Se suele decir, a modo de mantra, que el fútbol pertenece a los aficionados. Que el fútbol es de la gente y que el sentimiento está por encima de todo. Pero no es verdad. Si lo fuera, no habría un Mundial en Qatar el próximo invierno, Messi no se habría ido del Barça y el Calderón seguiría en pie. El fútbol es un negocio millonario con unos pocos clubes todopoderosos que cada vez mueven más dinero, en el que el aficionado, a veces, queda en segundo plano. Además, cuando vienen mal dadas, es el aficionado al que se perjudica. Prueba de ello es la subida de precio de los abonos de varios clubes que ha levantado ampollas y muchas quejas.
Tras un año atípico, varios hinchas tendrán que invertir más dinero para poder gritar un año más los goles en su estadio. Muchos clubes aún no han lanzado su campaña de abonados para la 2022/2023, pero ya hay algunos que se han marcado un gol en propia puerta al hacerlo.
Los aficionados no son tan rentables
Miguel Hidalgo es abonado del Real Madrid y cuenta a Consumidor Global que el precio de su abono ha subido respecto al año pasado. A ello, hay que sumarle otro incremento del 10 % que se realizó antes de la temporada 2018/2019. De este modo, si se comparan los precios de la 2014/2015 con los de la 2022/2023, se puede constatar que el precio del euroabono (para ver también Champions) en la zona de tribuna de los fondos ha pasado de costar 1.332 euros a 1.592. Es decir, 260 euros de diferencia en ocho años. En otras ubicaciones, como en los laterales del segundo anfiteatro, las subidas son más leves y se quedan en unos 140 euros.
Entre las explicaciones, Hidalgo achaca el incremento “a la necesidad de financiar la obra para remodelar el estadio”. Además, reconoce que acudir al Santiago Bernabéu es hoy “un producto con mucha demanda, que hasta ahora tenía precios reducidos, aunque cada vez menos”. Con todo, resalta que, en cierto sentido, el club pierde dinero con los abonados, en tanto que no son los compradores más rentables, y por ello “no les interesa mucho”.
Abonos de fútbol más caros que la temporada 19/20
Manuel Carrasco, máster en Gestión Deportiva y experto en finanzas vinculadas al mundo del fútbol, asegura que “el Real Madrid o el FC Barcelona funcionan como grandes marcas, pero que en un equipo medio de Primera División, los abonos sólo suponen entre un 10 % y un 12 % de los ingresos del club”. Además, el hecho de que tanto Madrid como Barcelona sean dos ciudades muy turísticas permite que los ingresos por tickets sueltos sean suculentos. De hecho, en la temporada 19/20, equipos como el Real Madrid, el Sevilla o el Barça tenían lista de espera para nuevos abonados. “Los clubs saben que generan más al vender una entrada por cada partido”, remarca Carrasco.
Con todo, este experto deja claro que no se debe comparar el precio de los abonos respecto a la temporada anterior, sino con la de 19/20. “Hay que tener en cuenta que el año pasado, todos los clubs compensaron con bonificaciones el hecho de que no se pudieran ver muchos partidos en la 19/20, que se jugaron a puerta cerrada por la pandemia”, recuerda. “Por ley, tenían que devolver una parte del dinero, y lo han hecho a través de diferentes mecanismos”, detalla.
La inflación como argumento
Asimismo, Carrasco considera que cada club está en una situación económica diferente, por lo que no se podría hablar de subidas generalizadas. Puestos a especular, Hidalgo sí cree que habrá más de una entidad que se suba al carro de las alzas. Cree que lo que justificarán con el argumento de la inflación. “Fuera cuidan más al aficionado”, resalta este seguidor merengue.
Otros aficionados del club blanco sí parecen entender la subida. Víctor del Moral contó en Twitter que su abono del Real Madrid había subido 50 euros respecto a la temporada anterior. Pero, a la pregunta de este medio sobre si le parece razonable, se muestra bastante comprensivo. “Creo que el club aplica estas subidas porque todo está más caro, el estadio va a mejorar su confort y el equipo es cada día mejor. A ninguno nos gusta pagar más, pero yo lo entiendo”, argumenta.
