Dicen que expulsó a todas las serpientes de Irlanda. Que introdujo el catolicismo en el país hace 15 siglos. Que explicó la Santísima Trinidad a los irlandeses con un trébol de tres hojas que tomó de la verde campiña. Por todo ello, el día de San Patricio es una fecha festiva para vestirse de verde, celebrar la tradición… y brindar con una cerveza Guinness.
En Chicago, el río se tiñe de verde. En España, los pubs irlandeses tratan de capear la inflación como pueden. Aunque los dueños de los establecimientos coinciden en que este año la Guinness mantendrá su precio, puede que, en el próximo, suba como la espuma. Y es que, aunque San Patricio es una fiesta, las perspectivas son del color de esta famosa bebida: marrón oscuro, casi negro.
Primer San Patricio después de dos años
El Scobies Irish Pub lleva dos décadas sirviendo pintas en Barcelona. Desde este establecimiento, Caitlín cuenta a Consumidor Global que ellos sí han notado la subida de precios en muchos productos, pero, de momento, la Guinness esquiva la bala. “Es una cerveza de importación y han subido los precios del petróleo, de la luz, de las materias… Pero aquí la pinta sigue costando 6 euros”, precisa.
A pesar de los pesares, Caitlín se muestra muy satisfecha “porque es el primer San Patricio que se puede celebrar después de dos años”. Según cuenta, “la gente viene a los pubs irlandeses a consumidor productos de ese país, y además de la Guinness, triunfan la Murphy’s Red y los whiskies”.
Jameson y chupitos con Bailey’s
En el Irish Murphy de Alicante la situación es similar. “Llevo sin tocar el precio de la Guinness ocho años”, cuenta a este medio Guillermo, su dueño. “Y es la que menos rentable me sale, pero a día de hoy no puedo subirle el precio. El año que viene ya veremos”, desliza. De momento, en este establecimiento la pinta de esta cerveza irlandesa cuesta 5 euros.
Guillermo también reconoce que el precio ha subido en la mayoría de productos, y que las perspectivas son “jodidas”. Por ejemplo, la invasión de Ucrania pone en riesgo el abastecimiento de cebada para muchas cervezas de todo el mundo. “Nos subirán el precio seguro”, lamenta. Más allá la cerveza, este empresario señala que otro de los productos estrella para celebrar este día es el whisky Jameson. “Y los chupitos de Baby Guinness, que se hacen con licor de café y Bailey´s, también están ahora de moda”, indica.
La Guinness aguanta gracias al 'stock'
En Dan O' Hara, taberna zaragozana especializada en bebidas, la cerveza de la marca del arpa también se mantiene en 5 euros. “La tenemos así desde hace seis años, y ahora nos están subiendo todo en general, pero la Guinness es lo más demandado y de momento no lo hemos hecho”, expone Jaime, su dueño.
“La subida de la luz sí la estamos notando, pero los costes de la guerra en Ucrania aún no se han repercutido, lleva pocos días y al comprador no llega todavía”, señala. Otra clave, indica, es que en su establecimiento aún disponen de estocaje. Cuando se agoten las reservas, quizá el importe cambie en el próximo pedido. Para salir de la monotonía de la Guinness en San Patricio, Jaime recomienda la cerveza Kilkenny, una red ale de 4,3 grados. Con o sin ella, en el Dan O'Hara, cuenta, habrá “todo el día música celta, irlandesa, e iremos con los gorros verdes que suele dar Guinness”.
Una cerveza que no se toca
El precio de esta bebida icónica tampoco se mueve en The Irish Rover, un gran local de Madrid en el que la pinta está a 6 euros. “Los que sufrimos el incremento somos nosotros, los negocios”, relata Hugo García, uno de sus responsables. Pero, aunque los proveedores hayan aumentado los precios, “en nuestro local, el cliente no lo va a notar en la Guinness”. En otros productos, admite, el coste sí ha subido, como en algunas cervezas lager.
