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¿Odias los funerales? Así es Iteralix, el 'smartbox' para despedir a tus seres queridos
Una startup española ofrece un amplio catálogo de planes para homenajear al fallecido de una manera diferente, más personal y original
Pagar una esquela en el periódico o enviarla por WhatsApp. Elegir entre madera de pino o de chopo. O tirar la casa por la ventana y optar por la de caoba. Aunque sea casi imperceptible. Y comprar flores y sacar la americana olvidada en el armario y esperar a ver quién aparece. La mayoría de sus amigos ya no están. Otros prefieren quedarse en casa y despedirlo en la intimidad. A su manera. Siempre la misma música de Bach o de Satie. Unas palabras más o menos acertadas. Algún llanto. Y bajo tierra.
Pero, ¿alguien se ha preguntado qué le hubiera gustado a ella?
Así es Iteralix
Hoy en día, las posibilidades que se ofrecen para despedir a un ser querido son casi las mismas que en 1950. ¿O no? Aunque la tradición del funeral está muy arraigada, “es habitual que las personas sustituyan los rituales convencionales por experiencias más personales. Hay gente que lo dice muy a menudo: ‘hacer lo que a ella le hubiera gustado’”, expone a Consumidor Global el psicólogo cognitivo conductual del Gabinete Equilibrium Miguel Ángel Garabal.
Para todos aquellos que quieran complementar la liturgia típica, o directamente saltársela, existe Iteralix, una plataforma que ofrece un amplio abanico de posibilidades para despedir al fallecido de una manera más acorde con su propia personalidad.
Funerales a la carta
El pasado Día de los Muertos (1 de noviembre) se lanzó Iteralix, que, a través de más de un centenar de acuerdos con proveedores de restauración, astrología, cerámica, audiovisuales y pirotecnia, entre otros, vende una especie de smartbox con planes muy particulares para homenajear a un fallecido y “celebrar todo lo bueno que nos aportó”, indica Santiago Pérez, cofundador de esta startup barcelonesa, quien explica que no se trata de un servicio sustituto de los funerales, sino de homenajes posteriores. “También somos una alternativa para todas aquellas personas que perdieron a un ser querido durante el Covid y no pudieron despedirse como les habría gustado”, añade.
Por el momento ofrecen 58 planes en 32 ciudades españolas repartidas por todas las comunidades autónomas. Las experiencias se dividen en cuatro categorías: mar, naturaleza, urban y gourmet. Así, se puede disfrutar de una cena íntima en diferentes observatorios astronómicos acompañada de un violinista y del mismo cielo que brillaba el día del fallecimiento; crear un terrario de la mano de profesionales y llevarse la creación en formato recuerdo a casa; o salir a navegar, esparcir las cenizas y tomarse un aperitivo con música en directo en alta mar.
Los planes más buscados
Tras solo una semana de vida, desde Iteralix aseguran que sus diferentes experiencias han recibido más de 2.500 visitas. ¿La que más interés despierta? “La de Freixenet, que es un homenaje a través de los sentidos”, apunta Pérez sobre la comida gourmet con maridaje, música en directo con canciones personalizadas y la posibilidad de proyectar material audiovisual. La del Observatorio Fabra de Barcelona también es una de las más buscadas.
De cara a 2022, la idea de Iteralix es “crear tantas experiencias como los proveedores nos permitan y adaptarlas a cualquier tipo de necesidad. Si no está, la creamos”, asegura Pérez, quien explica que están investigando la posibilidad de lanzar cenizas al espacio o esparcirlas por lugares inimaginables hasta el momento.
Planifica tu propia despedida
“Sí que hay una demanda de nuevos rituales. Los jóvenes están más abiertos a este tipo de alternativas, y a las personas mayores les costará más, pero también se irán introduciendo”, indica Garabal. Por su parte, el cofundador de Iteralix explica que su servicio es para “aquellas personas que se animan a descubrir nuevas experiencias”, aunque reconoce que “las nuevas generaciones vienen más preparadas” para este tipo de homenajes alternativos.
En la actualidad, un pariente o amigo suele reservar uno de los planes para recordar a una persona fallecida, pero en 2022 “abriremos la puerta a que quien quiera pueda planificar y contratar la despedida que desee tener el día que no esté”, explican desde la startup.
Precios
En comparación con todo lo que tiene que ver con funerales y entierros, este tipo de despedidas están tiradas de precio, pues parten desde los 46 euros por persona que cuesta un pícnic gourmet (sí, a todo le llaman gourmet) al aire libre. La experiencia en las bodegas Freixenet, por ejemplo, tiene un precio de 118 euros por persona.
Una velada íntima entre arte y gastronomía en el espacio mirador Las Setas de Sevilla cuesta 142 euros y salir a navegar por el Mediterráneo, el Cantábrico o el Atlántico, ya sea en Valencia, Pollença, Tarragona, San Sebastián o Cádiz, tirar las cenizas al agua mientras suena su canción favorita, y hacer el aperitivo, cuesta alrededor de 60 euros por persona. “Mercantilizar este tipo de actividades me carraspea un poco”, opina Garabal.
Un homenaje sanador
Al final, se trata de “recordar y homenajear eso que te gustaba de la persona”, apunta Garabal, quien explica que “si una persona dejó una huella en ti y tú haces algo en honor a esa huella, a nivel psicológico, es bastante sano porque te hace estar en conexión con la persona”.
La semana pasada “varios pacientes que habían perdido a un ser querido me explicaron que no querían asistir al funeral. ‘Yo le voy a dibujar un cuadro’, dijo uno. ‘Yo voy a dar paseos por donde solía pasear con ella’, manifestó otro. Ambos rituales de recuerdo y conmemoración pueden ser igual o incluso más válidos que el acto en sí”, sentencia el psicólogo.
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