ISEM.
Qué webs visitar
Zara, Zalando, Mango, Asos… La oferta es enorme. Sin embargo, Azpurgua recomienda hacer compras más inteligentes, potentes, y optar por “las multimarcas de lujo que tienen web. Comprar prendas atemporales que vas a convertir en un básico de tu armario durante mucho tiempo en este tipo de marcas y encima, rebajadas, es un acierto. En ellas encuentras un amplio catálogo y en muchas ocasiones con descuentos únicos”, asegura.
En cambio, Horcajada cree que es el momento de visitar las webs de “tiendas de segunda mano como Percentil, Micolet o HibuyMarket, en vez de las típicas tiendas de fast fashion. Y, por supuesto, es un momento genial, por los descuentos, para darle una oportunidad a marcas de moda sostenible españolas como Roca Mood, Clotsy o Bluyins”, añade.
Marcas sostenibles
Andújar reconoce que tiene “una larga lista” de marcas en la que caben las mencionadas por Horcajada, pero también Nimbuka (“una marca catalana que trabaja con fibras naturales”), Polave.upcycling (“reutilizan tejidos vaqueros, que son bastante contaminantes, y los transforman en tops, en vaqueros, en pantalones…”), Royo Brand (“un trabajo muy bonito hecho en España”) o Elisa Muresan.
Tino, acierto, pulso. Hacia el final de su libro, Riezu da una curiosa definición de la palabra tacto: “Al homo sapiens no lo constituye solo la sutileza de la mano al presionar, sino -como saben por ejemplo los cirujanos o los pianistas- la habilidad de soltar”.
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