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El sueño de un buen comensal: cocido y siesta, todo en uno
Un hotel de Madrid ofrece la posibilidad de descansar en una de sus habitaciones después de degustar el plato típico madrileño en su restaurante
Los domingos por la tarde en invierno en Madrid dan ganas de quedarse en casa, tirado en el sofá, viendo Netflix arropado por la manta más calentita que se tenga. Pero si se quiere aprovechar el día haciendo un plan original, el Hotel Índigo tiene una propuesta muy a la madrileña: se trata de un buen cocido con una siesta posterior de hasta dos horas y media.
“Empezamos hace cuatro años porque pensamos que era una oferta interesante, diferente. Como después del cocido uno se siente pesado, se nos ocurrió que sería una buena opción”, explica Maite Carrero, responsable de recepción del Hotel Índigo. “La idea fue muy bien acogida, tuvo bastante éxito nada más empezar”, asegura Carrero, que recuerda que tenían “lleno todos los domingos”.
Comilona y siesta por 45 euros
Del uno de diciembre al uno de marzo, el Hotel Índigo volverá a ofrecer sus Domingos de Cocido y Siesta. Para finalizar la semana, desde las 13:30 y hasta las 16:30, este hotel situado en la Gran Vía de Madrid abre las puertas de su restaurante a todos los que quieran probar un menú castizo y de lo más madrileño que incluye cocido, postre y bebida.
Con el manjar en la tripa y el cuerpo caliente dada la temperatura de la comida recién ingerida, los ojos se van cerrando y el cuerpo pide un parón. Es entonces cuando, gracias a esta oferta, el consumidor puede echarse una siesta en una de las habitaciones de lujo del establecimiento. Todo ello, por 45 euros por persona. “El cliente tiene que reservar el pack, porque también puede venir a comer al restaurante sin alojarse luego en una habitación”, declara Carrero.
¿La siesta es buena?
La siesta es algo que gusta mucho en España. De ahí que no solo haya ofertas para echarse una después de tomar un cocido: en Jerez (Andalucía) algunas bodegas ofrecen un descanso entre botellas de vino después de una visita por el viñedo. Sin embargo, esto que parece tan original, ¿realmente es bueno para la salud? “Depende de quién se eche la siesta, qué edad tenga, a qué hora sea la comida y la duración del sueño”, analiza el doctor Óscar Larrosa.
El experto en medicina del sueño asegura que “una siesta de 20 minutos o media hora como mucho después de comer o hacer una cata de vinos está bien”. Al contrario, dice, “una siesta más larga puede hacer que el consumidor entre en sueño profundo y despierte con mal cuerpo, y puede alterar el sueño nocturno”. “Los ritmos biológicos del cuerpo conviene no tocarlos mucho. Es aceptable todo lo que sea algo moderado y a una hora prudente”, especifica. “Una siestecita corta de 20 minutos puede ser reparadora si no es muy tardía”, concluye el doctor.
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