El precio de los billetes de avión ha alcanzado este año un máximo histórico. Ante la escalonada subida en los últimos años, los pasajeros buscan desesperadamente vuelos baratos. Sin embargo, algunos métodos son más arriesgados que otros, como el skiplagging.
Esta práctica, también conocida como “ciudad oculta” o “billete de usar y tirar”, se ha hecho cada vez más popular. El truco del billete barato consiste en comprar un billete más barato con escala en la ciudad a la que se quiere viajar y luego no coger el segundo vuelo.
¿Cómo funciona el skiplagging?
El skiplagging consiste en reservar un vuelo indirecto que cuesta menos que un vuelo directo y no hacer la conexión, tal y como explican desde euronews. Es una forma de encontrar un vuelo sin escalas sin el precio que suelen tener estos billetes.
Digamos, por ejemplo, que quiere volar de Ginebra a Madrid. Un billete a otro lugar de España, como Culleredo, con una escala en la capital española podría ahorrarle alrededor de un 20%. No viajaría a Culleredo y saldría del aeropuerto de Madrid sin utilizar la segunda mitad del billete.
¿Cuáles son los inconvenientes?
A pesar de las tarifas baratas, hay algunos inconvenientes, como no poder facturar las maletas. El billete es para el destino final del viaje, lo que significa que si factura las maletas, allí acabarán. Algunos expertos recomiendan incluso viajar con una mochila, ya que existe la posibilidad de que le pidan que facture el equipaje en un vuelo con mucho tráfico.
Tampoco es probable que funcione utilizar un billete de ida y vuelta. Es probable que las aerolíneas cancelen el trayecto de vuelta si se dan cuenta de lo que has hecho. También existe la posibilidad de que la ciudad escondida a la que se apunta no sea realmente el destino final. Los horarios, los cambios de ruta y la complicada logística son parte integrante de la planificación de vuelos.
¿Por qué a las aerolíneas no les gusta el skiplagging?
“Las aerolíneas fijan el precio de los billetes en función del mercado y la competencia, no necesariamente de la distancia del vuelo. Por eso un viaje corto suele ser más caro que uno largo”, explica Edward Russell, periodista de aerolíneas de las publicaciones del sector Skift y Airlines Weekly.
Prácticamente todas las aerolíneas prohíben explícitamente el skiplagging en sus condiciones de servicio, con diversos grados de consecuencias si te pillan. Esto puede suponer desde la anulación de las ventajas de fidelidad, como los puntos acumulados con los vuelos, hasta la prohibición de volver a viajar con una compañía determinada, o incluso demandas judiciales.