Standarte, de Saura a Isis: la nueva feria artística que quiere conquistar el centro de Madrid

En cierto modo, visitar ARCO es algo así como salir de fiesta a una sala muy grande en la que uno se encuentra con mucha gente; y sí, se lo pasa bien, pero bebe demasiado (en algunos stands se sirve garrafón, en otros exquisitos cócteles de autor) y acaba exhausto. Además, es obligatorio coger un taxi para volver a casa en el que dictaminar si la noche ha sido fantástica o fatídica. Si ARCO es una moneda al aire en una discoteca top, acudir a Standarte es parecido a disfrutar de una buena sobremesa con amigos en un sitio agradable, sin agobios ni demasiados sobresaltos, con el poso de los buenos recuerdos y la certeza de que, en caso de encontrar alguna sorpresa, no será incómoda.

La Feria Standarte de Arte Moderno y Contemporáneo es la gran novedad en la Semana del Arte madrileña. Se celebra entre el 22 y el 26 de febrero en pleno centro de la ciudad, en el edificio histórico de la Fundación Diario de Madrid. No quiere arriesgar con NFT ni con extravagantes proyectos site-specific, sino apelar al confort de los nombres conocidos.

Arte para todos los gustos de “las mejores galerías”

“Tenemos algunas de las mejores galerías de arte contemporáneo y moderno de España”, cuenta a Consumidor Global Oti Camps, una de las dos responsables de Art Camps, la entidad organizadora del evento. “Y tenemos arte para todos los gustos: pintura, escultura, fotografía, grabado… De los artistas más reconocidos: tenemos picassos, mirós, dalís…”, explica con entusiasmo.

Lo cierto es que, de esa tríada, Picasso y Miró son los que aparecen con más frecuencia, escoltados por otros sospechosos habituales como Antonio Saura (con sus retratos de pinceladas densas sedientas de Barroco) y Antoni Tapiès, con ánimo terroso y trascendental. Tampoco faltan las multitudes de Genovés ni la nota de reivindicación con una obra de Banksy en sintonía con el aniversario de la guerra en Ucrania.

Una semana de arte total

Standarte se suma a la pléyade de ferias que se celebran estos días en Madrid: Hybrid, JustMad, UVNT, SAM… Para un no iniciado, podría dar la sensación de que la oferta en la capital está saturada y es imposible llegar a todo, pero Camps piensa lo contrario y cree que la zambullida total es enriquecedora.

“Creo que hay que hacer hincapié en que haya una semana del arte al estilo de las que se hacen en otras partes del mundo, en las que la gente acude específicamente a ver arte en general: diferentes ferias pero también galerías o subastas, y aprovechan para hacer un buen recorrido cultural. Es como una inmersión”, arguye.

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Del cubismo al Antiguo Egipto

A los consabidos tótems del informalismo y la vanguardia se unen aquí y allá obras de artistas que, si bien son también de primerísimo nivel, no tienen tanta presencia. Por ejemplo, hay en Standarte un acrílico lírico y magnífico del expresionista abstracto americano Sam Francis, para dominar con estilo un salón; y también una pequeña y deliciosa acuarela del francés Jean Metzinger fechada en 1913 con aire cubista. Entre los más divertidos, Equipo Crónica o Eduardo Arroyo.

Para el comprador que quiera alejarse de la sutileza o ingravidez de algunas obras modernas y necesite historia y fisicidad, en Standarte está también presente la galería barcelonesa J. Bagot Ancient Art, donde uno puede adquirir, por unos 30.000 euros, una cabeza mesopotámica fechada en torno al 3.000 a.C. También hay exvotos íberos, bustos de diosas egipcias como Isis, ánforas griegas o incluso un casco corintio. Del periodo romano, quizá lo más atrayente sea un anillo de oro batido en perfecto estado con la imagen de Eros con una cornucopia que está a la venta por 4.500 euros.  

Precios asequibles

“Tenemos un proyecto para todos los gustos, que es lo más importante”, defiende Camps. Y para todos los bolsillos: “No sólo hay piezas caras, tenemos grabados por 300 o 400 euros. Al final, esto también consiste en preguntar qué le gusta a cada uno y tratar de orientarle a partir de un presupuesto”, explica la experta.

Entre las galerías presentes en la feria que venden arte asequible figura Pilares. Aquí es posible hacerse con espléndidas serigrafías de Canogar o Luis Feito sin rebasar las tres cifras. Y, para los apasionados de la fotografía, en el piso de arriba de Standarte se pueden encontrar fotografías sugerentes y hasta sexuales en el stand de la galería Fuentenebro.

Una exposición “con muchos estímulos”

Quizá el hecho de estar en pleno centro, pero no en una zona a rebosar, juegue favor de esta nueva estrella en la galaxia feriante. “Está viniendo gente a la que le gusta el arte en general. Aquí estamos en el centro, es como si fueras a ver una exposición”, compara Camps. Pero una exposición “con muchos estímulos” y sosegada, no como una muestra en el Thyssen un sábado por la mañana, donde el ajetreo erosiona el disfrute.

Oti Camps también cree en la necesidad de acercar el arte a nuevos públicos, de atender a las preguntas y de atreverse a preguntar. “Creo que la información y la educación son importantes, en todos los ámbitos del arte. A veces, la gente lo primero que te dice es ‘yo no sé nada de arte’, y no quiere preguntar, casi como si tuviera miedo. Pero si preguntas te acercas al arte e igual te sorprendes”, expone. Standarte se despide el domingo 26, pero volverá el año que viene. “Es la primera de muchas, esperemos. La idea sería traer alguna galería internacional, afianzarnos y que venga más público internacional a esta semana”.