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Siete sistemas de calefacción alternativos al gas para ahorrar este invierno
Los pellets, las placas para generar energía termosolar o la aerotermia son algunas de las soluciones por las que optan los consumidores en un contexto de inflación
La crisis energética derivada de la guerra de Ucrania preocupa a Europa y a sus consumidores. El precio del gas ha pasado de los 17,36 euros el mWh de marzo de 2021 a los 159 euros el mWh el pasado mes de septiembre, un incremento del 700 %. Por eso, son muchas las instituciones que ya han presentado planes de ahorro y sistemas alternativos para afrontar el invierno, pero, más allá de las medidas administrativas, el consumidor puede ahorrar energía en su casa si deja atrás la calefacción tradicional.
El gobierno aprobó el pasado 18 de octubre un Plan de Ahorro Energético para rebajar estas facturas, pero, aun así, los costes del gas siguen siendo elevados. Housell, compañía tecnológica de servicios inmobiliarios, enumera los principales sistemas de calefacción alternativos al gas de la mano de la startup Qlip. Por ejemplo, los radiadores y suelos radiantes son una alternativa interesante. Usan una red de tubería plástica bajo el suelo que hace circular agua caliente o fría por toda la superficie.
Pellets y energía termosolar
Muchos consumidores optan ahora por un modelo sostenible apoyado en las energías renovables, gracias a la llegada de fondos europeos y subvenciones. Entre estos sistemas de calefacción destaca la biomasa, es decir, los pellets. Se trata de un serrín orgánico y vegetal que se puede usar para la calefacción y agua caliente de cualquier vivienda con estufas o calderas especiales. Es un medio típico de zonas rurales.
Asimismo, sobresale la energía termosolar, con placas termosolares que captan un calor aprovechable para caldear el agua de la instalación de calefacción. Según Qlip, con estas placas, “una vez se haya amortizado la inversión inicial, el ahorro es muy notable y puede llegar a ser entre un 40 y un 60 % menor la factura frente al gas natural”.
Aerotermia y geotermia
Por otra parte, la aerotermia parte de bombas de calor diseñadas para aportar refrigeración en verano, calefacción en invierno y agua caliente. Su funcionamiento se basa en utilizar la energía ambiental contenida en la temperatura del aire. De manera similar, la geotermia se apoya en la temperatura del suelo. Los diferentes sistemas de captación realizan el intercambio de calor con el terreno.
Otra de las alternativas más populares pasa por emplear radiadores eléctricos y estufas o calefactores que funcionan conectados. Con estos aparatos, el usuario puede controlar sus horas de uso y graduar la temperatura adecuada. En las zonas industriales y rurales pervive aún el gasóleo, cuyo precio suele ser menor que el de los sistemas eléctricos. Se puede comprar en grandes cantidades para que salga mñas barato, aunque el precio del gasoil tampoco es ajeno a las fluctuaciones del mercado
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