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¿Son efectivas las gafas que protegen contra la luz azul?
Los expertos discrepan sobre la efectividad de este tipo de lentes, que cada vez son más demandadas ante la sobreexposición a las pantallas de los dispositivos electrónicos
Millones de personas en todo el mundo pasan la jornada laboral, o, lo que es lo mismo, casi un tercio de sus vidas, delante de un ordenador, un teléfono móvil o la televisión. Estas pantallas LCD tienen unos módulos de retroiluminación LED que emiten luz azul, y una sobreexposición a este tipo de radiación puede ser perjudicial para la salud visual del ojo humano.
“Ha aumentado mucho el interés por las gafas con filtros de luz azul”, apuntan desde Óptica Macular, un centro barcelonés especializado en protectores de baja visión. “La demanda está creciendo sobre todo en niños y gente joven”, añaden. “No me quedan. Las he vendido todas”, apuntan desde Óptica 2000 Vía Augusta. Pero, ¿sirven realmente de algo este tipo de lentes que actúan frente a la luz azul?
¿Qué personas pueden usar gafas con filtros de luz azul?
“Cualquier persona que trabaje muchas horas con el ordenador puede utilizar lentes con filtros que reducen la intensidad de la luz azul alrededor de un 20%”, apunta el doctor Diego López Arango, especialista en oculoplastia y vía lagrimal en el Centro de Oftalmología Central Ocular, clínica miembro de Top Doctors. Sin embargo, este experto añade que “no podemos recomendar su uso al 100% porque todavía no hay una evidencia científica suficiente como para calcular los efectos positivos de dichas gafas”. “Está bajo estudio”, matiza.
Al mismo tiempo, la óptico optometrista Norma Dellà Querol aconseja que “lo ideal es que las personas que trabajan ocho horas o más delante del ordenador usen este tipo de lentes”. Cuanto más tiempo de exposición a la luz azul de los dispositivos electrónicos, “mayor es el riesgo”, advierte López.
¿Qué riesgos comporta la luz azul?
Ambos expertos coinciden en que una sobreexposición a la luz azul puede afectar al sueño, provocar sequedad y cansancio ocular, disminuir la frecuencia del parpadeo y dañar la retina. Nuestro cerebro asocia la luz azul a que es de día, por lo que pasar más horas de las debidas frente a estos dispositivos o utilizarlos por la noche “puede producir insomnio”, advierte Dellà.
Al mismo tiempo, “algunos estudios relacionan la degeneración macular --parte de la retina donde se focalizan las imágenes-- con una sobreexposición a este tipo de luz”, añade la experta. Según la Clínica Baviera, la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es la principal causa de ceguera y de baja visión en nuestro país.
Filtros muy económicos
Existen diferentes niveles de protección según el tipo de filtro -incorporado en la masa de la lente, en la superficie de la lente o los que combinan los dos anteriores-. “Su uso puede llegar a reducir el exceso de luz azul en un 20% e incrementa el precio de cada lente en 15 euros”, explica Dellà.
En la mayoría de ópticas, este tipo de lentes neutras con filtro de protección azul suelen rondar los 30 o 40 euros. “Nosotros tenemos opciones por 40 euros que ya vienen montados”, apuntan en Óptica Augusta, donde trabajan con la marca Izipizi para este tipo de gafas.
Contraindicaciones
“El filtro de luz azul puede cambiar un poco la percepción de las tonalidades. Por lo que el uso continuo de las mismas puede hacer que la percepción de ciertos tonos varíe ligeramente”, advierte López.
Y es que las lentes con filtro de luz azul aportan una tonalidad cálida que hace que el color blanco se vea como si fuera beige. “Si eres fotógrafo, tendrás que distinguir muy bien las diferentes tonalidades, por lo que seguramente no te recomendaría el uso de este tipo de lentes”, apunta Dellà.
Otras formas de proteger la vista de la luz azul
Ambos expertos exponen a Consumidor Global varias técnicas o ejercicios para evitar los riesgos que comporta una sobreexposición a la luz de los dispositivos electrónicos. Al estar muchas horas delante del ordenador, fijamos la vista en un punto y disminuye la frecuencia del parpadeo, lo que produce sequedad ocular. “Es importante forzar el parpadeo para evitar la sequedad. También se pueden utilizar gotas lubricantes o poner un pequeño humidificador al lado de la pantalla”, aconseja López.
Otro ejercicio útil para evitar el cansancio y la sequedad ocular es la técnica del 20-20-20, que consiste en hacer breves descansos cada 20 minutos y mirar durante 20 segundos un punto que esté a 20 pies -6 metros aproximadamente- de distancia. De este modo, al buscar un punto de enfoque más alejado, el ojo se relaja y evitamos la fatiga visual.
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