Hay películas de terror que dejan el susto en el cuerpo durante un tiempo, y otras basadas en hechos reales que cuentan historias tan dramáticas que invitan a mirar con otros ojos. Es el caso de Aguas Oscuras. El film denuncia las prácticas de la empresa química Dupont, una compañía industrial que desarrolló una sustancia tóxica en los años 50 y la comercializó en sus sartenes aún sabiendo que era perjudicial para la salud. Se denomina PFOA, y Dupont la rebautizó como C8 en los años 50. Llegó al menaje de todas las partes del mundo.
“Fabricaron su propio revestimiento impenetrable, pero no para tanques, sino para sartenes. Lo llamaron teflón (…). Pero ya desde el principio hubo problemas: los trabajadores que fabricaron el teflón empezaron a tener náuseas, fiebre… Y como Dupont quería saber por qué, les metieron teflón a unos cigarrillos y les dijeron a los trabajadores “eh, fumaos esto”. Los trabajadores obedecieron. Casi todos acabaron hospitalizados”, cuenta en la cinta Mark Ruffalo. La Unión Europea ha prohibido recientemente el PFOA, pero no ha desaparecido de todas las tiendas y todavía hay sartenes en Lidl y Carrefour que no especifican si contienen este químico.
Estudios asocian el PFOA con algunos tipos de cáncer
Los estudios científicos reconocen que el PFOA podría producir diferentes tipos de cáncer, enfermedades como la tiroides y esterilidad. Pero PFOA no es sinónimo de teflón, sino un elemento que estaba presente en él.
Proporciona la resistencia al calor y a la fricción, pero, precisamente por el escándalo de Dupont que narra la película, los países y las empresas se pusieron las pilas para eliminarlo. ¿Qué pasa en España? ¿Se controla que se eliminen del mercado? Consumidor Global se ha puesto en contacto con el Ministerio de Consumo para saber si existe algún tipo de control o inventariado, pero desde este organismo han remitido la cuestión a la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan).
La importancia de una etiqueta
Algunas marcas especializadas, como Tefal, especifican en su web que sus productos de menaje “son sometidos a controles regulares realizados por laboratorios independientes bajo las más estrictas metodologías”, lo que asegura “la ausencia de PFOA”, algo que ya se puede leer en las etiquetas de sus sartenes, y otras, del mercado.
Esta sustancia química, según la propia Tefal, “todavía utilizada por algunos fabricantes es susceptible de producir efectos negativos en la salud”. Y lo mismo dicen desde Vitrinor Magefesa, una marca que afirma elaborar sus productos sin esta sustancia, lo que garantiza, dicen, “que no trabajamos con productos que pueden perjudicar la salud de nuestros clientes”.
Tefal vs. Lidl
Los modelos más baratos de Tefal (por ejemplo, una sartén antiadherente de 22 centímetros “Titanium Tech+de Aluminio”) no suelen bajar de los 20 euros. En cambio, una sartén de aluminio fundido en Lidl cuesta unos 10 euros. La mitad. En la cadena germana hay opciones aún más baratas: la sartén de 20 cm de aluminio, que cuenta con el revestimiento antiadherente ILAG, cuesta 5,99 euros.
En ninguno de estos dos últimos casos se especifica si están libres de PFOA, pero en el primero hay un sello que no aparece en el segundo producto: la certificación de una entidad (LGA) junto al texto “tested for harmful substances”. Es decir, que se ha probado que no contenga sustancias nocivas, aunque no se dice exactamente qué sustancias. En las tiendas físicas, otros modelos de sartenes comercializadas bajo la marca Ernesto sí tienen una etiqueta que indica que están fabricadas en Italia.
Poca concreción en algunos productos de Carrefour y Alcampo
En el caso de Carrefour, la falta de concreción es similar. La compañía francesa tiene a la venta una sartén de la marca Pixel PIXEL Chef Sauce que cuesta 3,99 euros. La etiqueta de este modelo es muy reveladora: anuncia que el importador es Bergner Europe para después informar de que está fabricada en China. Es decir, que podría llevar PFOA.
¿Y Lidl? Los productos de Ernesto están fabricados en Italia, pero con su otra marca, Silvercrest, no está tan claro. Por su parte, Alcampo tampoco revela toda la información: su sartén de aluminio de 18 cm “con revestimiento interior antiadherente ILAG” cuesta 4,99 euros y en la web no se habla de su procedencia ni componentes. En cambio, en la etiqueta de su sartén de aluminio de 20 centímetros apta para vitrocerámicas de Essential (3,25 euros) sí se puede leer "free PFOA". Desde esta empresa cuentan a Consumidor Global que sus artículos de cocina no contienen PFOA, y que para asegurarse, realizan ensayos "con frecuencia". Añaden que "la frase indicando la ausencia de PFOA no aparece en todos nuestros productos, porque no es obligatorio indicarlo".
Uso prohibido desde julio de 2020
Tal y como explica Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos y divulgadora, a Consumidor Global la restricción del uso del PFOA (cuyo nombre científico es ácido perfluorooctanoico) está limitada por el reglamento europeo. Éste especifica que, a partir del 4 de julio de 2020, producir artículos con esta sustancia está prohibido, pero extiende el plazo en el caso de determinados objetos textiles o sanitarios. Esta dilatación revela que, aunque poco a poco se estén retirando, es un material difícil de desterrar completamente.
“Puesto que no se pueden emplear en la producción de artículos desde julio de 2020, no tenemos que ir buscando la sartén que especifique que es libre de PFOA, ya que todas deberían de serlo”, considera Beatriz Robles. Sin embargo, sería posible eludir esta prohibición poniendo a la venta sartenes producidas antes de esa fecha. Además, la normativa no afecta las sartenes fabricadas en China, un país que, según Greenpeace, es el que más recurre a este tóxico. Por ello, es muy importante para el consumidor conocer el origen de las sartenes.
Enfermedades y consecuencias del PFOA
Nicolás Olea, catedrático de la Universidad de Granada y profesor de Radiología y Medicina Física, ha denunciado la existencia de este químico en su libro Libérate de Tóxicos, publicado en 2017. A pesar de que muchas marcas de sartenes recurren al Free PFOA, el experto sostiene que el daño ya está hecho: “Según los resultados del estudio de la cohorte Infancia y Medio Ambiente (INMA), que investiga la exposición materno-infantil de más de tres mil madres españolas, la exposición a esos perfluorados (…) puede tener consecuencias sobre la salud de la madre y de su descendencia. En la madre puede provocar diabetes; en el hijo, habrá que esperar a ver qué ocurre durante su desarrollo”.
Con todo, Beatriz Robles considera que, en las sartenes, lo más peligroso no es la capa superficial, sino el pegamento que une la capa antiadherente con la sartén. “En determinados casos, puede entrar en contacto con el consumidor: cuando está rayada, por ejemplo”. Por eso, según la experta, lo prioritario es que la sartén, sea del modelo y la marca que sea, esté en buen estado.