Algunas noches de invierno, el edredón no es suficiente. No obstante, el uso de la calefacción tiene un gran desembolso económico que la gran mayoría quiere eludir. Por ello, se busca un equilibrio y se contempla en el abanico de sistemas de calefacción aquel que puede presentar más ventajas sobre otros. Entre este amplio abanico hay un dispositivo que ha llamado la atención: el radiador de calor azul.
Eso de calor azul puede sonar vagamente a las estufas de llama azul que funcionan con gas butano, sin embargo, no tienen nada que ver con estas. Los radiadores de calor azul vienen a ser como los radiadores eléctricos de toda la vida en apariencia, pero esconden una importante diferencia, tal y como explican desde Xataka.
Radiadores de aceite
Los radiadores de calor azul son en realidad radiadores de aceite. Son dispositivos de calefacción que utilizan un aceite térmico como medio para transferir y retener calor en lugar del agua que sirve para calentar el ambiente con los radiadores convencionales.
Pero, aunque se les llama “radiadores de aceite”, en realidad no queman ni consumen el aceite. En lugar de eso, el aceite circula a través de los conductos internos del radiador, absorbe calor de la resistencia eléctrica que calienta el aceite y luego libera gradualmente ese calor en el ambiente circundante.
Cómo funciona
En el interior de este tipo de radiador de aceite, hay un elemento calefactor que calienta el aceite. Este elemento suele ser una resistencia eléctrica y el aceite térmico sirve como un medio para transferir y retener el calor. Una vez que el aceite se calienta, este se transfiere a las láminas de metal que son las que vemos y mantiene el calor durante un período de tiempo más largo en comparación con algunos otros tipos de radiadores.
Este sistema de calefacción presenta ciertas ventajas como por ejemplo que no producen olores derivados de consumir gases o dejan residuos, son más seguros que una estufa de gas y además, una vez apagados conservan el calor durante algunas horas. Este tipo de radiadores basan su funcionamiento en el llamado efecto Joule, un fenómeno físico que ocurre cuando la corriente eléctrica atraviesa un conductor y experimenta una resistencia, lo que provoca la generación de calor.
Poca eficiencia
El efecto Joule significa que cuanto mayor sea la corriente eléctrica que fluye a través de un conductor y cuanto mayor sea su resistencia eléctrica, mayor será la cantidad de calor producido. Sin embargo, se trata de dispositivos con una escasa eficiencia energética o al menos no mayor que la que ofrecen otras estufas o radiadores.
Mientras que el rendimiento de un radiador de calor azul es del 100 %, una bomba de calor actual ofrece un rendimiento del 360 %. Dicho de otra forma, para generar el mismo calor, el radiador eléctrico de calor azul gastará 3,6 veces más electricidad que la bomba de calor. Por lo tanto, los radiadores de calor azul no suponen un avance, si hablamos de eficiencia, respecto a las conicidad estufas eléctricas.