La lluvia azotaba con fuerza en Madrid la tarde del 19 de octubre. La boca de metro de la parada Banco de España se transformó en una desbordante cascada de agua. Sebastián Ríos consiguió llegar a la estación de Atocha-Almudena Grandes con el tiempo justo para llegar al tren que lo llevaría a casa, Sevilla. El tiempo justo se hizo eterno después. “Me han cambiado el AVE por un AVLO, pero va a salir con unos 15 minutos de retraso”, escribe por el grupo familiar en WhatsApp. “El retraso aumenta, más de media hora”, escribe pasado el cuarto de hora estipulado. “Ya salimos”, redacta a las 20.13 horas.
Al fin, vamos para la capital andaluza. El primer parón empezó en el municipio de Puertollano, Ciudad Real. Ríos mira por la ventana y luego al pasajero del asiento de al lado. Las miradas desconcertantes de los viajeros se cruzan, hasta que uno de ellos dice que ha habido una especie de incidente por las incansables lluvias. El protagonista de la crónica mantiene la calma y saca de la mochila Revolución de Arturo Pérez-Reverte para distraerse en su lectura. “Parados y para rato”, avisa a la familia a las 22.14 horas.
¿Qué pasa?
El día de ayer, 19 de octubre, el temporal provocó estragos en diferentes redes de transportes, siendo la ferroviaria una de las más afectadas. La borrasca Aline causó desperfectos en las vías y fue la razón del descomunal caos. En concreto, varios trenes con destino a Sevilla tuvieron problemas para llegar a Santa Justa debido a un cable que podía generar electrocución al paso de los ferrocarriles a la altura de La Rinconada. Uno de ellos, el de Sebastián.
Comida muy justa
A las 23.42 horas llega otro mensaje del afectado.“En Córdoba parados”. La cena aún no había sido ingerida y el cuerpo pedía comer. Al tratarse de un AVLO, no se disponía de un vagón cafetería y tan solo había un servicio de carrito con un suministro limitado de sándwiches y latas de refrescos. Ríos no lo duda y pide uno antes de que se acabara la comida. “He cenado un sándwich, pero se están acabando y no hay cafetería. Esto se va a complicar”, comenta por el grupo. “En algún momento esto será The Walking Dead”, bromea con resignación.
“¡En marcha!”, exclama a las 23.52 horas. Ya solo quedan 45 minutos para llegar a Sevilla, pero esta crónica se vuelve a complicar. A las 00.38 horas otro escrito vuelve a sorprender a su mujer e hijas. “Se ha parado de nuevo”, escribe mientras vuelve a acomodarse para otra larga espera, esta vez, entre Lora del Río y Guadajoz. “Seguimos parados”, informa a las 0.58 horas. Mientras, María --su mujer– acaba de llegar a Santa Justa para esperarlo.
Final de trayecto
Sus hijas ya duermen. María continúa esperando el telegrama que llega por WhatsApp de su marido. Son las 2.33 horas de la madrugada y el tren donde sigue atrapado Sebastián comienza a moverse. Pasada media hora, los pasajeros se levantan nerviosos. Ya casi estamos. Ya no queda nada para salir. Ríos, sin levantarse de su asiento, fotografía la hora que marca el interior del AVLO. Son las 3.02 horas.
Final de trayecto. A las 3.18 horas, Sebastián sale corriendo para meterse en el coche donde le espera su mujer. Ya en casa. Se acabó el viaje. Como él, muchas personas fueron rehenes durante horas y horas en un tren debido al mal tiempo. Estaciones como las de Santa Justa, Córdoba, Barcelona-Sants y Atocha permanecieron abiertas durante toda la noche, para aquellos viajeros que pudieron tener dificultades a la hora de desplazarse por el temporal tengan un lugar donde resguardarse, según expresó Adif en un comunicado.