Los supermercados han pedido una tregua con las cargas fiscales relacionadas con la legislación medioambiental, tal y como ha apuntado la responsable de medio ambiente de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (ASEDAS), María Martínez Herrera. La intención es que estos impuestos (que llegan tanto desde España como de la Unión Europea) se limiten, al menos con una moratoria.
Así lo ha explicado Martínez Herrera en una bitácora en la blogosfera de EFEverde con ocasión del próximo Día Mundial del Medio Ambiente (domingo 5 de junio). La solicitud llega en un contexto de temor a que la fiscalidad ambiental ponga en peligro el trípode de la sostenibilidad: económica, social y medioambiental. A juicio de Martínez Herrera, a pesar de que el sector ha mostrado su "fortaleza y capacidad de resiliencia", este es un "momento complicado".
Los supermercados están comprometidos con el medio ambiente, pero asumen costes
Según Martínez Herrera, las empresas de distribución alimentaria no van a renunciar a los objetivos medioambientales "con los que están fuertemente comprometidas" pese a las tensiones como el incremento del precio de la energía, la escasez de materias primas o la presión fiscal, pero reclaman "algo de ayuda", ya que suponen elevar sus costes.
En su artículo, esta responsable de ASEDAS recuerda la sostenibilidad abarca "desde la energía, los sistemas de protección de la biodiversidad, el comercio mundial o el transporte”, además de "cómo y dónde se invierte nuestro dinero, nuestros sistemas alimentarios y hasta lo que hacemos para divertirnos”.