En el siglo X, antes de que Alfonso VI conquistase Toledo a los musulmanes o de que naciese el Cid Campeador, un monje de un monasterio muy cercano a León escribió un texto que ha pasado a la historia por su valioso lenguaje: emplea un latín en el que ya aparecen voces romances, por lo que prueba la evolución hacia el dialecto asturleonés. Se conoce como la Nodicia de Kesos, y es, en realidad, un registro cotidiano: un sencillo inventario de los quesos que había consumido un fraile.
Sabor y lengua unidos. A veces la historia tiene esas jugadas. Así, el queso español es un alimento con una larguísima tradición, antiguo y moderno, capaz de protagonizar un almuerzo en la taberna de una pequeña aldea o en una cena chic de una azotea de Madrid, versátil y perfecto para compartir. Sin embargo, muchos españoles consumen muy pocas variedades. Desde la Organización Interprofesional Láctea (InLac) quieren que el consumidor amplíe sus horizontes y, como el monje leonés del siglo X, expandan su lista.
Potenciar quesos ‘tapados’
Nuria María Arribas es la directora gerente de Inlac, entidad que ha realizado un estudio con Ipsos que refleja que la mayoría de los españoles prefieren los quesos nacionales, pero concentrado en regiones particulares. Así, la entidad considera que hay margen de mejora en la comunicación y potencialización de quesos de otras regiones. Y hay algunos tapados. “Por lo peculiar de su elaboración, podría destacar la denominación de origen protegida (DOP) de Quesos de Murcia al Vino, que son especiales porque los lavados de la corteza se realizan con vino tinto (de las DO de Jumilla, Yecla y Bullas)”, cuenta Arribas a Consumidor Global.
“También destacaría los quesos de la zona de los Picos de Europa, ya que allí se producen los quesos azules más famosos del mundo: el Gamonéu, el Valdeón o el popular queso Cabrales. Su principal secreto es que se esconden en los pastos de esas altas montañas que alimentan al ganado y maduran en cuevas”, añade la experta de Inlac.
Producción de quesos por comunidades
En cuanto a la producción anual, España ya supera las 450.000 toneladas. Las comunidades donde más queso se producen son Castilla-La Mancha y Castilla y León seguidas de Galicia y Asturias.
“Por eso el estudio de Ipsos destaca la popularidad que tienen entre los consumidores los quesos asturianos, manchegos y gallegos, pero también destacaría la producción de quesos que tienen Extremadura, Cantabria, País Vasco, Cataluña y Navarra, que son comunidades autónomas con quesos como la DOP Torta del Casar, la DOP de quesos de nata de Cantabria, la DOP Idiazábal, el queso del Alto Urgell, de la Cerdaña; y el Roncal”.
Canarias, la comunidad donde más se consume
En términos de volumen total, Cataluña es la comunidad autónoma que más queso consume, con más de medio millón de toneladas anuales. A esta comunidad, explica Arribas, le siguen Andalucía, Madrid y la Comunidad Valenciana. Pero, por habitantes, quien se lleva la palma es Canarias.
“Aunque cueste creerlo, es la que más consume, con mucha diferencia. Tras Canarias figuran Baleares y Asturias. Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, los canarios consumen una media de 11 kilos per cápita frente a los 9 de media en España, que todavía están lejos de los 21 que tienen en Europa”, asegura Arribas.
Menos consumo que en Europa
En términos de consumo por habitante, España ocupa la sexta posición en el ranking europeo. “Estamos detrás de Alemania, Francia, Holanda, Italia e Irlanda”, describe la gerente de Inlac. Cifras chocantes si se tiene en cuenta que España es el segundo mayor productor de queso de oveja (detrás de Grecia) y también el segundo de cabra (detrás de Francia).
“Por eso, hemos lanzado la campaña Quesea con quesos de España”, indica Arribas. Con ella, Inlac pretende destacar las bondades del producto. “El queso tiene unos atributos nutricionales que pueden ayudar a mejorar la salud. Hablamos de un producto bueno, sano y saludable que tiene leche, aporta calcio y vitaminas (A, B y D)”, defiende.
Variedades nuevas cada día del año
“Además, el consumidor puede conocer variedades nuevas cada día del año, probando unos y otros. Y ya no es solo por sus valores nutricionales, sino porque conocer los quesos permite captar una enorme variedad de sabores y de texturas. Puedes combinarlas con buenos vinos y ampliar horizontes, sabiendo que hay muchos tipos de queso para acompañar tu vida desde un desayuno hasta la cena, en cualquier momento”, asegura Arribas.
Quesear, reconoce, viene a ser similar a tapear. “Hemos querido copiar el verbo para que sea en cualquier día y en cualquier momento. Tenemos 150 variedades y 30 figuras de calidad, 27 DOP y 3 IGP (indicaciones geográficas protegidas)”, describe la experta.
Predilección por el queso manchego
El estudio de Ipsos revela la predilección de los españoles por el queso manchego, que, en cierta medida, viene determinada por su precio. “El precio es un factor importante, es así. Según el estudio que hicimos con Ipsos, para el 80 % de los consumidores españoles el precio es un factor relevante a la hora de elegir un queso, pero no creo que la inclinación por este tipo venga determinada por su coste”, considera Arribas.
“También interviene su sabor, bastante característico y distintivo; su versatilidad en la cocina y el hecho de que se trata de un queso con mucha tradición. La DOP ha hecho las cosas muy bien en este sentido”, considera.
Concienciación ante fraudes
Arribas también cree que el consumidor medio está lo suficientemente concienciado en lo relativo a la protección y promoción de los quesos españoles ante posibles fraudes o imitaciones, pero “no todo lo que deberíamos”.
“A raíz de este estudio de Ipsos hemos comprobado de 4 de cada 10 españoles todavía desconocen estos sellos de calidad diferenciada, tanto la DOP como la IGP, y qué significan: estos sellos indican que el producto ha sido producido en una zona específica, con características particulares que influyen en la calidad y en las propiedades organolépticas. Son, además, elementos fundamentales para avalar esa autenticidad del queso. El fin no es solo incrementar el consumo interno, sino también fortalecer el grado de conocimiento entre los consumidores españoles”, resume.