Malestar entre los aficionados del Espanyol
De media, según Carrasco, la entrada por partido (sin contar con las promociones) le sale a un abonado en España por 17 o 18 euros. A juicio del experto, es una tarifa “mucho más alta que en Inglaterra o en Alemania”. De hecho, Carrasco cree que LaLiga está “a años y años luz” de la Bundesliga o la Premier League. En primer lugar, porque la gente, por lo general, no se identifica con el equipo de su ciudad, sino con los dos grandes. “Allí es mucho más asequible y tienen los campos llenos”, relata.
Otra afición descontenta por la subida de precios es la del Real Club Deportivo Espanyol. Carlos Latorre es un aficionado perico que este año tendrá que rascarse más el bolsillo. Entre él y su padre, unos 200 euros más. “Para mí no tiene sentido, no sé qué tienen en mente. Atraer a nuevos abonados, lo veo difícil. Se han pasado”, considera, en un contexto en el que “la vida es más cara para la gente” y Cornellà-El Prat registró una “mala asistencia” la temporada pasada. En la misma línea, Carrasco cree que algunos aspectos, como la promoción en los carnets infantiles, son un acierto, pero considera los abonos normales del Espanyol “de los más caros de LaLiga y un gran impedimento para crecer”. En Twitter, algunos pericos, como David G., ya han expresado que “este año no se renueva” porque hay “otras prioridades”.
La importancia de lo sentimental
También hay clubes que aún no han hecho públicas sus tarifas para el año que viene, pero ya han corrido malas noticias. Según medios sevillanos, el Betis aplicará incrementos notables. Daniel Laredo, aficionado verdiblanco, señala que "500 euros por un carnet es mucha tela, sale a más de 20 euros el partido”, expone. La temporada 20/21, su abono le costó 410 euros, a los que había que sumar las rondas de Copa del Rey y de Europa League, lo que lo situó cerca de los 500 euros. Este año, si lo suben a 450, “te subes fácil en 550 euros por un carnet”.
Fuera de la Primera División, una de las subidas más llamativas es la del Burgos Club de Fútbol. El incremento de más de 50 euros ha desatado una ola de indignación en la ciudad castellana. Carrasco cree que es una subida “totalmente desmesurada” motivada por la intención, errónea, de recaudar al máximo. “No puedes asfixiar al socio, porque puedes llegar a perderlo al año siguiente. Un abono de fútbol no es un producto más, es algo en lo que entra en juego lo sentimental”, indica.
Indignación en Burgos
Antonio Girón, aficionado burgalés, indica que el Burgos “es un club humilde, que llevaba 20 años sin pisar el fútbol profesional”. La última temporada tenían “en torno a 8.000 socios, y se ha puesto el cartel de no hay billetes en algún partido”, apunta, con orgullo. Por eso, el incremento (“ha subido la vida”, describe Girón) duele más. En redes sociales, los aficionados calificaron las tarifas de “salvajada”, “vergüenza” o “atraco”. Tanto en lateral como en tribuna, el abono para niños de 4 a 14 años cuesta más de 300 euros. “Han decidido ir por otro lado y olvidarse del aficionado que tantos puntos le ha dado este año”, opina Girón.
Además, cree que los propietarios de la entidad, conscientes de la masa social más o menos fiel de la ciudad, sabían que “tienen asegurado que muchos renovaremos, como es mi caso, aunque se suba el precio”, reconoce. Pero al final, la sangre no ha llegado al río. Tal ha sido el revuelo (incluso la Federación de Peñas del Burgos CF reflejó en un comunicado su “profundo desacuerdo con la campaña de abonados”), que el club ha rectificado y al final ha acordado un descuento del 50 % para los menores de 14 años. Quizá, muy en el fondo, quede algo de sentimiento.