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¿Es posible regalar la energía sobrante de tus placas solares a los amigos?

La startup española Lumio propone una alternativa a la imparable subida de la electricidad basada en el autoconsumo de energía solar con posibilidad de reparto de excedentes a terceros

Marta Peiro

Placas solares a la luz del sol / PIXABAY

En medio de la constante subida del precio de la luz, muchas compañías tratan de innovar y ser originales para ofrecer al consumidor una solución que haga que les salgan las cuentas. Algunas de estas alternativas apuestan por la sostenibilidad mediante la instalación de placas solares, pero también por compartir energía. Este es el caso de Lumio, una startup española que ha creado un mercado online donde, aseguran, los particulares pueden intercambiar energía solar decidiendo por cuánto y a quién venden o compran energía renovable.

“Nuestra intención es ofrecer un mercado abierto para que los particulares puedan intercambiar energía sostenible. Pretendemos que el consumo sea más sostenible y que el consumidor consiga un precio más justo tanto de venta como de compra de energía”, explica Alexis de las Heras, director y cofundador de Lumio.

¿Cómo funciona?

La solución que propone Lumio, disponible únicamente en la península, está basada en paneles solares que la startup instala en casa del consumidor. A partir de ahí, según De las Heras, “la gente está conectada a través de la red eléctrica” y puede ofrecer o solicitar excedentes. “Los particulares se dan de alta en la comercializadora y nosotros digitalmente ponemos en común esos puntos de suministro”, comenta. “Formamos minicomunidades energéticas digitalmente conectadas a través de un desarrollo que conecta y balancea los consumos energéticos”, aclara.

El director de Lumio afirma que esta propuesta es una alternativa frente a la feroz subida del precio de la luz. “Esto parte de la energía solar. Cualquier consumidor que pueda permitirse una instalación va a ahorrar desde el minuto uno, y cualquiera que pueda conectarse a la red, sin instalación, va a notar un ahorro”, asegura. “Proponemos un primer producto con el que la gente puede regalar energía, lo cual también funciona muy bien si se tiene un negocio y una instalación solar, ya que puede traspasar energía”, destaca.

Sostenibilidad y transparencia

El objetivo, según De las Heras, es conseguir un consumo sostenible. “Para ello nos tendremos que acostumbrar a consumir cuando hay energía verde. Con este tipo de herramientas conseguimos que se consuma cuando hace sol”, afirma. Además, el cofundador de Lumio insiste en que el consumidor encontrará “transparencia y trazabilidad” en el proyecto, “para saber de dónde viene su energía y hacia dónde va su dinero”. Hablando de dinero, De las Heras indica que su equipo vende su energía “a precio de coste más una tarifa por el servicio de un céntimo y medio por kilovatio consumido”.

“El cliente se da cuenta de que cualquier tipo de subida viene por el precio de la luz o circunstancias ajenas”, declara, a la vez que expresa que ellos lo repercuten “directamente al cliente”. Si el consumidor busca en su página web, verá que señalan que la energía proviene “de la instalación solar de la persona con excedentes o del mercado eléctrico”. Según los precios indicados, la energía en hora punta no sube de los 0,1257 euros por kilovatio a la hora y una potencia cuyo precio es de 0,066041 euros por kilovatio al día. De las Heras detalla que “una instalación normal de unos 4 kilovatios puede costar 6.000 euros. Unas doce placas, lo que sale a 1,2 euros cada vatio instalado”.

Bombillas que emiten luz gracias a placas solares / PIXABAY

Una inversión que merece la pena

“La alternativa a la subida de la luz pasa por aprovechar las ventajas de instalar plantas fotovoltaicas para autoconsumo”, expone José Manuel Suárez, director de IMEnergy. Según dice, esto supone “un ahorro directo en el consumo de la red”. “Todo lo que se produce con autoconsumo es un ahorro directo sobre la factura de la luz. Dependiendo de las tarifas y el perfil de consumo, se puede ahorrar el 50 o 70 % del recibo”, precisa.

Todo ello, reconoce, a cambio de hacer una inversión inicial. “Pero se amortiza relativamente rápido y hay ayudas e incentivos de los ayuntamientos, descuentos de hasta el 50 % en el IBI, modalidades para compensar”, sostiene. El director de IMEnergy añade un dato ilustrativo: “Ocho de cada diez personas ahora valoran más las viviendas que cuentan con este tipo de sistemas en sus preferencias de compra. El 80 % se fijan en la eficiencia energética”.

Una opción que “impacta menos en el bolsillo”

Alejandro Micó, director de Sunalizer España, también es partidario de aprovechar los beneficios de la energía solar. Esta, declara, “permite a las personas autogenerar en el lugar de consumo a un precio conocido durante toda su vida útil (25 años) sin que el precio suba en el futuro”. “Al instalar hoy paneles solares, sabemos que una instalación generará una cantidad total de energía en los próximos años, se amortizará en menos de siete, y a partir de ese momento toda la energía generada será gratuita, además de renovable”, insiste.

Pero, ¿cómo pueden estas instalaciones ayudar a ahorrar al consumidor? “La electricidad que generan los paneles solares depende de la radiación solar, por lo que su precio no aumenta, sino que el propio ahorro es el que hace que se amortice la instalación”, explica Micó. “Si nuestros paneles suministran el 50% de nuestro consumo, significa que el 50% de nuestra factura eléctrica no depende de que el precio suba o baje, por lo tanto la inflación o la subida de precios impacta menos en nuestro bolsillo”, garantiza.

Trabas jurídicas

No obstante, Micó avisa sobre la idea de compartir energía. “A día de hoy es imposible compartir excedentes de energía, ya que el marco jurídico y legislativo no lo permite. En el futuro existirá la posibilidad de que se haga realidad y las personas no solo puedan compartir su energía, sino comprar y vender entre privados y pequeños generadores, lo que permitiría tener una matriz energética mucho más barata y renovable”, aprecia.

“La ley de autoconsumo está pensada para que las personas reduzcan su factura, no para intercambiar energía y vender. Si alguien inyecta excedentes compensa su factura eléctrica”, asegura. Otra cosa, dice, es que la comercializadora eléctrica se quede con los excedentes y los venda más baratos a otro cliente. “Si no, no creo que sea algo viable”, zanja.