Suele decirse que la ducha es un escenario propicio para cantar, tanto por la acústica como por la sensación de relajación y privacidad, pero es en ese momento cuando surgen también, de forma espontánea, buenas ideas. No delante de un escritorio o en la oficina, sino ahí, entre el gel, el champú y el agua. En la ducha, el cerebro da con la solución a problemas e impulsa la creatividad.
Así lo refleja un estudio publicado en la revista Psychology of Aesthetics, Creativity, and the Arts. Según este análisis, ducharse o caminar sin rumbo fijo son actividades agradables con las que el cerebro humano, en cierto sentido, divaga estimulado por el entorno. Es decir, que el espacio físico en el que uno está influye en el nivel de relajación y éste, a su vez, en el grado de creatividad (con asociaciones aleatorias de ideas) de sus pensamientos.
Soluciones creativas
Los investigadores hicieron un experimento con varios vídeos breves, que los participantes en el estudio tenían que mirar con atención. Después de proyectar dichos vídeos, se pedía a los participantes que explicasen cuáles eran los usos creativos de un ladrillo o un clip. Así, fueron los videos moderadamente atractivos (estimulantes, pero que no requerían que el cerebro prestase toda su atención) los más exitosos, en tanto que dispararon la creatividad y las respuestas más originales.
En cambio, con los vídeos más aburridos, el cerebro suele desconectar. Eso sugiere, según concluye el estudio, que la mente puede inclinarse a resolver problemas, pero no tanto a la creatividad.
Tomar distancia de los problemas
Este estudio revela una paradoja: para dar con ideas creativas o resolver problemas, a veces es necesario tomar cierta distancia y no obcecarse para permitir que ciertas partes del cerebro despierten y puedan dar con soluciones interesantes.
Asimismo, otros estudios indican que el sonido constante del agua cayendo en la ducha podría actuar como un estímulo blanco que facilita la concentración y el enfoque mental. También hay quienes apuntan a la dopamina: la relajación y la estimulación sensorial generadas por el agua caliente pueden liberarla en el cerebro, lo que mejora el estado de ánimo.