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Siete años de cárcel por estafar a una anciana 300.000 euros para construirse un piso en el cielo
La mujer, que tenía un trastorno mental, creyó que el dinero era ingresado en el ‘Banco del Cielo’ para poder construirse allí una vivienda junto a su madre y esposo ya fallecido
La Audiencia Provincia de León ha condenado a siete años de prisión al hombre que estafó cerca de 300.000 euros a una anciana con un trastorno mental a la que hizo creer que el dinero era ingresado en el Banco del Cielo para poder construirse allí una vivienda junto a su madre y esposo ya fallecidos.
La víctima padece alteración en el contenido del pensamiento, en forma de ideación delirante místico religioso y megalomaníaca que alteraba su capacidad de juición y decisión, la situaba fuera de la realidad.
Una estafa surrealista
Los magistrados de la Sección Tercera consideran probado que el acusado, conocedor del estado mental de la mujer y de sus exageradas ideas religiosas que le hacían considerarse incluso “santa”, ideó la posibilidad de hacerse con todos los ahorros que tenía depositados en distintas entidades bancarias.
Para ello, el estafador hizo llamadas telefónicas desde número oculto en nombre de “Nuestro Señor Jesucristo” o la “Virgen María”, que llamaban para pedirle que sacase distintas cantidades de dinero en sus cuentas y se las diese a él para depositarlas en El Banco del Cielo o bien que se als llevase a la tienda que el acusado regentaba.
Un ‘Banco del Cielo’
Una vez allí, relatan los magistrados en su resolución "en un cuarto para masajes que había en el local, le decía que metiese el dinero en un cajón desde donde iba al Banco del Cielo, provocándole la convicción de que allí le rentaría más y podría construir una casa en el cielo, junto a su madre y esposo -ambos ya fallecidos-, haciéndole creer el acusado que también él depositaba dinero en mencionado banco celestial".
"No sólo ha perdido todos sus ahorros sino que quedó deudora con el banco al que pidió el préstamo personal (finalmente cancelado con la acción de pago realizado por su hijo) y ahora se enfrenta a su futuro no con lo que tenía sino con lo que la ha quedado (únicamente su pensión devengada mes a mes) tras la acción depredadora del acusado quien, sin duda, conocía que con sus sucesivos requerimientos, acabaría esquilmando todo el patrimonio de la anciana (recuérdese que ella, en su declaración en el juicio, llegó a pedirle para comprar pan pues no tenía ya dinero y él la contestó que no podía darle nada pues había tenido unos gastos imprevistos por una -supuesta- enfermedad de su madre)", señalan los magistrados en una resolución que no es firme.
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