Entre septiembre y octubre son muchos los contratos en alquiler que se firman. Bien sea por estudiantes que se trasladan a otras ciudades para continuar con su formación académica o bien sea por las nuevas oportunidades laborales. Es por ello que es importante dejar claro cuáles son los derechos de los propietarios y de los inquilinos. De esta forma se evita confusiones y problemas en un futuro.
Una de las dudas más comunes es, precisamente, esclarecer si el dueño de la vivienda alquilada puede entrar o no en el piso sin el consentimiento del inquilino. En este sentido, la Constitución Española lo deja claro: no. "El domicilio es inviolable, y ninguna entrada o registro puede realizarse sin el consentimiento del titular o una resolución judicial, excepto en caso de flagrante delito", recoge el texto.
Consecuencias para el propietario
Si el dueño del piso alquilado, decide entrar en él sin el permiso de los inquilinos, estos últimos tienen derecho a denunciarlo. Como consecuencia, el propietario podría enfrentarse a cargos por allanamiento de morada. Así y lo establece el Código Penal y así lo recogen en GN Diario.
Si la entrada se produce con intimidación o violencia, el dueño de la vivienda puede llegar a ser condenado entre 1 y 4 años de prisión, además de una multa de 6 a 12 meses. Sin embargo, existen dos excepciones en las que sí puede entrar el propietario: cuando comienza la venta del inmueble y cuando se ven a realizar obras y mejoras.
Derechos del inquilino
El citado portal web enumera cada uno de los derechos básicos que tiene el inquilino y son cuatro. En primer lugar está la negociación de la duración del contrato de alquiler. La mayoría de contratos se firman para un periodo de un año peor el alquilado puede romper ese acuerdo pasado los seis primeros meses. Le sigue el derecho de adquisición preferente. Es decir, si el dueño va a vender la vivienda, el inquilino tiene preferencia en esa compra.
En tercer lugar, se encuentra el derecho a la solicitud de reparaciones necesarias. El casero está obligado a mantener el piso en condiciones adecuadas de habitabilidad. Estas pasan por reparaciones y tareas de mantenimiento. En último lugar, se encuentra el derecho a recuperar la fianza. El inquilino debe recuperar su dinero siempre y cuando la vivienda se encuentra en buen estado. En caso contrario, es el propietario quien tiene derecho a retener la fianza.