A partir del 10 de febrero de 2022 ya no es necesario llevar mascarilla en exteriores en España. Sin embargo, que este escudo contra el coronavirus se elimine no significa que su precio vaya a caer de manera estrepitosa. Entre las farmacias hay disparidad de opiniones y los expertos analizan si las mascarillas serán más baratas o no tras esta nueva medida.
Pero, sin lugar a dudas, habrá algunos que aplaudan esta normativa. Los usuarios con problemas para respirar, con acné, piel sensible, esmerados bigotes y los que llevan desde finales de diciembre con ganas de lucir sonrisa acogen con entusiasmo el fin de las mascarillas en la calle. No obstante, queda por ver y saber si también lo notarán sus bolsillos.
Los cambios de precio de las mascarillas
“Lo que dice la teoría es que toda bajada de la demanda conlleva bajadas de precio”, argumenta a Consumidor Global Antoni Cunyat, profesor de los estudios de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Sin embargo, cree que este caso es diferente: “Hay que mirar cómo afecta la variación al grueso de la demanda, porque la mascarilla se seguirá llevando en el trabajo, en clase, en los gimnasios…”
Por eso, el profesor considera que no habrá una bajada significativa del precio de las mascarillas. De hecho, según su intuición, los cambios del coste serán “prácticamente inexistentes”.
Un ahorro de pocos céntimos
Cristóbal López de la Manzanara, presidente de la Asociación de Farmacéuticos de Madrid (Adefarma), se expresa en los mismos términos que Cunyat: “Bajará la demanda, por supuesto, pero se supone que eso no afectará mucho al precio porque la oferta está muy equilibrada”, razona.
Según este experimentado boticario, la variación de precio puede ser “de unos pocos céntimos”, lo que tampoco será muy significativo “para la mayoría de la gente”.
La postura de las farmacias
Tras preguntar a varias farmacias del centro de Madrid, entre carteles de ofertas de test de antígenos y geles de placer para San Valentín, uno de los boticarios alza la voz para cuestionar la medida en términos sanitarios. Además de mostrarse escéptico, cree que la gente seguirá comprando mascarillas. “Las llevarán el 70 % de las personas que ya lo hacen”, asegura. A su parecer, la caída de la demanda no será drástica y no espera diferencias de precio abismales. “Siguen siendo obligatorias en interiores, así que las farmacias no notaremos muchas pérdidas”, revela.
“El precio de las quirúrgicas ya está regulado, pero con las FFP2 habrá que ver”, explica este farmacéutico. En otras boticas la opinión es muy diferente. En una cercana a Atocha, su titular afirma que, a título personal, considera que bajará el precio de ambas, también de la FFP2, aunque será “más lento”. Tal y como detallan en este establecimiento, la intensidad de la variación de precio dependerá de las decisiones que tomen otros países, pero si la obligatoriedad en exteriores desaparece en muchos lugares, los proveedores se darán cuenta de que su producto “no se solicitará tanto”.
La costumbre de llevar mascarilla
“Durante la sexta ola hemos notado que las ventas de mascarillas han subido de forma notable, sobre todo las FFP2”, reconocen en una apoteca. Eso demuestra, consideran, que la gente en España está muy concienciada. “Y lo seguirán estando”, dicen, por lo que no contemplan una bajada de ventas desmesurada. Además, dado que en los dos últimos meses los negocios han visto que las ventas aumentaban mucho, se aprovisionaron bien de stock. Y hasta que no le den salida, no tienen por qué disminuir el importe.
La mayoría de los farmacéuticos consultados por este medio deja entrever que retirar las mascarillas en exteriores ahora no es una buena medida. “Mucha gente ya se ha contagiado, es cierto, pero generaba un sentimiento de seguridad”, defienden. “Yo le seguiré aconsejando a mis clientes, sobre todo a los mayores, que la lleven puesta”, defiende una practicante, que cree que muchas personas no se la quitarán “por inercia”.
Menos demanda, pero mismo precio
Antoni Cunyat también pronostica que, aunque no sea obligatorio, “habrá mucha gente que seguirá llevando mascarilla en espacios abiertos”. Recuerda que en estos momentos es un mercado muy competitivo: “hay cientos de fabricantes y puntos de ventas, por lo que no se trata de algo exclusivo”. No era así al inicio de la pandemia, cuando había poca oferta y mucha gente comprando de golpe. Entonces, rememora el profesor, llegaron a pedir 50 euros por una FFP2.
Cunyat se basa en la experiencia previa para afirmar que la variación de precio será escasa: “Cuando se impuso la obligatoriedad en exteriores el pasado diciembre, aumentó la demanda, pero los vendedores no incrementaron el valor. Ahora pasará lo mismo”.