Martes. Falta poco para que las agujas marquen la una de la tarde, pero una larga cola de gente hace intuir entre el bullicio el rugido de decenas de tripas. La acera de la calle Ronda Sant Pere, en Barcelona, está casi ocupada, y sólo una puerta va desatascando el colapso casi a cuenta gotas. Una vez dentro, la fila continúa hasta el mostrador, donde hay varios empleados trabajando de manera automática y sin mirar apenas a los clientes. Se trata de un establecimiento de Taco Bell, que ofrece este 4 de octubre su Crunchy Taco Supreme de 2,80 euros, totalmente gratuito.
“Llevo más de media hora esperando y aún estoy por la mitad de la fila”, comenta una joven de 16 años, acompañada por una amiga. Ambas acaban de clase, y sin pensarlo dos veces han ido a aquel local de la multinacional estadounidense de comida rápida Tex-Mex. Sin embargo, tras más de 30 minutos esperando aún no habían conseguido pasar dentro y se estaban replanteado si había sido una buena opción acudir. El reloj ahora marca las 14.00 horas y se empieza a ver gente y más gente. “¿Qué regalan?”, pregunta un chico. “Un taco”, responde otro. “No voy a esperar una cola de una hora por uno gratis”, se apresura a decir con firmeza antes de alejarse en dirección a la Plaza Cataluña.
"No vale la pena"
Al cruzar la plaza, en la calle Ronda Universitat, hay un cartel grande que anuncia los productos gratis de la multinacional estadounidense. Detrás, varios jóvenes colocados uno delante de otro anuncian que hay un establecimiento cerca. Las decenas de cabeza no dejan entrever dónde esta la entrada, pero finalmente, tras avanzar unos metros se ve la campana, clara insignia de la marca. Justo debajo, está la puerta automática que no cierra. En una mesa cinco personas conversan con los envoltorios del Crunchy Taco Supreme. “Hemos venido a las 12.30, para ahorrar el tiempo de espera, pero hemos tardado tres cuartos de hora en conseguirlos. No vale la pena. No nos han dejado ni escogerlo. A todos nos lo han puesto de carne picada”, reconoce a Consumidor Global la chica de la esquina. Y es que, la compañía te daba la opción de pedirlo también con pollo picante o “veggie”.
En el resto de los establecimientos de Taco Bell repartidos en España la situación es similar – la promoción es válida para todos los restaurantes del territorio nacional, a excepción del que está situado en la Avenida de Luis Aragonés, 4, de Madrid– y los clientes muestran su desesperación y muchos son los que han abortado la misión de conseguir el promocionado taco gratis. “Saliendo esta tarde de trabajar voy con ganas de ir al que está al lado del curro y comerme uno gratuito. Pues ahí se va a quedar. No hago colas de una hora para una comida de un euro”, comenta un usuario. “Prefiero ir un día normal y pagar uno en condiciones sin hacer cola que ir hoy para hacer una cola de una hora. Son como borregos”, destaca Hugo G.B atrás de su cuenta personal de Twitter.
Mañana costarán 1 euro
Aunque la mayoría de las que personas que rellenan las largas colas que se forman en los alrededores de los locales de la multinacional son personas jóvenes que no pasan de los 25 años, solo pueden beneficiarse de la promoción aquellos que tenga más de 15 años. “Mi hermana pedirá dos. Uno para mí y otro para ella”, comenta tranquila una joven de 12 años, que desilusionada abandona la cola tras conocer que sólo se pude pedir uno por persona, tal y como había anunciado la compañía. Eso sí no hay pedido mínimo o número de pedidos limitados que se puedan hacer, por lo que, si se es paciente, uno puede llenarse de esta comida gratis de la mano de esta franquicia americana.
Dentro del restaurante, a lo lados de la fila formada, están colocadas cuatro pantallas para pedir los ansiosos tacos. Dos chicas se encuentran clicando el pedido, no obstante, tras unos minutos ambas se miran desconcertadas, y es que se han topado con una sorpresa con la que no contaban: aparte del producto, el comprador debe escoger obligatoriamente otro producto que debe pagar. Para conseguir comida gratis, la única manera es esperar hasta llegar al mostrador. Este medio llega, finalmente, a ese lejano mostrador. “Un Crunchy Taco Supreme, por favor”. Reto conseguido. Antes de salir, el empleado avisa que a partir de mañana 5 de octubre este producto seleccionado pasará a costar un euro durante el resto de la semana. ¿Vale la pena esperar un día más? ¿Quizás, es mejor opción acudir la semana que viene? Los clientes ya han hablado.