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Por qué cuestan más los test de antígenos en España que en Portugal
El Gobierno ha fijado el coste de estas pruebas en 2,94 euros: ¿qué efectos tendrá la medida? ¿Los expertos la consideran acertada?
Tras muchas idas y venidas, el Gobierno ha aprobado la fijación de un precio máximo de los test de antígenos de 2,94 euros sólo en las farmacias. Con esta medida, que entrará en vigor el 15 de enero de 2022, el Ejecutivo pretende abaratar un bien cuyo coste se había disparado por la alta demanda, lo que llevó incluso a colgar el cartel de ‘No hay test’ en algunas boticas.
La Comisión Interministerial de los Precios de los Medicamentos del Ministerio de Sanidad ha tomado esta decisión cuando la sexta ola de contagios parece perder algo de fuerza. Es pronto para cantar victoria, pero ¿por qué ahora y no antes? ¿Qué consecuencias podría tener establecer este tope? ¿Cuáles son los motivos que han llevado a fijar un precio de los test más caro en España que en Portugal?
Un control de precios de los test de antígenos que llega tarde
Gonzalo Bernardos, profesor Titular de Economía de la Universidad Barcelona, señala a Consumidor Global que esta medida llega demasiado tarde: “El Gobierno central y los autonómicos se han pasado toda la pandemia yendo tarde”, critica. En cuanto al precio fijado, Bernardos señala que es aceptable, aunque si se compara con Portugal no es todo lo ambicioso que cabría esperar. Precisamente, en el país luso Mercadona vende estos test a 2,10 euros. Esto significa que cada unidad es 84 céntimos más barata de lo que resulta adquirirla en España. La propia cadena valenciana aclaró en un tuit que no podía vender estos artículos en nuestro país porque la ley se lo impedía.
Si bien Sanidad ha regulado, al fin, el precio de las pruebas, no ha dado marcha atrás en su negativa a que los supermercados también las vendan. Una decisión que choca con lo que sucede en Alemania o Portugal. “En las farmacias se venden artículos 100 % sanitarios, es decir, que requieren recetas. Si se deja comercializar test en los supermercados, se abriría la puerta a que las farmacias pierdan la exclusividad”, detalla Bernardos, quien asegura que las boticas, en determinadas zonas, ejercen un rol casi social. Quitarles ese privilegio “pondría en riesgo la supervivencia de estos negocios en algunos sitios”, matiza.
Los test serían más baratos si se vendieran en supermercados
Por su parte, la Asociación Nacional Grandes de Empresas de Distribución (Anged) sigue tendiendo la mano en este sentido. “Ofrecemos a Sanidad nuestra amplia red de tiendas y nuestra capacidad logística”, explican desde este organismo a Consumidor Global. Asimismo, subrayan que respetan la decisión del Gobierno, que es “soberano”, pero recuerdan que, si en algún momento quisiera reconsiderar su propuesta, ésta “sigue vigente”.
Ahora bien, ¿la posibilidad de comprar test en Carrefour, Mercadona o Lidl abarataría el coste del producto? La teoría dice que sí: a mayor oferta, mayor competición y mayor capacidad de los proveedores de ofrecer productos a menor precio. “Lo que se ha visto en otros mercados es que la venta en grandes cadenas ha sido muy positiva”, detallan desde Anged. Aún más, señalan que, en algunos países que han establecido precio máximo, los compradores pueden adquirir test por debajo de dicho valor.
"Menos de 3 euros sigue siendo un precio excesivo”
Antoni Cunyat, profesor colaborador de los estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), coincide con Bernardos en que la medida llega tarde. “Lo necesario habría sido hacerlo en diciembre”, expone a este medio. Asimismo, añade que hay que tener cuidado con los precios máximos. Tal y como detalla, en momentos de escasez, una alta demanda con control de precios puede provocar desabastecimiento. Si un fabricante tiene que vender y tiene la opción de hacerlo a 10 euros en Francia y a 3 en España, elegirá el mercado que le dé más rentabilidad. Según Cunyat, lo ideal habría sido abrir el mercado: dar la posibilidad de que los test se vendiesen en supermercados, aprovechándose de su gran capacidad logística, lo que, considera el experto, “habría bajado los precios” por debajo de los 2,94 euros.
“En estos momentos, los test son un bien de primera necesidad”, cuenta Cunyat. Por eso, a juicio del profesor, “el precio fijado sigue siendo excesivo”. Puntualiza que en países como Reino Unido la prueba de antígenos es gratuita y que el hecho de que los test en España sean más caros que en Portugal tiene que ver con que, al no ser un mercado liberalizado, en España las farmacias tienen “poder de mercado”, especifica el experto. Otra diferencia entre la gestión del Gobierno español y el luso es que el segundo ha establecido otro límite para la venta: un máximo de un 15 % por encima del precio de coste.
¿Habrá para todos?
Los farmacéuticos han dado el visto bueno a la medida. Así lo ha manifestado el Consejo General de Colegios Farmacéuticos y la Federación de Distribuidores Farmacéuticos (FEDIFAR), que ha emitido un comunicado valorándola positivamente. No obstante, el presidente del organismo, Jesús Aguilar, ha puntualizado que “el precio fijado conllevará que la mayoría de las farmacias dispense en este momento los test por debajo del precio de adquisición”. Es decir, que pierdan dinero e incluso, en el peor de los casos, dejen de venderlos.
¿Qué cabe esperar en los próximos meses? Con las vacunas y las mascarillas quedó patente que la previsión es clave. “Todo dependerá de cuánto se hayan aprovisionado los establecimientos”, destaca Gonzalo Bernardos. “El atasco en la cadena de suministros ha bajado, así que en principio no debería haber problemas de abastecimiento”, concluye.
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