Por algunos parece que no pasa el tiempo. Esta expresión se le podría aplicar a TaskRabbit, la aplicación que se adquirió en 2017 para sustituir el servicio de montar muebles de Ikea y que aterrizó en España en 2020. Ahora, unos años después, miles de usuarios siguen quejándose de trabajos a medias, muebles rotos, cancelaciones inesperadas y cobros efectuados sin haberse realizado el servicio.
Incluso el ex jugador de Baloncesto del Real Madrid, Felipe Reyes, criticó el 14 de enero de 2022 a esta compañía, cuyo proceder calificó de “lamentable”. “Primero llaman diciendo que llegan una hora y media más tarde, y luego cancelan el montaje sin ponerse en contacto conmigo antes”, relataba en Twitter el pívot, quien confiesa que nunca volverá a contratarlos.
Montar muebles de Ikea: un servicio que puede costar 1.000 euros
En declaraciones a Consumidor Global, una ex empleada de Ikea, que prefiere no revelar su identidad, asegura que la compañía flaquea en sus servicios de envío y montaje de muebles. Por ello, para “deshacerse de esta prestación, de su cuestionable capacidad para ejecutarla, y de las pérdidas millonarias derivadas de los errores y reclamaciones”, decidió adquirir TaskRabbit.
Esta app pone en contacto al usuario con personas –autónomos– que se ofrecen a montar muebles, limpiar, hacer recados o ayudar con temas informáticos. La diferencia para los clientes de Ikea consiste en que los pedidos tienen “un valor medio de entre los 400 y 1000 euros”, concreta la ex trabajadora. Para quienes sólo quieran montar muebles de esta empresa, se paga una tarifa plana de un mínimo de 19 euros en la que los artículos son clasificados por su tipología.
Trabajadores autónomos sin habilidades demostradas
Según cuenta esta fuente, el principal problema de la plataforma es la incertidumbre. Los trabajadores que se registran en ella son autónomos que no pasan por ningún filtro. “El montador puede ser el vendedor de muebles de tu barrio, pero también tu vecino, que nunca ha usado un taladro”, describe. Esto hace que, a veces, el montador no sepa ni cómo montar el mueble y termine roto.
Desde TaskRabbit, si bien reconocen que no todos son “profesionales per se”, garantizan que se “autocertifican” con las habilidades necesarias para ayudar a los clientes. Según dicen, deben “dar fe de que sólo ofrecerán servicios para los que tengan las habilidades y la experiencia necesaria de forma segura y conforme con la ley”. También indican que los usuarios que acceden a sus servicios buscan ayuda con tareas simples para las que no es necesario ser un profesional.
Chapuzas y plantones
Muchos de los taskers o montadores registrados en la app son albañiles o electricistas autónomos. Esto hace que muchos cancelen el servicio en el último momento al conseguir un trabajo mejor. Por ello, no existe una certeza de que el montaje se vaya a realizar en el momento solicitado.
“Te dicen una fecha, la cambian sin previo aviso y no se presentan a la cita”, critica un internauta. Utilizó la app para que le montaran un armario ropero y, tras escribirles en reiteradas ocasiones y que le dijeran que el agente no podía ir a su casa, finalmente canceló el servicio, que la app valoraba en 129 euros. Lo que no esperaba era que la compañía le siguiera molestando con cambios de fechas después de anularlo todo. “No son nada serios en su trabajo”, lamenta en redes.
Un servicio de atención al cliente sólo disponible por chat
Desde TaskRabbit se defienden asegurando que los montadores son trabajadores independientes que “pueden cambiar sus tarifas y horarios cuando lo deseen”, aunque una vez reservada la cita no pueden cambiar su precio por hora sin el consentimiento del cliente. También pueden cancelar su trabajo “si saben que no pueden brindar un servicio de alta calidad”. Si esto ocurre, la organización promete informar al cliente y tratar de proporcionarle otro montador, aunque reconoce que no se le compensará económicamente por ello. También puede ocurrir que la app cobre por un montaje en el que el mueble ha sufrido daños.
Si el usuario tiene algún problema, desde la plataforma recomiendan ponerse en contacto con su Servicio de atención al cliente, que sólo está disponible a través de un chat. “Nuestro equipo responde consultas en un promedio de dos minutos”, subrayan. Y, pese a las críticas, aseguran que en España “el 96 % de las valoraciones que tienen son buenas o muy buenas”.
Un mal servicio por el que Ikea pierde clientes
Si el usuario no consigue respuesta de TaskRabbit, tampoco logrará mucho al contactar con Ikea. “En la tienda se manda al usuario al departamento de atención al cliente, donde le redirigirán a TaskRabbit porque Ikea no puede hacer nada”, especifica la ex trabajadora de la cadena. En consecuencia, “muchos clientes han dejado de contratar servicios con Ikea y se han pasado a empresas privadas de envío y montaje”, añade.
Mientras, fuentes próximas al gigante sueco declaran que “la gestión y actividad de TaskRabbit cuenta con equipos totalmente diferentes y ajenos a Ikea” y se desvinculan del servicio prestado por la app. De hecho, garantizan no tener ningún conocimiento de las quejas al ser independientes de la plataforma.