Como les ha ocurrido a los pantalones de pitillo y a los cinturones anchos, todo apunta a que las rebajas han pasado ya de moda. Al final, las largas colas que se formaban delante de El Corte Inglés se recordarán con nostalgia y la euforia por encontrar una prenda al mejor precio es una sensación que se persigue todo el año. “Ese sentimiento de felicidad que estaba unido a las rebajas se ha perdido”, reconoce Emili Vizuete, experto en consumo y profesor de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona.
A juicio de Vizuete, la sociedad está saturada ya de descuentos. ”Con tantas ofertas durante todo el año, las rebajas han perdido el significado que tenían”, añade. Y, aunque dicha tendencia lleva un tiempo gestándose, se ha acentuado en esta campaña veraniega. “Están siendo unas rebajas bastante descafeinadas, no hay apenas afluencia en las tiendas y no sé ve movimiento”. Pero, ¿por qué ocurre esto?
Medio año de rebajas
“Si no son rebajas, son promociones, ofertas, descuentos o, sino la semana fantástica, la semana del color o el día sin IVA. Por ello, el consumidor pierde el interés y piensa que si no compra durante estas promociones, lo hará en otras”, afirma Neus Soler, profesora de Economía y Empresa de la Universidad Oberta de Cataluña. Las rebajas, en opinión de los expertos, murieron cuando en 2012 se cambió la legislación y se entró en una espiral incontrolable de descuentos atemporales. Por ello, la Confederación Española del Comercio (CEC) insiste en la necesidad de volver a una política ordenada de rebajas, para recuperar el impacto y la finalidad de este periodo.
“Tengo amigos que son empresarios del sector textil y hasta me han reconocido que más de 180 días al año deben ofrecer algún descuento para vender. Es decir, se pasan medio año de rebajas para hacer frente a la competencia de las grandes compañías”, afirma Vizuete. Así, ante semejante alud de promociones, las rebajas en sí dejan de ofrecer descuentos significativos y se quedan como “una especie de campaña de marketing nostálgica, que seguirá atrayendo a ciertos consumidores”, según recuerda este profesor de Economía.
Hasta 10 euros de descuento en las marcas de Inditex
Un ejemplo de rebajas descafeinadas es lo ocurre en la mayoría de las marcas de Inditex. “Mi tienda favorita es Zara, siempre compro allí, pero, a diferencia de otros años, en estas rebajas sólo he visto descuentos que rondan los 5 y los 10 euros. Nada más”, detalla María Vilaró, una estudiante de farmacia que reside en Barcelona. Así, en tiendas como Bershka, Pull and Bear, Stradivarius u Oysho los productos que están rebajados en más de 10 euros son “contados”, asegura esta joven clienta.
“Inditex está cerrando tiendas. La crisis pandémica ha afectado a todos, aunque de distinta manera, pero en todas las tiendas ha hecho mella”, recuerda Soler. De ahí que, según esta experta, “las ofertas de verano no presenten descuentos significativos ni en las segundas rebajas”. Además, aunque ahora la gente compra más por internet, “el ticket es inferior”. “Todo el mundo controla ahora más sus gastos y ante una camiseta de Zara o una cena con los amigos, gana sin lugar a dudas la segunda opción”, remarca Soler.
Vuelven las ‘fake’ rebajas
La otra cara de las rebajas son las fake rebajas, que son más comunes y habituales de lo que piensan la mayoría de consumidores. De hecho, los propios empleados de grandes tiendas, como los de El Corte Inglés, confiesan los trucos que usan estas empresas para impulsar las ventas o “marcarle un gol” a los clientes, tal y como confiesa a este medio J.C, quien prefiere no desvelar su identidad.
“Como dependiente puedo corroborar que este método de no cambiar en realidad el precio anterior, por muy rebuscado que parezca, da sus frutos. Antes de las rebajas la gente va a mirar aquello que se comprará e incluso pide que se lo reserven, pero después al recoger el artículo o prenda en cuestión y ni se fija si el precio se ha modificado o no”, confiesa este trabajador.