“Desde que se reactivó toda la actividad hostelera después de la pandemia, todos nuestros costes son mayores. Nosotros entendemos las protestas de los clientes si el menú sube 50 céntimos, pero hay que pagar a todos los empleados, a los proveedores…”, argumenta García. No obstante, San Patricio es un buen motivo de celebración. “Ya está todo reservado para comer y cenar, con los clientes que son, sobre todo, anglosajones”, expone.
'Irish breakfast' a cualquier hora
A los locales, señala García, también les beneficia el hecho de que se juegue ahora el Torneo de las Seis Naciones, una competición de rubgy que muchos no se quieren perder. Más allá de las cervezas, el whisky o incluso la sidra irlandesa, el responsable cuenta que las comidas más populares son el fish and chips (“que es un plato británico, pero también se come mucho en Irlanda”) y el Irish breakfast, que, aunque en teoría es un desayuno, “se come y se pide a cualquier hora”. En su establecimiento, este contundente plato cuesta 12 euros.
Bord Bia – Oficina de Alimentos de Irlanda es un organismo semi-estatal del Gobierno irlandés que se encarga de la promoción de los productos del país. Desde esta entidad cuentan a Consumidor Global que el auténtico Irish Breakfast lleva bacon, salchichas, morcilla, huevos, pastel de patata, tomate, pan “y, por supuesto, servido con una taza de té”. Tal y como apuntan, otro plato, también muy representativo y típico, es el Irish Stew o estofado irlandés, elaborado con carne de cordero, patatas, cebollas y perejil. Completa el trío el “Colcannon”, uno de los menos conocidos, elaborado con patatas, col y mantequilla.
Ginebras, licores y quesos
Además de la Guinness, desde Bord Bia precisan que la gama de bebidas se extiende a los whiskies Jameson, Tullamore o Connamara; las ginebras Drumshambo, Dingle Gin y An Dúlamán (una ginebra marítima); o los licores de crema Baileys, Carolans y Royal Swan.
Con algo hay que acompañar tanta potencia. Entre los lácteos, desde Bord Bia citan el queso cheddar o la mantequilla Kerrygold. “El queso irlandés posee un sabor y carácter distintivos. Con una calidad excelente y una textura firme, además de un aroma sustancioso y equilibrado. Es un queso muy versátil, que se puede usar para tablas de quesos, gratinado o en lonchas para sándwiches”, enumeran.
Carne irlandesa en supermercados españoles
En Irlanda también hay quesos artesanales que, según Bord Bia, “tienen un ingrediente secreto común, la excepcional calidad de la leche, ya sea de vaca, de oveja o de cabra. Tanto los quesos azules, como el famoso Cashel Blue, como el queso de cabra, se elaboran con los más altos estándares por familias granjeras. Algunos se pueden encontrar en queserías especializadas de España como Poncelet en Madrid o Ardai en Barcelona”, precisan, para los más gourmets.
En cuanto a la carne, tal y como detallan, “en España el novillo de Irlanda de Hereford y de Angus está a la venta en las principales minoristas como Carrefour, Alcampo, Eroski, El Corté Inglés y Makro”. En Alcampo, 450 gramos de filetes de babilla de novillo irlandés cuestan 8,53; mientras que en El Corte Inglés, el kilo de entrecot de lomo de novillo de raza Hereford se puede adquirir por 32,95 euros.
Little Ireland, corazón celta en España
Otro de los establecimientos más activos en la venta de productos irlandeses es Little Ireland, un local ubicado en San Sebastián que cuenta con una tienda online especializada. Una de sus responsables cuenta a este medio que crearon el negocio hace casi 6 años, cuando se dieron cuenta de que en España no había ninguna tienda dedicada en exclusiva a los productos de ese país. Con todo, reconoce que el incremento de los costes “en todo” hace que el 2022 “sea muy difícil”.
En cuanto a las motivaciones para crear su tienda, opina que existe una conexión especial entre vascos e irlandeses, a nivel, por ejemplo, cultural y climático. “Es un sitio donde aún hay gente que valora las cosas hechas de manera artesanal”, argumenta. Entre los productos estrella de su tienda, cuenta que el té es lo que más se vende. El de la marca Barry’s Tea, con 20 bolsitas, cuesta 4,50 euros. Y es que, según Bord Bia, Irlanda es el segundo país del mundo donde más té se bebe.