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Críticas a la tarjeta dorada de Renfe: 6€ en efectivo por un cartón que ahora ofrece menos descuento
Los usuarios se quejan de que la empresa pública de transportes les obliga a renovar la tarjeta cada año de forma presencial mientras sus bonificaciones menguan
Cuando Renfe celebró sus 30 años de existencia, reconoció que uno de sus objetivos consistía en ser más plural e inclusiva. La empresa festejó el aniversario por todo lo alto, con una promoción de 100.000 billetes a 15 euros que caldeó los ánimos en Twitter por las largas listas de espera que generó. Pero, en cuanto a la inclusividad, queda trabajo por hacer: los usuarios de la tarjeta dorada de Renfe, que ofrece descuentos para personas mayores de 60 años y también con discapacidad, protestan porque la bonificación ha empeorado y por el hecho de tener que renovar la tarjeta cada año de forma presencial.
Lo que más choca a los usuarios es que, después de que la pandemia disparase el uso de las tarjetas de crédito, una empresa tan grande que habla de sostenibilidad y avances ponga tantos palos en las ruedas a las personas que más necesitan accesibilidad.
Una tarjeta de Renfe que no admite el pago con tarjeta
La tarjeta recibe el nombre de dorada, pero tiene quejas de todos los colores. Hasta de personajes influyentes. “Hay algo que me inquieta, me atormenta y me perturba… ¿Alguien me puede decir por qué mi tarjeta dorada de Renfe que me aplicaba un 40 % de descuento ahora se ha convertido en una tarjeta de hojalata y solamente me aplica un 25 %?”, escribió en Twitter la televisiva astróloga Esperanza Gracia.
El precio preocupa mucho, pero casi molesta más el hecho de que Renfe no permita a los usuarios gestionar el trámite por Internet. “Es inconcebible que, en 2022, para renovar la tarjeta dorada, se obligue a personas mayores de 60 a ir a una estación y pagar en efectivo 6 euros cada año”, escribió Luis Peral. Este escueto mensaje glosaba las otras dos denuncias principales: que no se pueda sacar online y que el pago sea, obligatoriamente, en metálico. Para un documento que se llama “tarjeta dorada”, resulta paradójico.
El Defensor del Pueblo recoge las quejas de los consumidores
En la página web de Renfe se dice escuetamente que la acreditación “da derecho a obtener descuentos según las condiciones establecidas”. A continuación, se detalla que es “nominativa e intransferible y que tiene un precio para el cliente de 6 euros, que debe ir acompañada del correspondiente título de transporte”. En cuanto a dónde obtenerla, se dice que se podrá adquirir “en las taquillas de las estaciones y agencias de viajes presenciales”. Nada de Internet, en el 2022.
El tema llama tanto la atención que ha llegado a las altas esferas. En su informe de 2021, el Defensor del Pueblo ya recogía que para obtener este documento “es necesario desplazarse físicamente a una estación de ferrocarril o acudir a una agencia autorizada, lo que genera especiales dificultades a aquellas personas mayores que residen en núcleos rurales sin este tipo de establecimientos”.
Renfe trabaja en “solventar inconvenientes”
Mientras, fuentes de Renfe explican a Consumidor Global que, si bien no pueden concretar ninguna medida, trabajan en solventar este tipo de inconvenientes “en todos los servicios”, entre ellos la tarjeta dorada. “Somos conscientes de las necesidades de nuestros clientes y estamos siempre dispuestos a mejorar”, precisan.
Con todo, desde la compañía de transporte ferroviario no aclaran si se implementará el pago online. Rocío Llavero cuenta a este medio cómo las exigentes condiciones de Renfe en este sentido estuvieron a punto de costarle muy caras el pasado febrero en la estación de San Fernando-Bahía Sur (Cádiz), cuando en taquilla sólo le dieron la opción de pagar en metálico.
Sin efectivo en momentos críticos
“La explicación fue que era así y ya está, sin más nada. Les dije que mi tía estaba a punto de fallecer y que yo cogía el tren urgente para llegar a tiempo. Apenas quedaban minutos para que saliera”, relata, con énfasis en lo angustioso del momento. “Tengo discapacidad y no podía ir corriendo a un cajero porque pillaba a más de 15 minutos de distancia”, añade.
Así, Llavero intentó que el responsable de la taquilla le ayudase. “Le dije que si él tenía efectivo, yo le hacía un Bizum y lo ponía. Y me dijo que no, me miró raro y todo. Fui a cafetería de la estación y sucedió igual”, rememora. Finalmente, consiguió el dinero metálico en una farmacia. “Menos mal que aún hay gente buena en el mundo, pero vaya tela... Sé que es raro, pero era algo de fuerza mayor”, expresa. En definitiva, echó de menos un trato más personal. “No son ni siquiera empáticos”, lamenta.
“Un cartoncillo” al que se le borran los números
Otro problema es la propia forma física del certificado. Según sus más críticos, tiene poco de tarjeta y bastante de ticket. “Es triste que sea un cartoncillo de 6 euros que como pierdas te toca renovar, y que caduca al año”, explica a este medio I. Abad. Este usuario se preguntaba en Twitter cuándo incluirá Avlo un descuento para los usuarios de este documento. “Es que no me creo que tengamos que pagar la tarjeta anualmente y encima nos ignoréis”, protestaba.
Llavero coincide en la descripción: “Se borran los números, es como un trocito de cartulina impresa y se estropea muchísimo del roce, aunque se guarde en plástico”, describe. Además, esta usuaria cree que sería mejor si este documento no caducase con tanta frecuencia. “Pasado un año, hay que volver a pagar por la tarjeta. Si quieren cobrar anualmente, aunque no deberían, que lo hagan; pero que no tengamos que volver a tramitarla. No es lógico”, expresa.
El descuento pasa de un 40% a un 25
Pablo Aperador trabaja en una agencia de viajes habilitada para expedir la tarjeta áurea. Así, conoce de primera mano sus entresijos. Explica que sus problemas no se limitan al material o a los pagos en efectivo, sino que las condiciones generales han cambiado a peor. “Hasta el verano de 2021, Renfe tenía unas tarifas fijas y aparte las promociones que pudiese sacar, siempre sabías que no te ibas a gastar más de cierto dinero. Con la tarjeta dorada, los jubilados tenían derecho a un descuento sobre la tarifa completa (publicada e inamovible), que era del 25 % los fines de semana y del 40 % entre semana”, relata.
Ahora, la situación cambia: “Para empezar, las tarifas son 100 % dinámicas, y cuando el tren va lleno, el billete puede llegar a costar perfectamente el doble de la tarifa completa antigua. Y con la tarjeta dorada, se acabó el descuento del 40 %”, expresa. Lo cierto es que, ahora, en Ave y Larga distancia, la promoción es del 25 % sobre cualquier precio disponible. Y para trenes Avant, de lunes a viernes, también hay un 25 %. Los sábados y domingos sube a un 40 %, mismo porcentaje que se descuenta, cualquier día, en trenes Media Distancia.
Pagos extra por asiento
Desde Renfe aclaran que las nuevas tarifas permiten un 25 % de rebaja sobre el precio que aparece en la web, cuando antes el 40 % sólo era para precio cerrado. “Creemos que de esta manera aportamos muchos más descuentos a nuestros clientes”, expresan desde la compañía. Bajo su punto de vista, este sistema es más flexible y se adapta a más modos de compra.
Pero las novedades no convencen a Aperador. “Las condiciones de cambio/cancelación son peores, y para remate, tienes que pagar por elegir asiento, cosa que hasta el año pasado era gratis con la tarjeta dorada”, explica.
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