Tanto papelito es un estorbo. Los descuentos kilométricos del supermercado en productos que nunca compras y las cartillas de 10+1 de pizzerías y cadenas de cafetería suelen terminar en un rincón olvidado de la cartera, acumulando polvo en la puerta de la nevera o directamente extraviados o caducados. ¿Por qué no llevarlos en el móvil, ese tercer brazo del que nunca nos separamos?
¿Por qué pagar cada día dos o tres cafés si puedes hacer un único pago mensual, ahorrarte unos cuantos euros, recibir un trato VIP y pensar que te salen gratis? ¿Por qué pagar cada semana tres menús en el bar de la esquina si puedes tener tarifa plana y beneficiarte de descuentos? “La suscripción a restaurantes con el modelo Netflix crece. Es una evolución y digitalización lógica”, expone a Consumidor Global Diego Coquillat, director del periódico digital de restaurantes que lleva su nombre y autor del libro Una nueva era en los restaurantes.
Bares con tarifa plana
Pagas una cuota y obtienes un café diario, un taco, un sándwich, un plato vegano... “Es un modelo digital que ofrece infinitas posibilidades”, apunta Coquillat sobre las grandes cadenas, como Burger King, Taco Bell o Pret a Manger, entre otras, que están implementando restaurantes con tarifa plana en Estados Unidos, donde ya tienen cerca de 500.000 suscriptores.
Lo que se hace es “ofrecer ventajas para fidelizar”, explica Manel Morillo Prieto, fundador de Con Gusto Consulting, quien opina que este modelo Netflix en hostelería es lo mismo que la cartilla del 10+1, pero digitalizado. Al mismo tiempo, los restaurantes han perdido la relación directa con el cliente, que ahora accede a ellos a través de Google, Instagram u otras plataformas. Por ello, este método gastronómico bajo suscripción permite una “nueva conexión” de los usuarios con los restaurantes a través de la tecnología.
Un mercado embrionario
“Es un mercado embrionario que está funcionando muy bien”, asegura Coquillat, quien adelanta que este modelo se instaurará en España muy pronto. “Funciona en algunas cadenas y en otras no”, matiza Morillo.
Ambos especialistas coinciden en que la suscripción en hostelería está muy enfocada a la restauración organizada, a conceptos de franquicia y grandes cadenas porque “es un producto muy paquetizable”, aunque también es una alternativa muy interesante para el delivery.
Casos de éxito
A través de la aplicación Simplr, por ejemplo, el consumidor español puede suscribirse a Flax & Kale y recibir cinco platos y cinco kombuchas al mes por 36 euros.
En Estados Unidos, Pret a Manger ofrece dos planes de suscripción: Premium Plan (29,99 euros) y Classic (19,99 euros). Con el primero se pueden tomar hasta cinco cafés --incluidos lattes, capuccinos, ecológicos y espressos-- o infusiones al día. El Classic también permite hasta cinco consumiciones, pero solo incluye los tés y cafés básicos.
Un ‘win-win’ en toda regla
Por un lado, la tarifa plana de los restaurantes ofrece un valor añadido al consumidor: ofertas, descuentos, comodidad y trato VIP. Al mismo tiempo, permite al hostelero asegurarse unos ingresos fijos, mejorar la previsión de la demanda y fidelizar al cliente.
La gestión de datos que ofrece al sector de la hostelería “sí es algo revolucionario”, apunta Morillo sobre este modelo de suscripción que permite conocer y registrar los hábitos y formas de consumo de la clientela. “Enriquece el diálogo con el cliente y crea una comunidad en la que los datos empiezan a ser relevantes”, matiza Coquillat.
Tarjetas regalo
Según varios estudios, el 42% de los negocios de hostelería tiene previsto establecer programas de fidelización nuevos o ampliar los existentes. Además de las suscripciones, los restaurantes están muy centrados en el sistema de tarjetas regalo.
“Es algo que va a crecer muchísimo”, apunta Coquillat, quien opina que este modelo de consumo se ha acelerado con la pandemia y que funciona especialmente bien con restaurantes top. “La diversificación y la fidelización son el futuro”, sentencia este experto.