Después de las tapas, llegan las copas y algún que otro chupito de hierbas. Mientras, las agujas del reloj van avanzando al compás de tertulias y anécdotas. Y nos dieron las diez y las once, las doce y la una. Y las dos y las tres. La sobremesa está adherida en los genes de la mayoría de los españoles, pero la pandemia del Covid-19 también ha afectado en este ámbito. Algunos bares cronometran el tiempo que tienen los clientes para consumir. “Lo siento caballero, ya han pasado dos horas, debe levantarse para dejar la mesa libre al siguiente grupo”, informa José Luis Clotet, dueño de La Bodegueta, ubicada en la calle Joaquín Costa, en Barcelona.
Desde el 2020, muchos hábitos, tradiciones y rutinas han cambiado. La imposición del toque de queda, así como las diversas restricciones que golpearon con fuerza a la hostelería, entre otros sectores, provocó que se creara el doble turno. “Se empieza a cenar entre las 20.00 horas y las 21.00 horas, o tienes la posibilidad de esperar al siguiente turno entre las 22.00 horas y las 23.00 horas. Tienes una hora y media para consumir por la mañana y dos horas por la noche”, prosigue Clotet, que comprobó que, con esta dinámica, conseguía facturar más.
Comidas cronometradas para subir un 30% los ingresos
“Es lo que tenemos que hacer para sobrevivir tras las pérdidas que hemos sufrido estos dos últimos años. Antes, se podían sentar dos personas a tomar un café y pasarse la mañana entera sin consumir nada más. Al final, así, pierdes dinero”, se defiende este hostelero. Clotet reconoce que puede resultar molesto, no sólo para los consumidores, sino para él y resto de los camareros, pero le compensa. “Hay otros bares que se pueden permitir dejar rienda libre al tiempo para tomar algo, pero yo no. Gracias a ello, desde hace dos años, cuando pusimos esta regla, hemos facturado un 30 % más”, resalta.
La rambla donde se sitúa su bar cuenta con una acera ancha en la parte central de la calzada, donde hay más establecimientos. “Todos ellos, menos los que están regentados por asiáticos, también han impuesto un cronómetro para comer”, destaca. Asimismo, en otros lugares de Barcelona, como en la calle Enric Granados, al reservar en el bar 4 Latas por teléfono ya se informa del tiempo máximo para consumir. “Dispondrá de su mesa durante 2 horas. Le informamos que su reserva será cancelada si llega con más de 5 minutos de retraso. Gracias”.
¿Adiós a la sobremesa en Barcelona?
Cuando se hace una búsqueda de los bares que usan este modelo de negocio, la mayoría están en Barcelona. “En Madrid se estila mucho más un tapeo tranquilo. También en Andalucía o Extremadura, la población tiene una cultura más relajada para consumir. Se pueden pasar una tarde entera conversando con una copa o un café después de haber terminado de almorzar”, reconoce Clotet. Este hostelero afirma que, pese a que la Ciudad Condal cuenta con un gran número de turistas europeos que poco caso hacen a la sobremesa, hay quejas sobre este tiempo limitado. “Pero nosotros ya avisamos cuáles son las condiciones”, matiza.
Tal y como explica Metrópoli Abierta, Barcelona ha sido la primera ciudad en limitar el tiempo en la terraza de un bar. Seguido de la capital catalana está Bilbao, donde también se está aplicando la nueva medida. Allí se pueden observar carteles en el exterior de los locales donde indican el límite de tiempo permitido en las terrazas dependiendo de la consumición: 15 minutos por un café, 25 por una cerveza y 40 por un bocadillo.
¿Es legal fijar el tiempo para consumir?
"Establecer un consumo mínimo o fijar un tiempo máximo de permanencia en la terraza es una práctica legal, siempre y cuando se le informe antes al cliente. Además, cada local pone su propia normativa", explica a Consumidor Global la abogada de UB Consultores, Rocío Colás.
“Que yo sepa no hay ninguna regulación. Yo soy el que marca esto. Aunque no haya una política que regule que pueda asignar un tiempo limitado a mis clientes para permanecer en la terraza, el que manda en el establecimiento soy yo. Si no se hiciera esto, sería la jungla porque aquí se concentra mucha gente, y es un sitio muy demandado”, concluye Clotet.
Mantener el doble turno
Desde la Asociación de Hostelería de España avisan a este medio que esto se ha mantenido debido a que a un alto porcentaje de clientes les ha gustado el horario europeo para cenar a raíz de la pandemia. El buen funcionamiento ha provocado que haya incrementado el número de bares que hayan decidido mantener este doble turno. “Aunque el tiempo para consumir lo marca cada bar”, subrayan.
“A nosotros nos viene muy bien. Ha crecido de media el número de reservas y tenemos una mejor organización”, reconocen desde la asociación. La pregunta es: ¿El tiempo limitado ha llegado para quedarse? ¿Está la querida sobremesa, tan típica en España, a las puertas de extinguirse en los bares? Tiempo al tiempo.