En España había, a finales de marzo, 20.243 puntos de recarga de vehículos eléctricos. Sin embargo, casi 6.500 de esos puntos instalados no funcionan, tal y como refleja un estudio realizado por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
Para poder alcanzar los objetivos fijados por la Unión Europea (UE), los puntos de recarga de vehículos eléctricos en España tendrían que duplicarse en 2023. En los dos últimos años se han puesto en marcha 8.726 puntos de recarga y para finales de año se deberían alcanzar los 45.063. Con todo, la densidad de puntos de recarga por cada millón de habitantes está por debajo a las de otros países, que superan los 1.000, como Francia (1.229) o Alemania (1.053).
Problemas administrativos
El estudio también apunta como uno de los problemas para que haya más recarga eléctrica la excesiva burocracia y los procesos y permisos administrativos requeridos. Además, el 80 % de las infraestructuras de recarga no tiene una potencia superior a los 22 kilovatios (kW), que es insuficiente para cargar vehículos pesados o que requieran una mayor potencia.
Por todo ello, Anfac ha propuesto un plan alternativo, que pasa por reducir los puntos de recarga a un número inferior al exigido por la UE para 2030, que son 322.000, pero que los que haya tengan una potencia mayor.
Aumento de los vehículos eléctricos
El objetivo de España en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es que en 2030 haya un parque de 5 millones de vehículos eléctricos. Actualmente, la suma de híbridos y eléctricos se aproxima a las 925.000 unidades.
Así, Anfac contempla contar con 4,3 millones de turismos y furgonetas electrificados en 2030 y 9,8 millones en 2035. Además, en el caso de las ayudas para la instalación de puntos de recarga, cree que deberían ser cobradas en el momento de ponerlos y no a posteriori, por lo que la asociación de fabricantes de automóviles reclama una estructura administrativa más eficiente.